Pilar Marrero. La
Opinión. Los Angeles, CA. Lunes, 12 de noviembre de 2001.
'La idea es acercarnos a los sonidos que el joven tiene en estos momentos
como referencia, sin apartarnos de nuestro sello, nuestra identidad', afirma
Rafael Lay Jr., director y violinista de la renovada Orquesta Aragón
En palabras de su director, Rafael Lay Jr. , la Orquesta Aragón
existe para el público y en su presentación de este viernes en Los
Angeles, esa clara entrega cumplió con creces su objetivo.
El Sportsman's Lodge de Studio City tuvo un lleno total con una audiencia de
todas las edades --desde las parejas maduras hasta los jóvenes bailadores
de esta nueva etapa de oro de la música afrocaribeña--.
Poco antes, sentado en el lobby del hotel tras llegar de su presentación
la noche anterior en Berkeley, Lay Jr. --quien tomó la batuta en 1984--
hablaba de este compromiso de la Aragón con el bailador. "Esta es
una orquesta que trabaja para el público, siempre respetándolo. Y
para eso, hay que hacer la música de corazón".
Corazón sí, pero acompañado siempre por una excelencia
musical que explica por qué este grupo ya cumplió 62 años
de vida y despierta una fidelidad a muerte, aun de los seguidores más acérrimos
y acostumbrados a la buena música cubana.
La Orquesta Aragón compartió varias de sus canciones de
siempre, aquellas inmortales como El bodeguero y Sabrosona que ya forman parte
de su leyenda. También hizo un despliegue de los diferentes géneros
que ha transitado y de cómo es posible renovarse sin perder la esencia
que la caracteriza.
Se escucharon cha-cha-chás, que forman una buena parte del repertorio
de la Aragón, un danzón-cha que dio lugar al lucimiento individual
de varios de sus músicos y el "cha-onda", un ritmo creado por
ellos con influencias de sus giras africanas de los años 60.
A su vez hicieron su homenaje a los ritmos modernos de Cuba, incorporando
por momentos el estilo más rapeado de los cantantes contemporáneos
cubanos, y a otro gigante de la isla, Los Van Van, incluyendo coros de alguna de
sus canciones en la mezcla.
"La idea es acercarnos a los sonidos que el público joven tiene
en estos momentos como referencia, sin apartarnos de nuestro sello, nuestra
identidad. Hacer cosas nuevas respetando nuestro sonido, pero al tanto de los
pasillos del bailador actual", reveló Lay Jr., director y
violinista.
No ha sido tarea fácil mantener vigente a la veterana formación.
Durante muchos años, las grabaciones existentes eran las de los 50 y 60.
Cuando Lay Jr. tomó las riendas --poco después de la muerte de su
padre Rafael Lay, también director--, "la Aragón era una
orquesta hecha, rehecha y famosa". El compromiso era, entonces, mantener un
nivel que ya era alto.
Aunque nunca dejaron de tocar y de viajar, el boom de la música
cubana que atrapó al mundo en años recientes, abrió nuevas
puertas a la decana de las charangas: "Hemos llegado a países que
antes estaban bien lejos de nuestro campo de acción como Turquía,
Grecia, Macedonia... lugares bien lejanos a nuestra idiosincrasia"
comentaba orgulloso el director.
Y hasta en esos rincones del mundo, no hay quien se resista a esos ritmos cálidos
de la Aragón, tan proclive a los conciertos en vivo por la radio, medio
en el cual la orquesta hizo y sigue haciendo muchas de sus presentaciones.
De hecho, su nuevo disco En route, que sale a la venta esta semana en
Estados Unidos, fue grabado en los estudios de Radio Progreso en La Habana y no
en un estudio ultramoderno como las dos anteriores.
"Esto da una sonoridad diferente, más apegada a nuestro sonido
natural. Eso le gustó al productor del disco y así lo grabamos",
comenta.
El disco recoge las innovaciones que ha incorporado la orquesta en temas
nuevos, como homenaje a la generación actual; pero también algunos
previamente grabados como los danzones Un real de hielo y La Gioconda.
Varios de esos temas antiguos y nuevos fueron interpretados esa noche. La
incorporación de coreografías de baile y, en un momento de la
noche, la explosión de un guaguancó que invitó a parte del
público a subirse al escenario, completó la comunión entre
orquesta y bailadores.
La lustrada que le dieron los danzantes a la madera de la pista lo
atestiguan. La Aragón es más que una orquesta de música
tradicional cubana y mucho más que una leyenda que mira al pasado. Es una
parte viva de la historia que aún se está escribiendo.
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