Mientras sigas reclamándole a ETECSA y aceptando ese guion mal elaborado, no conseguirás nada bueno ni permanente, irrevocable. 1i2p3g
El balón está en cancha de la diáspora. Ahora el régimen le pone también en dólares la comunicación para cerrar el ciclo de proxenetismo de Estado.
Tras 1959, Fidel Castro se aseguró el control absoluto del sector de la Educación, del que depende estrechamente la formación de los ciudadanos.
Cuba, un enorme manicomio en el que la gente busca las mejores maneras de entender todo cuanto sucede, y las formas más apropiadas para buscar las soluciones.
¿Será el hombre del calor que revienta y hasta nos hace llorar?
Recientemente, el cantante y compositor Descemer Bueno escenificó un salto mortal hacia la inmoralidad eterna.
Están matando varios pájaros de un tiro, pero casi que la bala se la han disparado a la sien, o por lo menos a una pierna.
Cuando yo tenía 19 años pero aparentaba 15, fui internado en la Carbó Serviá, por declararme objetor de conciencia y negarme a cumplir el servicio militar.
Vamos convirtiéndonos en un pueblo fantasma que abarca todo el país de un extremo al otro.
Cada vez son más los niños que pasan por mi puerta pidiendo algún dinero para comer.
Mientras sigas reclamándole a ETECSA y aceptando ese guion mal elaborado, no conseguirás nada bueno ni permanente, irrevocable.
El balón está en cancha de la diáspora. Ahora el régimen le pone también en dólares la comunicación para cerrar el ciclo de proxenetismo de Estado.
Tras 1959, Fidel Castro se aseguró el control absoluto del sector de la Educación, del que depende estrechamente la formación de los ciudadanos.
Cuba, un enorme manicomio en el que la gente busca las mejores maneras de entender todo cuanto sucede, y las formas más apropiadas para buscar las soluciones.
¿Será el hombre del calor que revienta y hasta nos hace llorar?
Recientemente, el cantante y compositor Descemer Bueno escenificó un salto mortal hacia la inmoralidad eterna.
Están matando varios pájaros de un tiro, pero casi que la bala se la han disparado a la sien, o por lo menos a una pierna.
Cuando yo tenía 19 años pero aparentaba 15, fui internado en la Carbó Serviá, por declararme objetor de conciencia y negarme a cumplir el servicio militar.
Vamos convirtiéndonos en un pueblo fantasma que abarca todo el país de un extremo al otro.
Cada vez son más los niños que pasan por mi puerta pidiendo algún dinero para comer.
