Lo que pasa con la papa
Tania Díaz Castro, Grupo de Trabajo Decoro
LA HABANA, marzo - El periódico Granma del lunes 13 del actual mes quiere explicarnos lo que ocurre con la papa, quiere responder, por ejemplo, por qué no se ha distribuido este tubérculo a la población, si la cosecha comenzó hace bastante. Luego aclara que
esto se debe a que se sembró tarde por causa de las lluvias.
Se explica lo de siempre: que los frigoríficos no tienen la capacidad adecuada, que su oxígeno y humedad inciden en la calidad de los productos. Se analizan cifras que aparecen en papeles, niveles productivos siempre por debajo desde hace cuarenta y un años y el riesgo que
se corre de perder mucha papa si no se guarda ahora.
Nada de lo que dice Granma me convence. Cifras muertas son. Lo verdadero es el testimonio de mi mensajero. Es quien se encarga de hacer las poquísimas compras que ofrece la libreta socialista de distribución de artículos alimenticios y que lo mismo puede ser un capitán
o teniente retirado o una trabajadora cuyo salario sólo alcanza para tres días.
Mi mensajero llegó al puesto de viandas ubicado en el antiguo grocery de 25 y O, frente al Hotel Vedado, en el mismo corazón de la zona turística más concurrida de La Habana. Se detuvo en la puerta y respiró fuerte. Luego visualizó aquel conjunto de
papas arrugadas, inmensas, con agujeros negros y raices exteriores y regresó a su casa. A cada cliente le dijo lo mismo: "Lo siento, pero lo que no compro para mí, no lo compro para ustedes. La papa llegó en pésimo estado, casi podrida".
Con cierta duda paso por el antiguo grocery (hoy casi siempre vacío) y pregunto lo que ocurre con la papa. Escucho comentarios de que casi nadie la compró y que así estaba ocurriendo en otros establecimientos de la barriada, información ésta que,
lamentablemente, no llegó a Granma.
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