Viajar en
tren: otra tortura
Fara Armenteros, UPECI
LA HABANA, septiembre - La lluvia pertinaz y la falta de capas de agua
fueron las causas por las que 800 viajeros del tren que cubre la ruta entre la
capital cubana y Manzanillo, ciudad de la oriental provincia Granma, tuvieran
que permanecer varados durante siete horas en la estación central del
ferrocarril sin beber agua ni ingerir alimentos.
Este tren tenía señalada su partida para las 8 y 25 de la
noche, pero salió a la 1 y 30 de la madrugada. Sin embargo, los pasajeros
tuvieron que presentarse dos horas antes en la estación central, o sea a
las 6 y 30 de la tarde. Cuando el tren comenzó la marcha sus carros iban
oscuros y desprovistos de agua potable.
"A la tortura que significa subirse a cualquier tren en este país
hay que añadir ahora estos maltratos adicionales", declaró
Lisbet Mora, que con su hijo de 4 años de edad eran parte de los
desafortunados pasajeros del tren La Habana-Manzanillo.
A estas personas se les dijo que la tardanza se originó porque los
trabajadores auxiliares del conductor no podían acoplar los carros con la
locomotora, conectados a través del sistema de frenos por mangueras, pues
llovía y ellos carecen de capas para protegerse de las inclemencias del
tiempo.
Empleados de la empresa de ferrocarriles de Cuba, que solicitaron el
anonimato, expresaron a la UPECI que carecen de los medios para mantener en
función el servicio mínimo a los pasajeros.
"Los equipos son viejos, no hay piezas de repuesto, y hay dificultades
tanto en los vagones como en las locomotoras y las vías férreas",
se quejó una de las fuentes.
Por su parte, los pasajeros se quejan de la higiene en los coches. "Aparte
de las demoras en el itinerario, los carros están llenos de cucarachas. A
bordo de los trenes nos tratan como personas de cuarta categoría",
afirmó Nelson Vierelles.
El hombre aclaró que durante el viaje a Manzanillo venden pan con
pasta o con mortadella, pero no ofrecen agua para beber. "Hay refrescos
embotellados de menos de medio litro a 8 pesos, precio impagable para la mayoría
de los viajeros", subrayó.
No obstante, en una encuesta informal para conocer si estas ventas son
suficientes, la mayoría consideró que no lo eran para una ruta en
la cual los pasajeros viajan por lo menos durante 14 horas.
"Pero si tienes dólares, entonces el viaje es diferente, puedes
comprar cenas que vienen envasadas en cajitas", precisó Vierelles.
Mientras tanto, entre quejas y esperanzas de que el servicio mejore, la
opinión generalizada de los que tienen la necesidad de usar la ruta entre
La Habana y Manzanillo es que viajar en tren equivale a ser torturado.
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