Terrorismo y revolución
Tania Díaz Castro, Grupo de Trabajo Decoro
LA HABANA, abril - En días pasados un amigo me obsequió un viejo ejemplar del boletín "Vanguardia Obrera" perteneciente al Movimiento Revolucionario 26 de Julio, editado clandestinamente en la capital cubana el 5 de febrero de 1958, último año de la
dictadura de Fulgencio Batista.
En su primera página, se informa a la población que los hombres y mujeres del Movimiento de Resistencia Cívica, los de la Sección Obrera y los guerrilleros de la Sierra Maestra y del Escambray pudieron crear una poderosa organización con el fin de infligir
rudos golpes a la tiranía mediante "devastadores sabotajes e intensa agitación social", prueba más que fehaciente del terrorismo que reinaba en la Isla, medio de lucha de todas las organizaciones opositoras al régimen.
En su primer artículo periodístico, titulado "El salario de la libertad", anónimo como todos, se exhorta a los lectores a contribuir con la adquisición de armas para respaldar la Huelga General programada, y asegurar la victoria final. Se declara además
"Día del salario de la libertad" al 10 de marzo para, con el dinero recaudado, comprar las armas que faltan.
Denuncia su segundo artículo las torturas que reciben los presos políticos de la Unión Soviética; los ametrallamientos inmisericordes del Ejército Ruso contra el pueblo húngaro; las violaciones a los derechos humanos por parte de su gobierno; su oposición
al desenvolvimiento del pensamiento humano o libertad de expresión, sometiendo por medio del terror y el soborno a los medios de prensa; la explotación de los obreros; la inescrupulosidad de sus líderes; las cárceles donde se practica el trabajo forzado y, en especial, la
política de prepotencia y dominio absoluto con los pueblos, a los que impone un régimen político.
También en este boletín, que jamás ha sido reeditado para que lo conozca todo cubano en estos cuarenta años de fidelismo, aparece una carta de los presos políticos Odón Alvarez de la Campa, Armando Franco, Aldo Vera y Francisco Miralles, quienes exhortan
a todos los trabajadores bancarios a sumarse a la Huelga General y derrotar así al dictador.
En él aparecen noticias relacionadas con potentes bombas que estallaron en las tuberías conductoras de gasolina de la Refinería ESSO por parte de las Milicias del 26 de Julio, "lo que ocasión", dice el texto, " enormes lenguas de fuego que se elevaron
hasta el cielo durante largos días".
Por último, el boletín expone claramente la estrategia de lucha de esta organización: la acción de masas y la Huelga General, la adquisición de armas para la lucha rural y urbana.
Señala uno de sus párrafos que "aunque los comunistas afirman que el 26 de Julio siempre menospreció a la clase obrera, que estratégicamente están desorientados, que son sectarios y que sus tácticas son contradictorias e inoperantes", esto no
es verdad, puesto que la Sección Obrera del Movimiento 26 de Julio, organizada en todo el país, "con sus cuadros en todos los sectores de la industria y en la gran mayoría de los centros de trabajo, desde el primer momento se entregaron a la tarea de integrar los mejores
hijos del país para realizar actos contra la dictadura".
Reflexiono sobre este documento histórico y llego a la conclusión de que las lecciones que recibimos de nuestros maestros de Revolución por suerte no son asimiladas por la Oposición Interna de la Cuba actual. Nuestra Oposición, vale la pena destacarlo, es
totalmente pacífica. Aún así, ha sufrido prisión, torturas psicológicas durante largos meses en la Seguridad del Estado, vigilancia constante, represión, amenazas y por último, destierro.
Somos y seguiremos siendo pacíficos, porque nuestros grandes Maestros son Gandhi y Luther King. Y nuestra victoria final no estará coronada de sangre y violencia, ni jamás caerán en manos de las próximas generaciones documentos como éste al que he hecho
referencia.
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