Anonimato
del alcoholismo en Cuba
Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, febrero - El alcoholismo es un fenómeno que aumenta en la
sociedad cubana. Especialmente entre los jóvenes es flagelo alarmante
debido a todos los trastornos personales que este hábito negativo trae
consigo. El estado de cosas existente en la sociedad propicia que un creciente número
de ciudadanos, de ambos sexos, busquen en la bebida un medio de escape a la
agobiante situación.
Un grupo de jóvenes de entre 20 y 30 años que un sábado
en la tarde se reunían en un parque del barrio habanero de la Víbora,
compartiendo dos botellas de ron, me explicaron sus motivaciones:
"No hay más nada" fue una frase que se repitió
durante la conversación. "Nos pasamos la semana entera trabajando o
estudiando. Llegamos a la casa y apenas tenemos qué comer, si prendemos
el televisor, la programación, con excepción de la telenovela,
resulta insoportable. La mayoría de los centros recreativos venden sólo
en dólares. De alguna manera tenemos que despejar", señaló
Luis, estudiante de Mecánica Automotriz.
Si bien este fenómeno se presenta en todo el país, en las
provincias orientales es mucho mayor. En esa zona la situación económica
es más grave y el alcoholismo es casi considerado una característica
de los habitantes de esa región. No en vano el propio presidente Fidel
Castro calificó al oriente de Cuba como "el tercer mundo del tercer
mundo".
Ante esta situación, varias instituciones han presentado iniciativas
que, aunque van dirigidas más a las consecuencias que a las causas, no
dejan de constituir un paliativo al grave problema. La Iglesia Católica,
mediante las Juntas de Alcohólicos Anónimos, que funcionan en
locales de los templos católicos de La Habana, ha alcanzado éxitos
en lograr recuperar de ese mal hábito a muchos ciudadanos.
Para pertenecer a las Juntas no se precisa ser católico, aunque sí
aceptar la trascendencia y la existencia de un poder superior. Cada una de las
Juntas tiene un nombre con el cual se registran en la Oficina Católica de
Servicios Generales. Existen tres tipos: las de Información, las de
Reflexión y Espiritualidad (juntas cerradas) y las Abiertas.
Una experiencia curiosa y única en el mundo según sus
organizadores, es la Junta Cerrada de Mujeres Alcohólicas, a la cual
acude un grupo de mujeres que han decidido curarse de esta enfermedad.
Es cierto que el número de adictos al alcohol es cada vez mayor, pero
también resulta apreciable la cantidad de alcohólicos que han
alcanzado la sobriedad mediante su participación en estos grupos. Los que
se incorporan a ellos reciben el apoyo de los llamados "padrinos", que
son consejeros espirituales: alcohólicos con más tiempo de
sobriedad y capacitados para coordinar las Juntas.
El ejemplo de las Juntas de Alcohólicos Anónimos constituye
una fehaciente prueba de que la sociedad civil es capaz de generar soluciones a
problemas sociales sin necesidad de la intervención estatal. A pesar de
que las autoridades cubanas se vanaglorian de tener el mejor sistema de salud
del mundo, la Iglesia Católica ha asumido con mucha mayor
responsabilidad, y obtenido mejores resultados en la ayuda a los aquejados por
el alcoholismo.
Sin dudas, podemos afirmar que los adictos encuentran aquí, más
allá del tratamiento psicológico, un apoyo espiritual que les
ayuda a reencontrar el sentido de sus vidas en medio de una sociedad que
propicia tanta desesperanza.
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