La defensa
socialista
Claudia Márquez, Grupo Decoro
LA HABANA, marzo - "La historia del movimiento comunista internacional
hecha por los propios comunistas es como el gato que siempre cae de pie".
Así se expresó un joven asistente a una conferencia-debate
efectuada en el Centro de Estudios Juan Marinello. La conferencia fue impartida
por el Dr. Antonio Moscato, miembro del Comité Central del Partido de la
Refundación Comunista de Italia. La exposición versó acerca
del "debate en la izquierda italiana sobre su historia y la del socialismo
real".
Confieso que asistí a dicho evento aprovechando la libre entrada al
mismo, y con la finalidad de conocer cómo se proyectan los militantes de
izquierda en un país europeo que contó con lo que es quizás
el partido comunista más influyente de Europa Occidental. Pude comprobar
que el marxismo y los marxistas no dejan de tener incoherencia y ambigüedades
en sus enfoques de la historia. Según el conferencista, los crímenes
de Stalin, la invasión a Hungría y Checoslovaquia, el asesinato de
dirigentes comunistas polacos en la Unión Soviética, fueron
errores por los cuales no se debe juzgar al sistema socialista.
Debo reconocer que hubo un enfoque crítico del propio Partido
Comunista Italiano, el cual, según reconoció el señor
Moscato, carece de unidad y consenso en múltiples aspectos de su proyección
política. Como dato curioso señaló que el diario del
partido no es leído prácticamente ni por los propios militantes.
Podría decirse que el debate, luego de terminada la intervención
del ponente, fue lo más interesante de lo ocurrido en el Centro Juan
Marinello. Las interrogantes, así como los criterios expuestos por los
asistentes fueron en su totalidad críticos, no sólo hacia la
manera en que fue enfocada la historia por el Dr. Moscato, sino hacia el propio
proyecto comunista.
¿Cómo explicar que los males del socialismo, que son presentados
como errores, fueron previstos por muchos pensadores aún antes de 1917? ¿Cómo
pueden conciliar los marxistas su concepto de la dialéctica y de la
unidad y lucha de contrarios como motor de la evolución y el desarrollo,
con la práctica de los gobiernos comunistas al eliminar toda oposición?
¿Puede acaso seguir hablándose en la Europa de hoy de lucha de
clases y dictadura del proletariado? ¿Por qué el modelo de
socialismo necesariamente tiene que ser con partido único y economía
estatal? ¿Por qué la democracia es incompatible con el socialismo?
Tales fueron las interrogantes acompañadas de lógicos y
argumentados razonamientos, que expresaron muchos de los asistentes a la
conferencia, en su mayoría jóvenes. Lo ocurrido en el Centro Juan
Marinello demuestra que cuando se crean espacios en instituciones oficiales
donde se pueden discutir temas neurálgicos, los cubanos se expresan con
libertad. En la juventud de hoy se manifiestan muchas inquietudes. Ya no se
acepta acríticamente todos los planteamientos de la propaganda
gubernamental.
Esperemos de cualquier manera que pequeños espacios de discusión
como el que se abrió en este centro continúen abiertos, y no
ocurra como en otras ocasiones, en que los comisarios políticos del
Partido Comunista clausuren este mínimo oasis para el diálogo
plural, que aún no ha sido descubierto por la gran mayoría de la
población, interesada en asistir a debates públicos en un ambiente
de cierta libertad, tan inusual en Cuba.
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