Barrio chino
Lucas Garve, I
LA HABANA, mayo (cubanet.sergipeconectado.com) - El Chinatown habanero se encuentra entre
las calles Amistad y Campanario, Zanja y Dragones. Justo en Dragones y Amistad
un arco de estilo chino en mármol gris y techo de tejas rojas a la usanza
asiática se levanta majestuoso desde hace varios años. ¿Será
la Puerta del Cielo? Como no sé ni chino, de idioma chino, no puedo
asegurárselo. Mas, sí alcanzo a afirmar que se le abrirán
las puertas del estómago si recorre el callejón más
conocido como El Cuchillo de Zanja entre Rayo y San Nicolás, el verdadero
corazón del Barrio Chino.
El lugar está repleto de pequeños restaurantes como el Tieng
Tang y el Tong Po Lau, florecidos con el trabajo por cuenta propia, en los que
podrá regalarse con suficientes exquisiteces como para hartarse por un
buen rato. Todos son privados. Los precios en dólares o su equivalente en
moneda nacional oscilan entre dos y tres dólares por plato. Una característica
que los hace aún más atrayentes, unida a un servicio rápido
y buena atención al cliente. Dos razones que convencerían a un
cliente difícil.
Pero, hoy por hoy, el más frecuentado de los restaurantes del Barrio
Chino es Tres Chinitos. En este establecimiento venden comida china, claro está,
y también platos a base de pastas.
Usted deberá saber que las pastas son originarias de China. De allí
las trajo a occidente Marco Polo y los italianos las bautizaron luego como
spaguetti. Las pizzas de los Tres Chinitos se han vuelto famosas en La Habana y
quien no haya realizado una incursión gastronómica por allá
no está en "in". Los precios están entre tres y cuatro dólares
cincuenta centavos.
Este año, en junio, el Barrio Chino se reanimará mucho más,
pues celebrarán el 155 aniversario del arribo del primer grupo de culíes
chinos a Cuba. Arribo que tuvo lugar por el poblado de Regla, una villa situada
frente al puerto de La Habana, al otro lado de la bahía. Allí se
reeditará el hecho histórico, al desembarcar 155 descendientes de
chinos en el muelle de Regla. Una exposición de fotografías de
chinos de una colonia asentada en Guanabacoa se instaló en el Liceo de
esa villa con el objetivo de celebrar también el nuevo aniversario.
En La Habana, el arroz frito no se come con palitos sino con tenedor, pero
en esto hay un mestizaje evidente. Mezcla tradicional de sabiduría asiática
y calor candunguero cubano. Factores que conjugados producen un Barrio Chino muy
especial.
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