La liberación
de Juanqui
Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, marzo - La semana pasada recibí una noticia triste. Un
joven amigo, de 22 años, poeta y escritor, ha muerto en Miami. "Lo
encontraron en su cuarto", me dijo Arturo González Dorado hablándome
por teléfono desde Cienfuegos. No pude saber mucho más. Arturo
estaba deprimido y la comunicación era pésima.
No se aún cuáles fueron las causas de su muerte. Creo que se
suicidó.
Juan Francisco Pulido, que así se llamó en vida, era un joven
cubano como muchos de estos tiempos. Inconforme, rebelde y alegre. A esas
cualidades se unía una sensibilidad de poeta. Vivía con la
angustia de no poder publicar sus cuentos y poesías. Los leía a
sus amistades, como quien comparte sus secretos.
A Juanqui, como le decíamos, lo conocí una mañana
cuando fue a visitar a mi esposo para buscar entre nuestros libros alguno que le
interesara. Ese día conversamos mucho. Me contó de su vida en
Cienfuegos, de cómo lo habían expulsado de la universidad por
haberse negado a participar en las elecciones del Poder Popular y de cómo
lo hostigaba la Seguridad del Estado, a él y a otros jóvenes
intelectuales que mostraban sin temor su desacuerdo con el régimen.
Juanquí estaba identificado con las ideas liberales. Sabía que
en Cuba tenían que cambiar las cosas, sentía la necesidad de
hacer algo por la libertad de su Patria, pero a su vez era escéptico. "Este
es un país maldito", me dijo en varias ocasiones.
Dejamos de vernos varios meses.
Un día Arturo vino a La Habana y nos dijo que Juanqui se había
ido a Miami, pero que aunque estaba bien sentía mucha nostalgia. Supimos
que estudiaba en la universidad y que era un alumno aventajado.
Cuando supe de su muerte comprendí que era una víctima más
del castrismo. Juanqui es un joven que no se marchó en busca de una vida
fácil, sino de libertad. Amaba a su patria, amaba a sus padres y a sus
amigos, y los dejó atrás.
Todos sienten ahora que la muerte los ha golpeado también. Todos
saben que Juan Francisco Pulido dejó de existir porque dejó en
Cuba todo lo que quería. En el exilio no alcanzó la esperanza.
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