Pasó
otra Cumbre
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, noviembre (cubanet.sergipeconectado.com) - Terminó la XI Cumbre
Iberoamericana. Fidel Castro no participó. Castro es el único
gobernante -el Rey Juan Carlos también, pero ésa es otra situación-
que ha participado en diez de esas reuniones.
Si las Cumbres se hubieran realizado durante 42 años seguidos, Castro
hubiera sido el único en participar en todas. ¡Tremendo récord!
Parece que la secuela que dejó el huracán Michelle impidió
que el gobernante cubano estuviera presente en la reunión de Lima. También
pudo influir, para lo no asistencia de Castro, lo acontecido en la Cumbre de
Panamá, donde el presidente Flores, de El Salvador, le dijo entre otras
muchas cosas algo así como "Ya le hemos soportado bastante..."
Quizás la aceptación en principio de todos los representantes
de los países latinoamericanos que estaban presentes en esa cita del
ALCA, calificada por el régimen de La Habana como maniobra de Estados
Unidos para anexarse América Latina y el Caribe, haya sido determinante
para que Castro no asistiera a la oncena Cumbre, porque él muy bien pudo
pensar: "Para qué reunirse una vez más con esos
proanexionistas".
A su vez, otras personas opinan que la no aparición en público
-hace ya bastantes días- de Raúl Castro, podría explicar
por qué el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba no
participó en la recién finalizada oncena Cumbre Iberoamericana.
Especulan esas personas que Castro II -Raúl, que ocupa todos los segundos
cargos en el régimen de La Habana- afronta serios problemas de salud.
Sin embargo, Raúl Castro celebró su cumpleaños setenta
-al menos esto dijeron los medios de prensa de la isla- escalando la montaña
más alta de Cuba, el Pico Turquino. Algo parecido hizo Mao Tse Tung
cuando con setenta y pico años de edad cruzó a nado el río
Yang Tse, según informaron en ese entonces los medios chinos.
De cualquier manera, el motivo por el que Fidel Castro no asistió a
la oncena Cumbre es intrascendente, porque en realidad esas reuniones no han
significado prácticamente nada para la población cubana. De esos
encuentros de jefes de Estado y de gobierno se habla en Cuba cuando están
próximos a comenzar y cuando se están realizando. Después,
es como si nunca hubieran existido.
La Sexta Cumbre, la de Chile, fue la que más expectativa levantó
en ésta, la mayor de las Antillas, porque allí se firmó una
declaración de respeto y apego a la democracia y al multipartidismo. Pero
eso quedó allí, en Viña del Mar, pues para los cubanos eso
de democracia participativa y representativa, eso de pluripartidismo, es sólo
algo ajeno que ocurre en otras partes del mundo.
Recordemos que en la Novena Cumbre, la de La Habana, Fidel Castro declaró
que escuchaba los consejos referentes a efectuar cambios o reformas con la
paciencia de Job y la sonrisa de la Gioconda.
La oposición interna volvió a mandar mensajes. Uno de ellos
expresa: "Hoy, con todo respeto pero con toda dignidad, le decimos que si
ustedes aceptan (me parece que la están aceptando hace ya bastante
tiempo) esta situación que sufrimos como algo normal, ignorando, en sus
relaciones con el régimen que impera en Cuba, la exclusión que
sufre el pueblo cubano y cierran los ojos o guardan silencio, también en
esta Cumbre en cuanto a esa realidad, estarán negando los valores democráticos,
los derechos humanos y la solidaridad diez veces proclamada en estas Cumbres.
Estarán, en la práctica, excluyendo al pueblo cubano y
desconociendo su derecho a la autodeterminación y soberanía
popular, que es inseparable de la soberanía nacional".
A la próxima Cumbre, a la de Santo Domingo, se volverán a
mandar mensajes. Quizás en alguna ocasión haya alguien que escuche
o se encuentre alguna línea desocupada.
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