Bajo los
escombros
Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, febrero - En la madrugada del viernes 9 de febrero los residentes
en el edificio #58 de la calle Cuba, en la Habana Vieja, se despertaron
estremecidos por una fuerte sacudida. Parte del techo de la edificación
se desplomó e hirió a cuatro personas, entre ellas un niño
de cuatro años que sufrió fracturas en el cráneo.
Cuba #58, donde habitan más de 60 familias, se encuentra situado en
el corazón del llamado "casco histórico", a unos
cincuenta metros del recién inaugurado Hostal San Miguel, frente al
Anfiteatro de la Habana Vieja.
"Desde hace tres años se viene cayendo a pedazos", afirma
Lourdes, una vecina que vive en el lugar hace treinta años.
La mujer agregó: "Fue algo inesperado (lo del derrumbe). Desde
ese día no puedo dormir".
Las autoridades ubicaron en locales de la zona a quienes lo perdieron todo,
mientras el resto de las familias deben permanecer en el semiderruido edificio
de Cuba #58 en condición de "albergados", pero sin tener
albergues donde resguardarse de otro siniestro, porque en este momento no hay
donde instalarlos debido a la cantidad de habaneros que se encuentran en iguales
condiciones.
Algunos vecinos de Cuba #58 tienen la esperanza aún de que reparen el
inmueble y los dejen viviendo allí, pero el actual estado del edificio
indica que habría que demolerlo totalmente para reconstruirlo, y no hay
ningún indicio de que eso sea posible.
Lo que le sucede a esta edificación es común en muchas otras
en Ciudad de La Habana. El problema habitacional es sumamente grave y aún
no existe un programa del gobierno capaz de solucionar la crisis ni siquiera a
mediano o largo plazo.
El ritmo de construcción de viviendas dista mucho de ser el necesario
de acuerdo con el alto grado de deterioro que presentan las edificaciones de la
capital.
Paradójicamente, el domingo 11 de febrero se produjo un incendio en
el último piso de la Lonja del Comercio, edificio en el cual tienen sus
oficinas diversas empresas extranjeras. En declaraciones a la prensa en el lugar
del siniestro, Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, aseguró que todo
lo dañado sería restaurado en menos tiempo del que duró el
incendio.
No es difícil percatarse del trato diferente en estos dos casos. Los
extranjeros pagan en dólares estadounidenses, pero esa moneda no está
disponible después para solucionar las dificultades de los nacionales.
Es casi seguro, de acuerdo a lo expresado por Eusebio Leal, que el inmueble
de la Lonja del Comercio sea rápidamente reparado, pero los moradores de
Cuba #58 seguirán durmiendo cada noche de sus vidas con el temor de
despertar nuevamente bajo los escombros.
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