Viejos fantasmas
Miguel Angel Ponce de León, Grupo de Trabajo Decoro
LA HABANA, marzo - Las paredes son cuadros de Tapiés. Mis ojos las miran con fijeza mientras mis recuerdos van desde ella hasta él. Ella me lleva a Molevitch y los conciertos de Brandeburgo resuenan en mis oídos. El, posteriormente, me transportará al arte pobre y a
las cuatro estaciones de Vivaldi.
Tantos amigos, amigas, amantes y conocidos dejaron huellas sobre este suelo de losas negras y blancas, que la casa está llena de fantasmas.
¿La tendré que dejar? ¿Adónde ir? Si el mar surge ante la mirada apenas abro la puerta del zaguán que accede a la calle. Si el Gallego Posada vive al doblar de la esquina. En el mismo edificio donde Víctor Manuel tuvo su último estudio. Si en las
madrugadas sentado sobre los escalones que llevan a la Catedral me hundo en la necesaria noche.
Pero los Dioses decidieron que donde Manuel Pereira y Zoé Valdés vivieron haya ahora un prostíbulo regenteado por una matrona que supo acostarse con el Jefe del Sector de la P.N.R. para proteger su negocio, ella desde muy joven descubrió que una buena cama allanaba
sus caminos. En fin, un ser cuya música mañanera no es el canto de los gorriones, sino los gritos y el lenguaje de la delincuencia.
¿Qué hacer cuando el estudio de Onelio Jorge Cardoso fue arrasado y ocupado por otra persona más excelsa que la alcahueta en el arte de la oratoria y el escándalo público?
¿Qué Diosa o Dios de este Olimpo decidió que el estudio de Alberto Vera fuera ocupado por uno de los antiguos inquilinos del edificio. El mejor relacionado en las bajas esferas del Poder. Un Vito Corleone cuya faz es la de un pastor protestante.
Ellos conforman el grupo esotérico que rápidamente está tomando el control de uno de los lugares de más interés de esta Habana intramuros. En el que Juan Gualberto Gómez inició una relación de amistad con José Martí, al
conocerse ambos en el bufete de Nicolás Azcárate. En el que, a pesar de todo, desde la tercera planta, Handel resuena quedamente en estas tardes de primavera.
Esta parte de la Habana Vieja está sufriendo una transformación acelerada. Aquí un deteriorado edificio, al restaurarse, se convirtió en un espléndido hostal. Allí otro renovado en el magnífico Hotel Florida. Artistas de nombre como Nelson Domínguez,
Chocolate, Pedro Pablo Oliva y Zaida del Río, entre otros, están ubicando sus atelieres.
Entonces, ¿cuál es el valor actual o futuro de una casa o apartamento en esta zona? ¿Será por esto que los dioses paganos quieren expulsarme del lugar y dejar en él un sacerdote adicto e iniciado en sus rituales?
Eusebio Leal tiene un merecido puesto en la historia de esta ciudad, pero según palabras de él, no puede hacer nada.
Un disidente amigo, entre atronadores ritmos de tambores que surgían de una casa frente a la suya, me dijo sabiamente: Me estás hablando de un sistema dentro de otro sistema mayor, que es el poder. Es casi imposible luchar. Otro, conocedor, me habló sobre la terrible
ingenuidad. ¿Qué hacer entonces?
Seguiré creyendo que mis paredes tienen las texturas de los cuadros de Tapies. Mi espíritu continuará necesitando a Debussy. Persistiré en exigir una y otra vez mis derechos, aunque no sea escuchado, a vivir en Mercaderes #2. Continuaré denunciando la
imposibilidad, de que en este país se consuma droga y se realicen otras actividades ilícitas de la misma envergadura, sin que las autoridades competentes tengan conocimiento de ello.
Comprenderá Eusebio Leal finalmente que la mierda tirada sobre las aspas de su ventilador -su impecable, tesonero y amoroso trabajo- salpicará su safari de diario, color gris ratón.
¿Sobreviviré a mi demencia?
Soy ingenuo. Necesito mis húmedas y gruesas paredes, mis amplios espacios llenos de recuerdos. Creo, aunque débilmente, que Mercaderes #2 renacerá como otro espléndido lugar restaurado, en el que los artistas puedan crear sin ser apabullados por delincuentes
autorizados ni comisarios políticos. En el que Mozart sea escuchado en un atardecer estival mientras en el patio central, con luz natural, fotografían los cuadros de la joven pintora Laura Castro Núñez.
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