MIAMI, Estados Unidos. – El actor cubano Alejandro Palomino hizo pública este martes una denuncia sobre la grave situación de salud que enfrenta su esposa, la también actriz Nora Elena Rodríguez Cruz, quien padece de Estenosis Aórtica Bicúspide. 5e3i6v
En una publicación en su perfil de Facebook, Palomino llamó la atención sobre la urgencia del caso y la falta de una fecha establecida para la cirugía que su esposa requiere con carácter impostergable.
“Era —es y será siempre, ellos lo saben— muy importante terminar de entender y aceptar sin reparos, ni discursos demagógicos o narrativa estéril, que cuando un paciente CLAMA, ruega, implora por su vida, su caso necesita expedito ingreso hospitalario, estudio y tratamiento quirúrgico, según las características de su grave dolencia”, escribió el actor.
Según detalló, desde enero Rodríguez Cruz ha sufrido reiterados episodios de crisis respiratorias y neurológicas, acompañadas de “pérdida de la atención, inmovilidad y cuantiosos dolores en el pecho y brazo”. Estas manifestaciones corresponden a su diagnóstico de Estenosis Aórtica Bicúspide, una afección cardíaca grave que puede poner en riesgo la vida si no se trata oportunamente.
La paciente fue finalmente ingresada por segunda vez en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de La Habana, pero la cirugía que necesita todavía no tiene fecha definida. “Aun cuando el camino a la delicada cirugía no tiene fecha marcada, agradezco profundamente la generosidad y los esfuerzos realizados, para materializar este ingreso y posterior cirugía, por no pocos médicos de aquel importante Instituto”, señaló Palomino.
En su mensaje, el actor también reconoció las dificultades estructurales que enfrentan los profesionales de la salud en Cuba: “Todo ello, pese a la precaria realidad que, en casi todos los órdenes, enfrentan los médicos cubanos en el cumplimiento de su deber sagrado con respecto a la vida y la dignidad humana. Como ya se sabe también”, comcluyó Palomino.
Un sistema de Salud en decadencia 561gi
El sistema de salud cubano, que el régimen de la Isla ha usado como uno de sus principales estandartes propagandísticos, se encuentra sumido en una grave crisis debido a la falta de profesionales, medicamentos, insumos y equipos y a las malas condiciones estructurales de los centros de atención.
En los últimos años es común encontrar solicitudes de asistencia, denuncias y críticas de pacientes o sus familiares en las redes sociales, que visibilizan las limitaciones del sistema de salud estatal, muchas veces silenciadas en los medios oficiales.
Como han denunciado numerosos profesionales, medios independientes y activistas, la “potencia médica” perdió su sustento real mucho antes de la pandemia de COVID-19, a la que el régimen adjudica la actual crisis, entre otros factores como el embargo de Estados Unidos.
Mientras el régimen exporta médicos, los hospitales y policlínicos en la Isla enfrentan una reducción drástica del personal y un aumento de muertes por enfermedades sin tratar. A esto se suman turnos extendidos, consultas cerradas, y una cadena de perjuicios que, según testimonios recabados por CubaNet a lo largo de los años, incluye también el abandono del sistema de médicos de la familia, la ruina de las instalaciones hospitalarias y la precariedad salarial de los profesionales.
Otro de los aspectos más escandalosos señalados por medios y testigos es la existencia de un sistema sanitario paralelo para altos dirigentes y extranjeros, con clínicas exclusivas y equipamientos de alta gama. “Hoteles-hospitales a donde solo tiene una élite en el poder (…) mientras los ciudadanos de a pie deben enfrentar hospitales en ruinas, colapsos asistenciales y escasez de medicinas”, indica un artículo de CubaNet dedicado al colapso del sistema de Salud cubano.
Asimismo, se han reportado prácticas cada vez más extendidas como el cobro ilegal de servicios médicos, el tráfico de medicamentos y hasta la venta de sangre.
La narrativa oficial que presenta al sistema de salud como un estandarte de la Revolución ha sido sostenida artificialmente por décadas. Como concluye el artículo mencionado, “el colapso no ha sido de una sola columna sino de toda la estructura, incluso más allá de los cimientos”.