MADRID, España.- En una nueva entrega del pódcast oficialista Desde la presidencia, el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel descalificó las protestas estudiantiles y ciudadanas contra el tarifazo telefónico implementado por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), asegurando que la medida se va a mantener, pese al rechazo generalizado. 4n382n
El tarifazo se mantiene. “Renunciar a implementar las medidas sería renunciar a ingresos sin los cuales estaríamos acelerando el ya eminente desplome del servicio”, dijo el mandatario este jueves, en clara señal de que el régimen no dará marcha atrás. Justificó el alza como una necesidad urgente para evitar el “colapso tecnológico”.
Díaz-Canel se mantuvo en el discurso oficial de culpar al “enemigo externo” y minimizar la responsabilidad del régimen. Según él, el problema radica en la comunicación: “ninguna medida que limita beneficios es grata, pero es imprescindible explicarlas exhaustivamente”. Añadió que “este paso no lo deseábamos, pero había que darlo”, y que el gobierno está “obligado a tomar estas medidas si queremos salvar un servicio básico para la población e indispensable para avanzar en la transformación digital del país”.
Deslegitimando los reclamos de los estudiantes universitarios y de la población, Díaz-Canel dijo que las crecientes críticas a las medidas de ETECSA no obedecen a un malestar real, sino a una “campaña total de descrétido” impulsada desde el exterior por “plataformas de odio y contrarrevolucionarias”.
Desde que el pasado 30 de mayo se impusiera un tope de 360 pesos cubanos (CUP) para recargas nacionales —tras el cual los s deben adquirir datos en dólares mediante recargas internacionales—, se ha generado una ola de protestas que ha alcanzado numerosas universidades del país. A pesar de los comunicados, paros académicos, declaraciones firmadas y la creciente movilización estudiantil, Díaz-Canel negó rotundamente que exista un conflicto interno. Dijo que las imágenes y videos compartidos en redes sociales fueron “tergiversadas” y acusó a plataformas digitales de intentar desprestigiar a la Revolución y generar desconfianza en “sectores sociales inseparables del alma de la Revolución”.
Sin mencionar directamente la palabra “paro”, el mandatario calificó los registros audiovisuales como parte de una ofensiva “cargada de mentiras, montando carteles y videos en las redes”. En sus palabras: “mientras el país impulsaba la expansión de los s a internet por móviles que comenzó en 2018 abaratando los costos, el enemigo del pueblo cubano se empeñaba en reforzar las medidas coercitivas y favorecía los fraudes en el afán por asfixiar al gobierno cubano”.
El discurso del mandatario contrasta de forma evidente con los múltiples testimonios y documentos difundidos por estudiantes de diversas universidades, incluyendo actas de asambleas, comunicados de consejos estudiantiles y llamados públicos a paros académicos. Pese a ello, Díaz-Canel se mantuvo en su narrativa, negando la legitimidad de las protestas y descartando cualquier revisión estructural de la política tarifaria.
Con esta intervención, el régimen reafirma su negativa a dialogar con el estudiantado en términos de equidad digital y justicia social, y cierra filas en torno a una medida profundamente impopular que ha despertado una inédita ola de movilización juvenil en todo el país.