MADRID, España.- El centro de información legal Cubalex ha documentado y denunciado uno de los patrones más alarmantes de la represión ejercida por el régimen cubano: el castigo sistemático a las familias de los presos políticos. En su informe más reciente, “Más allá de la celda: la represión política en Cuba también castiga a las familias”, la organización alerta sobre el uso deliberado de tácticas de hostigamiento dirigidas no solo contra activistas, periodistas o disidentes, sino también contra quienes los rodean y apoyan. 2r1y3d
Actos de vigilancia, interrogatorios ilegales, citaciones arbitrarias, restricciones de movilidad y amenazas es extiende al entorno familiar de los opositores. La organización denuncia que se persigue con igual saña al que disiente y a quien lo cuida, lo defiende o lo recuerda públicamente.
Uno de los casos más recientes es el del opositor José Daniel Ferrer García, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU). El 29 de abril, agentes de la Seguridad del Estado irrumpieron violentamente en su vivienda, ubicada en Santiago de Cuba. Ferrer fue detenido sin orden judicial ni explicación legal. Su esposa, Nelva Ortega, y su hijo menor de edad fueron obligados a abandonar el domicilio de forma inmediata. El niño fue sacado en condiciones indignas: sin haber podido asearse y con la ropa mojada de orina. A Ortega solo se le permitió recoger algunos medicamentos antes de ser trasladada junto al menor a una vivienda que las autoridades presentaron como “casa de protección” para niños.
Al igual que a Ferrer, el 29 de abril se le revocó la libertad condicional concedida en enero a Félix Navarro. El opositor, de 71 años y en delicado estado de salud, fue detenido en Matanzas cuando planeaba visitar a su hija, la presa política Saily Navarro. Había sido arrestado arbitrariamente durante siete domingos consecutivos por intentar asistir a misa.
Cubalex denuncia vigilancia sin consentimiento, tácticas de hostigamiento disfrazadas de atención médica y castigos encubiertos contra su esposa, Sonia Álvarez, a quien se le ha negado visitar a su hija por vestir de blanco, símbolo de las Damas de Blanco. La organización alerta que estas acciones buscan destruir los lazos familiares y emocionales del activismo.
Una estrategia para quebrar desde el núcleo familiar k666w
Cubalex advierte que la represión en Cuba ya no se limita a los muros de una celda. Ahora, el castigo también invade el espacio privado de los opositores. “La lógica detrás de estos operativos es clara: asfixiar a los activistas en todos los frentes posibles”, señala el informe. Esto incluye vigilancia prolongada, amenazas constantes, pérdida de a trabajos estatales y el uso de menores como herramienta de presión psicológica.
“El hogar deja de ser un refugio. La familia, en lugar de estar amparada por el Estado, se convierte en blanco de su represión”, afirma Cubalex. En los testimonios recogidos, como los de Ortega y Navarro, se refleja una constante: la resistencia digna frente al hostigamiento, pero también una profunda herida emocional. El costo humano y familiar es altísimo.
Cubalex denuncia estas prácticas como graves violaciones de derechos humanos. La organización alerta sobre una estrategia que instrumentaliza el derecho de familia, la infancia y la salud con fines de control político. Y lanza un llamado urgente: “La comunidad internacional no puede seguir ignorando este patrón creciente de violencia estatal ejercida contra los núcleos familiares de la disidencia en Cuba”.