LA HABANA, Cuba. – El edificio Arcos es una construcción muy peculiar por estar erigida dentro de unos de los grandes huecos que existen en el barrio de El Vedado. El inmueble fue levantado en la década del 30 del pasado siglo y tiene varias entradas, las principales por las calles F y 21 y F y 19. 3l2g42
El edificio Arcos consta de un total de 71 apartamentos. Actualmente requiere una reparación especializada, aunque quien camine por la escalera o pasillo elevado que une ambos extremos del edificio quizás lo haga sin advertir el estado real en que esta se encuentra, con cabillas expuestas y reventadas.
El mal estado no se limita solo al pasillo elevado que rodea al edificio y que diariamente utilizan los transeúntes que desean cruzarlo o los propios vecinos del lugar. Toda la estructura necesita una rehabilitación especializada por las características de la furnia donde se encuentra.
El arquitecto cubano Egberto Corchado Peñaranda, residente en España, dijo a CubaNet sobre el edificio Arcos: “No fue nada realmente interesante como diseño arquitectónico, aunque destacó por la adaptación y aprovechamiento de las condiciones del terreno en unos años en que no se corrían grandes riesgos con el hormigón armado. Incluyó una solución de circulación bastante atípica, por causa de los diferentes niveles de la edificación”.
Para el especialista, lo más destacable es cómo sacó partido de un terreno complicado y se adaptó a él.
“Todo o casi todo El Vedado está sobre piedra caliza. De hecho, desde 25 y Malecón, siguiendo por 23 y Malecón y hacia arriba hasta el hotel Habana Libre, habían canteras de extracción de piedras”.
Precisamente, otro enorme hueco existente en el famoso barrio habanero es el de 23 y K, donde ahora se termina de construir la llamada Torre K.
“También el Habana Libre, antiguo Hilton, utilizó para sus niveles subterráneos, el enorme hueco que ya existía producto de la cantera. Toda esa zona está llena de socavones, lo que no implicó que cobrara especial importancia urbana y el precio del suelo se disparara”, explica Corchado Peñaranda.
De acuerdo con el arquitecto, muy posiblemente los inversores del edificio Arcos escogieron ese terreno por ser más barato y estar bien situado. “Eso y la solución de un proyecto que se podía adaptar a él, deben haber decidido su compra”, apuntó.
Asimismo, aseguró que el edificio está en una zona totalmente sólida y segura, algo más que demostrado por sus años, sin embargo, el real peligro para la estructura y su estabilidad está en los muchos años de uso e intemperismo sin mantenimiento.
“Ese es el mal que aqueja a prácticamente toda la ciudad de La Habana, tanto a sus edificaciones como a sus redes de circulación y de servicios”, dijo finalmente.
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