Conveniencias
políticas y cifras secretas
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, noviembre (cubanet.sergipeconectado.com) - El profesor Levi Marrero, en su
libro Geografía de Cuba, que se editó en 1950, expresa que los
huracanes son denominados tifones en el Pacífico del Norte, ciclones en
el Océano Indico, willy-willies en Australia, y baguios en las Filipinas.
Creo que las personas que perdieron sus viviendas por el huracán
Michelle deben sentir que todas esas denominaciones juntas azotaron sus vidas.
Cada vez que un ciclón pasa por Cuba, o cerca, inevitablemente
ocasiona daños cuantiosos, principalmente en las edificaciones porque la
mayoría de las viviendas se encuentran en muy mal estado técnico y
es imposible que resistan los vientos que ocasionan estos fenómenos
naturales.
Michelle pasó por Cuba hace más de una semana y aún el
gobierno de Fidel Castro no ha completado las cifras de viviendas destruidas
total o parcialmente. Sólo se dan números parciales, según
los cuales sólo en el municipio Santo Domingo, en la provincia Villa
Clara, 3,771inmuebles se dañaron, de los que 900 resultaron destruidos
completamente.
La vivienda es uno de los principales problemas que afronta la sociedad
cubana. Sobre esto tampoco el gobierno de Castro publica cifras exactas. Por
ejemplo, se sabe que el 42 por ciento de los 575,765 inmuebles existentes en
Ciudad de La Habana están en regular o mal estado, y que cerca del 60 por
ciento de las casas de la provincia Granma también se encuentran en
regular o mal estado. Pero no se dice nada respecto a otros sitios del país
ni se define qué es regular y mal estado.
Sí se sabe que el gobernante Castro se comprometió desde 1953
a solucionar el problema de la vivienda en Cuba, y que lleva casi 43 años
en el poder y el problema se ha multiplicado muchas veces durante su mandato.
Nunca antes la situación de la vivienda había sido un problema
tan enorme, tan verdaderamente enorme que no tiene solución mientras
exista en Cuba el actual sistema político.
Sin embargo, Fidel Castro ha vuelto a prometer. En esta ocasión dio
un año de plazo para reconstruir las viviendas dañadas por
Michelle. Esperemos que "la batalla de ideas", prioridad número
uno del régimen, no se lleve esta nueva promesa, que de todas formas no
es nada, pues suponiendo que se cumpla será sólo un paliativo
debido al serio deterioro de las edificaciones en la isla. Sin contar con
desgracias futuras, porque si vienen más ciclones otros miles de
viviendas serán derribadas o sufrirán daños por la fuerza
de los vientos.
Dentro de este contexto nada halagüeño, el régimen de
Castro no aceptó la ayuda humanitaria brindada por el gobierno de Estados
Unidos. El gobernante de Cuba dice que lo que quiere es que le vendan en ese país
los productos que necesita para subsanar los estragos causados por Michelle.
La posición de Castro no la entienden muchos cubanos, porque no hace
ni dos semanas él mismo expresó que las reservas en divisas del país
no podían tocarse, es decir, que no tiene dinero suficiente, por lo que
es evidente que la negativa del gobernante obedece únicamente a
valoraciones políticas.
Hace años que la propaganda del gobierno de Castro presenta a Estados
Unidos no sólo como el enemigo de Cuba, sino como el enemigo de la
humanidad. En este instante, por ejemplo, los medios nacionales (exclusivos del
Partido Comunista) le dicen a la opinión pública que los
estadounidenses cometen un genocidio en Afganistán, y el 13 de noviembre
comienza en La Habana la reunión hemisférica contra el ALCA. Por
tanto, se hace muy difícil para el régimen de Castro aceptar
donaciones del gobierno "enemigo de la humanidad".
Mientras la vida en la isla esté signada por las conveniencias políticas
del gobierno del Partido Comunista, no habrá ni viviendas ni futuro
favorable para la sociedad cubana.
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