¿Todos
Unidos vs. Asamblea?
Manuel David Orrio, I
LA HABANA, octubre / cubanet.sergipeconectado.com - Cuando en el próximo noviembre
tenga lugar en República Dominicana la XII Cumbre Iberoamericana de Jefes
de Estado y de Gobierno, los participantes en ese encuentro quizás se
pregunten por qué recibieron dos mensajes del movimiento cubano por los
derechos humanos, si pudo ser uno.
Tal como se van haciendo rutinarias las cumbres iberoamericanas también
forman parte de este procedimiento las misivas remitidas por grandes
agrupamientos de asociaciones de la oposición interna a Fidel Castro, en
las cuales se pide la solidaridad de los gobernantes iberoamericanos para
promover en la isla el tránsito pacífico desde el régimen
unipartidista imperante hacia otro de normas democráticas
internacionalmente aceptadas.
No menos tradicional que la celebración de las cumbres, la manzana de
la discordia en esos mensajes ha sido el abordamiento del controvertido tema de
la política de sanciones económicas unilaterales aplicadas por los
Estados Unidos de América a Cuba, política fuertemente criticada
por la comunidad internacional y dentro de la propia nación del Potomac,
incluso en el seno legislativo de ese país. Ahora mismo un veto del
presidente George W. Bush, al parecer inevitable si el Congreso estadounidense
legisla a favor de una distensión de las sanciones, indica hasta dónde
ha llegado la polémica.
Sin embargo, la remisión de cartas a los mandatarios iberoamericanos
por parte del movimiento cubano por los derechos humanos presenta "para
esta edición" algunos matices que reflejan los avances de dicho
movimiento, así como contradicciones internas al parecer más
propias de jerarquías que de las bases.
Hoy puede hablarse de la formación de dos coaliciones representativas
en su conjunto de la integridad y diversidad de la oposición interna a
Fidel Castro. Por un lado, el muy difundido Proyecto Varela, que a los efectos
de la Cumbre de República Dominicana está representado por el
mensaje Todos Unidos, ya con el apoyo de 166 organizaciones o personas. Por el
otro, la Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba, cuya carta a la
Cumbre Iberoamericana asevera representar el sentir del 80 por ciento de las
entidades opositoras y disidentes debidamente registradas en la isla.
El Proyecto Varela -o el Todos Unidos- en la persona de Oswaldo Payá
está compitiendo por el Premio Nobel de la Paz y recibió el Andrei
Sájarov, tras provocar en el gobierno de Fidel Castro suficiente crispación
como para modificar la Constitución cubana en dirección de
proclamar la "irrevocabilidad" del régimen unipartidista que
impera en Cuba. La Asamblea, lidereada por Martha Beatriz Roque, firmante del
documento alternativo La Patria es de Todos, por el cual cumplió prisión,
reúne a quienes no apoyan al Proyecto Varela por diversas razones,
ninguna de las cuales lo desconoce como alternativa legítima, como
derecho de la gente a seguirlo. Se discute si el Proyecto Varela es viable o no,
si es o no correcto poner a votación inalienables fueros humanos como
propone la iniciativa. Pero prácticamente nadie en Cuba, dentro de la
oposición, lo sataniza o deja de reconocer su impacto interno y externo.
Este periodista ha tenido a los mensajes que Todos Unidos y la
Asamblea remitirán a la cumbre dominicana, los cuales ofrecen una
perspectiva del grado de avance de ambas coaliciones y de sus contradicciones,
al menos en principio. Ambas gozan de reconocimiento, prestigio y liderazgo;
entre las dos reúnen a casi la totalidad de los ya miles de opositores
conocidos y activos, y, lo más curioso, uno y otra se dirigen a los
mandatarios iberoamericanos sin que existan diferencias de fondo en sus
respectivos mensajes.
Todos Unidos no menciona a la política de los Estados Unidos hacia
Cuba, y la Asamblea resta importancia a la misma como centro del problema
cubano, mientras que los dos se concentran en llamar la atención sobre la
ausencia en Cuba de libertades internacionalmente reconocidas. Para unos, dentro
de Cuba y fuera de ella, no mencionar al embargo de Estados Unidos puede
interpretarse como un retroceso respecto a posiciones anteriores. Pero para
otros significa obviar a la célebre manzana de la discordia en un proceso
de formación de consenso.
Todos Unidos aprovecha la oportunidad para demandar solidaridad hacia el
Proyecto Varela, mientras que la Asamblea acentúa que Cuba "es el único
país de nuestro entorno cultural que no disfruta de libertades democráticas".
Puede haber matices de fondo y de forma, pero en lo esencial nada que impida a
las jerarquías de ambas coaliciones ir a la mesa de negociaciones para
consensuar un documento único, totalmente representativo de la oposición
interna a Fidel Castro. Por ello, la pregunta de rigor es por qué no lo
hicieron, por qué se está perdiendo la oportunidad de mostrar una
imagen unida. Existen posibilidades para ello, de estudiar letra y espíritu
de los mensajes.
Dato anotable: la Asamblea hizo pública una carta donde informó
de infructuosas gestiones realizadas ante Todos Unidos para avanzar hacia un
documento único. Por otro lado, periodistas independientes como Ernesto
Roque han tratado de hallar respuesta a la pregunta por medio de una entrevista
solicitada a Oswaldo Payá, la cual hasta ahora no ha sido concedida, lo
que parece conectarse con las reiteradas no invitaciones de colegas de Roque a
conferencias de prensa referidas al Proyecto Varela o al Todos Unidos, sobre lo
cual se observa una regularidad: los periodistas independientes ignorados,
alguno que otro entre los más representativos de ellos, son famosos por
su absoluta carencia de pelos en la lengua.
Por ser lamentable, la verdad no deja de ser verdad. La redacción de
los mensajes del Todos Unidos y la Asamblea reflejan un proceso de formación
de consenso que, si no va más lejos, parece tener como motivo las
discrepancias existentes entre sus cúpulas dirigentes, no en las bases
opositoras. Dichas discrepancias, a veces hasta personales, parecen invitar a un
llamado: tiempo es de política civilizada. Para caudillo, basta con Fidel
Castro.
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