Bolas van y
bolas vienen...
Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad / CubaNet
LA HABANA, noviembre - Alguien dijo que Cuba es país de grandes
secretos dichos en voz baja. Aquí todo se dice en susurros y se desplaza
en forma de bola, o sea, esos comentarios cuyas fuentes siempre se desconocen y
que no se sabe cuándo empezaron ni cuándo terminarán de "rodar".
Por supuesto que los rumores son tan viejos como la especie humana, pero en
el caso cubano la bola se ha convertido, durante este gobierno de más de
42 años, en mecanismo de autodefensa social para burlar la desinformación,
vigilancia y represión características de los estados
totalitarios como el existente en Cuba.
Las bolas aumentan de tamaño y ruedan sin cesar cuando se aproximan
tiempos más difíciles, no especiales como suele llamarles el
gobierno desde que se desmoronó la URSS, porque nada hay de especial en
que la mayoría de los cubanos carezcan de alimentos y otros productos básicos.
Desde que los terroristas atacaron el 11 de septiembre la economía
mundial también fue impactada. El turismo decreció y de momento
nada indica que se recuperará, y como el gobierno cubano depende del
turismo y del mercado internacional, las bolas andan haciendo de las suyas por
acá porque el pueblo sabe, intuye que vienen épocas peores.
De boca en boca se diseminan múltiples y preocupantes bolas.
Se dice, por ejemplo, que reducirán la ya reducidísima cuota
per cápita de pollo que se le vende a los cubanos por la libreta de
racionamiento. "Las existencias de pollo congelado que había en los
frigoríficos se agotaron desde diciembre de 2000", comenta la gente.
El arroz, alimento principal de la dieta del cubano, costará más
en la bolsa negra. Esto lo augura otra bola, y no es de cristal, sino popular.
La bola del aumento de los apagones se está materializando, porque
cada vez interrumpen el servicio de electricidad con más frecuencia en
los municipios de la capital.
Respecto al keroseno, que desde hace años escasea, cierta bola
asegura que desaparecerá del mercado.
También se vaticina que recortarán las cuotas de gasolina y
petróleo, productos muy racionados en este momento.
La bola según la cual "las gallinas no están poniendo por
falta de pienso" preocupa mucho, porque el huevo es una de las pocas
fuentes de proteína que les queda a los cubanos. No por gusto le llaman "el
salvavidas".
Otra bola confirmada con hechos reales es el cierre parcial o total de
hoteles y otras instalaciones turísticas exclusivas de para extranjeros,
así como el desempleo de numerosos trabajadores.
También hay bolas humorísticas, como la que expresa: "La
guerra es en Afganistán, pero las consecuencias en Cuba". Quizás
el origen de este comentario pudiera estar en las informaciones manipuladas y
parcializadas que difunden en el país los medios de prensa estatales,
cuyos informes insisten en que se trata de "la guerra declarada por Estados
Unidos y los países poderosos a los más débiles".
Son tantas las bolas que corren que han resucitado a otra que data de cuando
se cayó el bloque socialista: la de las cocinas colectivas ubicadas en
cada cuadra debido a la escasez de alimentos que se avecina.
Entretanto, bolas van y bolas vienen. Pero todas coinciden en un punto: más
miseria, más necesidades para el pueblo cubano. Éstas siempre han
abundado en las últimas décadas.
El gobierno, por su parte, ahora culpa a la guerra de su incapacidad. Pero
el pueblo está agotado de tanta retórica y "los obreros y
campesinos no tienen incentivos ni ilusiones por lo que trabajarán cada día
menos"; esto lo afirma la última bola.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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