Ernesto F. Betancourt, agosto 26 , 2001.
El Nuevo Herald
Ya ha llegado a la Florida el virus del Nilo occidental. Los condados del
norte del estado han sufrido los primeros casos de encefalitis y según el
Dept. de Salud estatal, es inevitable que la epidemia llegue al sur de la
Florida. Hay evidencia que apunta a la posibilidad de que el binomio
Castro-Saddam haya jugado un papel central en que este virus, antes limitado al
continente africano, se haya propagado al hemisferio occidental. Algunos
rechazarán semejante hipótesis, por inclinación ideológica
o por temor a enfrentar una realidad desagrable. Aquí revisaremos los
hechos, así como la necesidad de que los ciudadanos demanden de las
autoridades el validar o rechazar la misma.
En el otoño de 1999 explotó la epidemia de encefalitis en
Nueva York. El Center for Disease Control (CDC) atribuyó la epidemia al
virus de St. Louis, pero Tracey McNamara, alerta patóloga del Zoológico
del Bronx, estableció el vínculo de la epidemia con una cantidad
anormal de aves muertas con el cerebro inflamado. A resultas de este
descubrimiento se determinó que la epidemia se basaba en dos factores:
aves migratorias y el virus del Nilo occidental. Como dicho virus nunca se había
encontrado en este hemisferio, era un enigma cómo había llegado a
Nueva York.
En un artículo publicado en octubre de 1999 en The New Yorker,
Richard Preston levantó la hipótesis de que pudiera ser un ataque
bioterrorista de Saddam Hussein. Según él, la CIA estaba muy
interesada en el terrorismo biológico y en darle seguimiento a la
posibilidad de una conexión iraquí. Esto provocó una
arrogante respuesta de un vocero anónimo de la CIA, en The Washington
Post: ``Implicar una investigación da más credibilidad a esa hipótesis
de la que merece''. Ese vocero anónimo no ofreció una explicación
alterna. Preston citaba a un desertor iraquí que en una conversación
con Saddam éste había hecho referencia a un dossier sobre ``su
arma final, desarrollada en laboratorios fuera de Iraq... Libres de la inspección
de la ONU, desarrollarán la cepa SV1417 del virus del Nilo
occidental''.
Este comentario de Saddam nos lleva al vínculo con Castro. Cuba es el
único país que reúne las condiciones para esas
investigaciones: tiene la capacidad tecnológica; es aliado de Irak y
comparte su implacable hostilidad a EU; no está sujeto a inspección
de la ONU; es una sociedad cerrada donde no hay prensa investigativa que pueda
descubrir esas actividades; y su ubicación geográfica permite el
a EU por aves migratorias. Pero hay mucha más evidencia que
justifica la hipótesis de Cuba-Irak como respuesta al misterio de la
encefalitis.
Un año antes de que se produjera la epidemia, en 1998, la Editorial
Universal publica el libro de Carlos Wotzkow, ornitólogo cubano que
reside en Suiza, Natumaleza cubana. Wotzkow relata que, a principios de los 80,
Castro ordenó se iniciara un Frente Biológico: ``Una idea para
llevar la guerra biológica a EU por medio de la introducción de
virus de enfermedades infecciosas usando aves migratorias''. De acuerdo con
Wotzkow, sus comentarios críticos, entre otros factores, dieron lugar a
su separación del instituto, que quedó asociado con el Pedro Kourí
de Medicina Tropical para identificar virus que pudieran trasmitirse por aves
migratorias. Estas declaraciones de Wotzkow preceden en un año lo
descubierto por la patóloga de Bronx. ¿Por qué?
Ken Alibek, coronel ruso que fuera segundo jefe del programa soviético
de guerra biológica, reporta en su libro Biohazard que la decisión
de Castro de desarrollar guerra biológica está vinculada a su
convicción de que EU fue responsable por la epidemia de dengue hemorrágico
que azotó Cuba en 1981. Esto se amplía a otros casos de guerra
biológica imputados a EU por el régimen castrista, en la acusación
que presentó a la Asamblea General de la ONU en 1999, reiterada en el
2000, justificando una demanda de indemnización por $181 mil millones.
Hay entonces evidencia pública de que Castro piensa que tiene un motivo
para recurrir a esta arma: vengarse. En una coincidencia muy sospechosa, la Dra.
Rosa Elena Simeón, presidenta de la Academia de Ciencias, y promotora del
Frente Biológico, viajó a Nueva York cuando el brote de
encefalitis, supuestamente asistiendo a la Asamblea General de la ONU. A su
regreso fue recibida por Castro, quien en un acto excepcional en la Universidad
de la Habana se refirió a que esta delegación había librado
``una batalla histórica y victoriosa en pleno corazón del
imperio''. ¿Una batalla del Frente Biológico?
Que Cuba ha estado invirtiendo en su biotecnología es indiscutible.
Jocelyn Kaiser, en la revista Science de 28 de noviembre, 1998, estimaba que la
inversión alcanzaba los $1,000 millones. ¿De dónde sacó
Cuba esos millones? ¿Será Saddam? En el informe de la CEPAL del 2000
sobre la economía cubana, ese sector no se incluye en estadísticas
de inversión, producción o exportaciones. Esto lleva a preguntarse
si será porque su función no es económica, sino militar.
Esta posibilidad se refuerza con la cita en El Nuevo Herald el 18 de octubre de
1999 del Dr. Luis Roberto Hernández, entomólogo adiestrado en
Inglaterra, quien trabajara en el Frente Biológico hasta su deserción
en 1995: ``Eran laboratorios para identificación y producción de
virus y usar como `hospederos' a las aves migratorias''. De acuerdo con el Dr.
Hernández, estos laboratorios eran ``estrictamente secretos''.
La conexión Irak es mantenida discreta. Sin embargo, el Dr. Rafael
Limonta, quien fuera Director del Centro de Ingeniería Genética y
Biotecnología (CIGB) --con más de 1,200 científicos y técnicos,
según informa el Ing. Manuel Cereijo-- fue removido del cargo acusado de
posible corrupción en su actuación en las relaciones con Irak, según
la prensa oficial. Un despacho de Reuters aclaró que no había
habido corrupción. Pero esto indica que el CIGB mantiene relaciones
financieras con Irak. Según el Ing. Cereijo, en lo científico,
este vínculo se remonta a cuando Irak tenía buenas relaciones con
EU y el CDC envió a Irak cepas del virus del Nilo occidental obtenidas de
una epidemia en Israel. Los iraquíes enviaron esas cepas al Instituto de
Medicina Tropical Pedro Kourí. El intermediario principal entre Saddam y
Castro es el ortopédico Dr. Rodrigo Alvarez Cambras, médico de
confianza de Castro, a quien éste enviara para operar al hijo de Hussein
tras un accidente.
Hay suficiente evidencia circunstancial que apunta al binomio Castro-Saddam
como la posible explicación del misterio epidemiológico del virus
del Nilo occidental para justificar la hipótesis investigativa. Los
ciudadanos de la Florida tienen derecho a demandar que las autoridades estatales
y federales verifiquen esta hipótesis investigativa para validarla o
desecharla.
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