Un nuevo
plan ganadero
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, marzo - Casi diez años después que el profesor
Luis Carlos Penheiro Machado predijo un futuro de éxitos para la ganadería
cubana, los augurios del brasileño no se cumplieron, pues la ineficiencia
es la principal característica de esa esfera de la economía.
En septiembre de 1991, en un artículo periodístico, Penheiro
señaló que los métodos tradicionales de pastoreo agotan los
suelos, el rebaño, los recursos y de manera particular al hombre. Por ese
entonces, la aplicación de la experiencia cubana ya daba resultados de 2
mil litros de leche por hectárea (de pastos) al año y en la práctica
casi se prescindía del uso de piensos importados para alimentar a la masa
ganadera existente.
Sin embargo, hoy por hoy, cuando debían haberse multiplicado aquellos
resultados esperanzadores, el número de cabezas de ganado decrece
paulatinamente, instalaciones dedicadas a estos menesteres cierran por falta de
insumos, de ganado o porque el marabú invade los pastos.
Ya nadie habla de los pronósticos del profesor brasileño, y si
en aquellos tiempos se habló de 15 litros diarios por vaca en este
instante se conforman con 3 ó 4 por cada animal ordeñado.
Como suele suceder en Cuba los sueños quedaron como tales, nada se
materializó.
Ahora se habla de aplicar otro método. Se trata de una experiencia
nueva que consiste en encerrar a 8 ó 10 vacas en un cuartón de una
hectárea y alimentarlas a base de glisinea y bermuda.
Obviamente, esta fórmula esparcirá a la masa ganadera en miles
de pequeñas instalaciones. Lo que parece coincidir con aquellas vaquerías
que el gobierno cubano construyó a elevado costo y de las cuales sólo
se ordeñó una abundante ineficiencia.
Por tanto, especialistas consultados al respecto, son los que ahora
vaticinan un rotundo fracaso para este "nuevo" plan ganadero.
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