El salario,
los precios y el Niágara
Lucas Garve, I
LA HABANA, abril (cubanet.sergipeconectado.com) - Más difícil que cruzar el
Niágara en bicicleta, como se dice en buen cubano, es lograr hoy que el
salario alcance para casi todo en Cuba.
Según los estimados oficiales, en Cuba el salario medio mensual es de
234 pesos (Anuario Estadístico, edición 2001) pero, en realidad,
hay miles y miles de trabajadores que ganan un salario entre 148 y 198 pesos,
sobre todo en el sector de servicios.
A pesar de aumentos de salarios en casi todos los sectores laborales desde
1995 al 2000, estos incrementos no estuvieron realmente al nivel de la subida de
los precios en los años 1990-2000. Por ejemplo, una fruta cubanísima
como el anón vale diez pesos en plena calle Animas, en el municipio
capitalino Centro Habana.
Similar valor han alcanzado los aguacates, los mangos, las piñas, los
mameyes, sin hablar del melón colorado y la frutabomba o papaya. ¡Qué
caros!
No es raro escuchar en boca de muchos decir "Sólo trabajo para
comer".
A pesar de las "ferias populares" de venta de productos
alimenticios a precios controlados por el Estado, ciertamente más bajos,
la cotidianeidad se impone y los productos al alcance diario del cliente tienen
precios altos. Hasta cierto punto provocados por los altos impuestos que deben
pagar los vendedores al Estado.
Los sectores con aumento de salario significativos en años anteriores
fueron: Agricultura, caza, pesca y silvicultura: (1994) 185 pesos; (2000) 234
pesos. Explotación, minas y canteras: (1994) 231 pesos; (2000) 264 pesos.
Comercio, restaurantes, hoteles: (1995) 142 pesos; (2000) 182 pesos, aunque en
este sector el aporte de propinas en moneda convertible contribuyó a
privilegiarlo. Construcciones: (1994) 216 pesos; (2000) 284 pesos.
¿Cómo pasar el mes? Vender es una solución. Revender es
una variante de esta opción. En los centros de trabajo, sin parar en
prohibiciones, muchos trabajadores revenden mercancías adquiridas a bajo
precio. Quilo a quilo llegan a reunir sus pesos para comprar lo más
urgente, cambiar pesos cubanos por algunos dólares y... esperar el próximo
cobro.
Una solución socorrida podría ser la de realizar varios
trabajos, pero las condiciones urbanas del transporte no permiten el
desplazamiento cotidiano de un lugar a otro con facilidad, y el horario cerrado
de ocho horas también conspira contra esta posibilidad. Además,
muy pocos pretenden trabajar en servicios como limpiar establecimientos,
realizar comisiones como mensajeros, lavar y planchar porque la remuneración
es baja y estos oficios están totalmente desvalorizados, por lo que
prefieren quedarse en sus casas e invertir su tiempo en actividades más
rentables, sin reparar en la informalidad, o no hacer nada.
Sobre todo los más jóvenes son reacios a desempeñar
estos oficios, pues no colman sus expectativas, y como viven en familia el apoyo
de ésta les evita en muchos casos ocupar empleos desvalorizados.
En conclusión, el salario mensual alcanza para unos diez o quince días
a lo sumo, el resto del mes el verbo "inventar" se conjuga por fuerza
a todas las personas porque, incluso, buscar una bicicleta para cruzar el Niágara
no es tan fácil a veces.
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