Rap cubano: ¿Quién
tiró la tiza?
Ana Leonor Díaz, Grupo Decoro
LA HABANA, octubre (cubanet.sergipeconectado.com) - ¿Quién tiró la
tiza? Parece la pregunta que hace una maestra a un grupo de alumnos díscolos
en un aula de la enseñanza secundaria básica, pero se trata de la
letra de una canción rap que se escucha, se difunde en los barrios de La
Habana.
"¿Quién tiró la tiza? / El negro ese. / ¿Fue el
hijo del doctor? / No, el negro ese".
El movimiento rap en Cuba, nacido a principios de los 90 en barriadas de la
capital, goza de buena salud pese a los esfuerzos gubernamentales por ignorarlo
o, como hace ahora, tratar de controlarlo.
Las letras de los raperos criollos reflejan la realidad del cubano común
de esta época: discriminación racial, prostitución o
jineterismo como se le llama ahora, alcoholismo... y, aunque las autoridades las
consideran agresivas o marginales para difundirlas por los medios, han prendido
con tal fuerza que se habla de 500 agrupaciones de aficionados al género,
sólo en La Habana.
Ciento ochenta de estos grupos se presentaron en las audiciones para
participar en el Octavo Festival Nacional de Rap efectuado aquí en
septiembre y que, esta vez, contó con el apoyo oficial del Instituto de
la Música y la sección juvenil de la Unión de Escritores.
Curiosamente, al finalizar este festival se anunció que el Ministerio
de Cultura había autorizado la creación de una agencia cubana de
rap, adelantando que no se tratará de una entidad para controlar el
movimiento, sino para encauzarlo.
Hace algunos años que se lleva a cabo este evento de rap denominado
Habana Hip Hop, que nació en 1995 en el Reparto Guiteras, municipio
Habana del Este, el cual desde 1996 se celebra en el anfiteatro de Alamar, sede
también de festivales y conciertos de música rock.
Según opiniones de algunos analistas independientes la variante
cubana del rap evolucionó del mimetismo inicial (música de los
guetos estadounidenses) hacia una estructura musical autóctona que lo
diferencia de aquél por el uso de la síncopa cubana,
ocasionalmente de tambores batá (propios de rituales lucumíes o
yorubas) y por la fusión con ritmos isleños como la rumba y el
guagancó.
Ese es el éxito de Orishas, primer grupo de rap latino que ganó
sendos discos de oro: A lo Cubano, en 1998; y Emigrante, en 2002.
Orishas, que obtuvo cuatro estrellas de rating en la revista Rolling Stones,
se valió de una extraordinaria publicidad en Francia, país donde
se radicó el grupo hace cuatro años logrando reunir entre seis y
diez mil personas en los principales escenarios de París, Bélgica,
Suiza, España, Estados Unidos de América y Canadá, proponiéndose
ahora conquistar el mercado de México con el esquema publicitario de
EMI-MUSIC, la casa disquera de Orishas.
Montado en ese ambiente, Orishas ha compartido escenario con Mariah Carey,
Van Van, Aragón y Yuri Ventura en Barcelona, además de estar "pegados"
en el Free Jazz Festival de Brasil.
Roldán González, director, compositor y cantante del grupo
Orishas, ha compuesto canciones que interpretan afamados grupos ses de
rap.
Pero el caso de Orishas es una excepción, igual que el de SBS y X
Alfonso, agrupaciones cercanas al "establishment" cultural cubano.
Ninguno de ellos asistió al Habana Hip Hop 2002 tampoco tienen que
entrar por el ojo de la aguja del centro promotor como sí tendrá
que hacerlo el grupo Quinto Mandamiento, de la lejana Baracoa, al que, a pesar
de ostentar la categoría oficial de artistas profesionales, las
autoridades de cultura de ese municipio oriental ponen trabas para sus
actuaciones.
La denuncia de este procedimiento excluyente fue hecha en enero del presente
año por los integrantes de Quinto Mandamiento, quienes manifestaron que
las autoridades consideran que los conciertos de rap concentran a jóvenes
con problemas sociales o con antecedentes penales. Entonces, ¿quién
tiró la tiza?
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