Los hijos no se parecen a sus padres
Tania Quintero, Cuba Press
LA HABANA, febrero - Ya lo dice la canción de Rubén Blades: "La vida te da sorpresas". Y la vida ha llevado a Cuba a tomar partido por el hijo de uno de los más connotados esbirros de Batista, Mariano Faget, quien hasta el primero de enero de 1959 estuvo al frente
del Buró de Represión de Actividades Comunistas, el tenebroso BRAC. Faget hijo fue apresado en Miami bajo la acusación de espiar para el gobierno de Fidel Castro, acusación que las autoridades cubanas refutan y dicen se trata de una "nueva y gran patraña de
la mafia y sus secuaces en el seno del imperio".
Puede que sea verdad y Cuba pueda probar que el hijo de Faget no era agente, pero llama la atención cómo siendo éste un cubanoamericano con un importante cargo en el Servicio de Inmigración y Naturalización de la Florida, libremente se podía reunir con
diplomáticos cubanos de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, si damos veracidad al editorial del Granma del 22 de febrero. Salvo que se tenga una autorización expresa, en el lobby de un hotel -ni en ningún otro lugar- ningún funcionario o periodista
cubano puede conversar con diplomáticos estadounidenses acreditados en La Habana. Ni siquiera asistir a una recepción o coctel si no ha sido "aprobado". Para Cuba -y así lo dice Granma- casi todos los diplomáticos de Estados Unidos son "agentes de la CIA"
o trabajan para la temida Agencia Central de Inteligencia.
Otras sorpresas que da la vida: El espía Faget es contemporáneo con el "contrarrevolucionario" Vladimiro Roca, encarcelado desde el 16 de julio de 1997. Mariano tiene 54 años, dos menos que el hijo de Blas Roca, uno de los históricos del socialismo criollo.
Tanto Blas como Dulce María Antúnez, la madre de Vladimiro, y sus hermanos Lidia y Francisco, conocieron bien a Mariano Faget, el jefe del BRAC; ninguno de ellos, como tampoco ningún miembro del Partido Socialista Popular escapó a la permanente vigilancia y feroz represión
que sobre los comunistas de aquella época ejercía el padre de Faget, hoy amigo -o al menos condescendiente- con los revolucionarios que llevaron a su familia a un exilio de más de cuarenta años.
Actualmente el hijo de Blas Roca cumple en Ariza, la Alcatraz cubana, una sentencia de cinco años de privación de libertad por "otros actos contra la seguridad del Estado". En el juicio que el 1ro. de marzo de 1999 le celebraron a Vladimiro y sus tres colegas del Grupo de
Trabajo de la Disidencia Interna, la parte acusatoria y la prensa oficial sacaron a la luz os que esos cuatro disidentes tuvieron con la Sección de Intereses de los E.U.A. en La Habana y con representantes del gobierno norteamericano. Los cuatro -profesionales de distintas y
reconocidas calificaciones- no tenían vínculos laborales: habían sido expulsados de sus trabajos por ser opositores. Mariano Faget Jr., en cambio, era un funcionario gubernamental en Miami que públicamente podía compartir con sus "enemigos". Entonces, ¿dónde
está el delito?
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