Sin embargo, la mamá de Olga Lydia se quedó sin nebulizador
Mario J. Viera González, Cuba Voz
LA HABANA, mayo - En Cuba hay leyes represivas de todo tipo. Existen decretos y resoluciones que limitan en fuertes multas ya sea la migración interna como la iniciativa comercial. Pero, a pesar de todo, hay como un limbo jurídico cuando se trata de la protección del
consumidor o de aquél que sea titular de un servicio que deba brindar el Estado. Así vemos, entre otros problemas, la mala calidad del pan sujeto a norma de racionamiento, el trato injusto a quienes esperan en un consultorio médico o en un hospital, el descuido olímpico
por el sistema de alcantarillado y drenaje de la ciudad. Por lo general, la gente se calla cuando sufre las deficiencias del sistema en los servicios. Tal vez alguien se queje en la Asamblea de Rendición de Cuentas del Delegado del Poder Popular o algún otro se decida a escribirle a
una de esas secciones ad hoc de los periódicos gubernamentales.
Una de estas últimas personas decididas a quejarse de un trato incorrecto, y que escribe unas líneas de protesta a un periódico gubernamental, es Olga Lydia Ranero Dueñas, quien se dirigió a la sección "Acuse de Recibo" del periódico
Juventud Rebelde. Indignada -según la expresión del redactor a cargo de la sección- Olga Lydia denunció la pérdida de un paquete certificado que, procedente de la Argentina, contenía un nebulizador ultrasónico para su mamá que padece de asma.
El organismo responsable de la pérdida, Cambio Internacional de la Empresa de Correos de Cuba, se apresuró a darle una respuesta por medio de su gerente Conrado Mesa Gutiérrez (ahora lo de "gerente" está de moda y ya no se dice el siempre acostumbrado ""
de los años del socialismo profundo). En su comunicación, publicada en "Acuse de Recibo", Mesa reconoció que su organismo era totalmente responsable por la pérdida del paquete postal. Por supuesto, agregó que se habían tomado medidas de veras.
De acuerdo con Mesa, parece ser que los culpables del extravío fueron "los custodios "A" de Valores Bancarios que manipularon el envío". Parece ser que estos custodios "A" "no cumplieron con los procedimientos de control establecidos",
procedimientos de control que por lo que parece no están bien controlados. El gerente, muy complaciente, le informó a Olga Lydia y a todo aquél que se interesó en leer la sección del Juventud Rebelde, que se habían aplicado "medidas disciplinarias"
a los supuestos infractores, a quienes mencionó con nombres y apellidos. No sólo esto. Como hay que estar a tono con los tiempos, el gerente de Cambio Internacional aseguró que sería realizado un "acto de repudio al mal trabajo y la chapucería que lesiona
gravemente la imagen de nuestro correo". Con esto, Mesa Gutiérrez se lavó las manos. Sobre él no puede caer la responsabilidad de las chapucerías y descontroles que existen en la dependencia que él gerenta. Los malos son los custodios "A" que no
cumplieron con los controles, y que tuvieron la mala suerte de que Olga Lydia hiciera la denuncia porque, de lo contrario, los controles de Cambio Internacional no hubieran podido controlar a los controladores.
En otro enjuague de manos, el gerente dio a conocer que se está "procediendo con vistas a indemnizar a la oficina postal de origen, en Argentina, el importe correspondiente de acuerdo con el convenio establecido entre las istraciones postales" (¿por qué no
seguir con la moda y decir "gerencias postales"?).
En el futuro esto no volverá a suceder. Bueno, eso es lo que se desprende del comentario del gerente, que dice se destinaron "recursos financieros" para establecer un circuito cerrado de televisión "para el monitoreo y grabación en video de todos los puestos
de trabajo" y, además, se ha creado un grupo de inspección que funcionará durante las 24 horas del día. ¡Soberbio! Todo el mundo queda satisfecho, comenzando por el cronista de "Acuse de Recibo", que se siente complacido al "conocer que se están
tomando medidas para acorralar las irregularidades que favorecen el delito postal". ¡Claro está, todo el mundo tranquilo! Pero, ¿se sentirá conforme Olga Lydia con la respuesta dada? Con mucha humildad, el encargado de "Acuse de Recibo" concluye su nota con
estas palabras: "Agradeceríamos gentilmente conocer si no existen medidas de indemnización o compensación a los destinatarios de bultos postales perdidos".
La protección al consumidor o al cliente de los servicios estatales es la tierra del Nunca Jamás, todo se concreta en el clásico "ya tomamos medidas disciplinarias con los infractores", que por lo general son siempre empleados humildes, choferes, obreros o
custodios "A". ¿Qué justificación pudiera dar Cambio Internacional si la madre de Olga Lydia sufriera un percance grave -¡que Dios no lo permita!- como consecuencia de la pérdida o sustracción del nebulizador que requiere para atender su afección,
y que manos amigas o familiares le enviaron desde la austral Argentina? Sea el responsable directo del extravío el que sea, la responsabilidad mayor recae sobre la gerencia de Cambio Internacional, la que en cualquier país donde se respeten los derechos ciudadanos se hubiera visto
obligada a pagar una cuantiosa indemnización por daños y perjuicios a Olga Lydia.
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