"¡Libertad,
Libertad!", claman miles de cubanos en la Iglesia de la Merced
LA HABANA, 25 de septiembre (Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad / CubaNet) -
Miles de cubanos alzaron sus voces este 24 de septiembre y pidieron libertad
durante la celebración religiosa de la Virgen de la Merced, que tuvo
lugar en el templo de igual nombre situado en el municipio Habana Vieja de esta
capital.
La iglesia se mantuvo literalmente llena durante la jornada, el coro de las
46 voces interpretó la canción "Todos Unidos" al
concluir la misa de la tarde, y todas las personas presentes se tomaron de la
mano a la vez que exclamaban: "¡Viva la Virgen de la Merced!", "¡Libertad!",
"¡Libertad!"
En la celebración de la Virgen de la Merced, patrona de los cautivos,
se oró porque en la próxima efemérides la imagen de la
virgen pueda ser sacada en procesión por las calles aledañas al
templo, lo que ahora es prohibido por norma del gobierno de Fidel Castro.
También hubo peticiones en favor de la tolerancia ideológica,
por los perseguidos políticos, por los presos, los necesitados, por la
reconciliación y el diálogo nacional.
Sin embargo, la virgen fue cargada en hombros y recorrió el área
interior del templo, mientras desde lo alto las personas arrojaban miles y miles
de pétalos blancos. Mujeres y hombres, con lágrimas en los ojos y
visiblemente emocionados, reverenciaron a la Virgen de la Merced durante su
corto recorrido.
Por su parte, decenas de opositores al régimen de Fidel Castro
realizaron una marcha pacífica de alrededor de 800 metros, luego de
participar en la misa de la tarde en la Iglesia de la Merced.
Durante el recorrido, los disidentes lanzaron reiterados gritos de "Libertad
para los presos políticos" y frases con las que condenaron públicamente
los ataques terroristas del 11 de septiembre contra Estados Unidos de América.
Agentes de la policía política se mantuvieron a corta
distancia de los manifestantes a través del recorrido, aunque no se
reportaron arrestos ni provocaciones por parte de los mismos.
Leonardo Bruzón, así como Armando y Carlos Alberto Domínguez,
tres de los participantes en la marcha, dijeron que a los gendarmes de la
Seguridad del Estado se les notaba preocupados y desafiantes al mismo tiempo.
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