SOCIEDAD
El
arte de la espera 662z2q
LA HABANA, agosto (cubanet.sergipeconectado.com) - Rafael
Rojas tiene razn cuando afirma que en
la cultura cubana el arte de la espera se ha vuelto
un oficio recurrente. S hay algn
pueblo que conoce las caractersticas de
la espera, se es el cubano.
La espera por "algo" que nos saque
de las penurias es un sentimiento cotidiano en
Cuba. En esta Isla sufrida todo el mundo est
esperando algo. Ofelia, de 83 aos, es
una de esas cubanas que espera. Todos los das
le reza a la Virgencita de la Caridad para que
le d fuerzas y le proporcione vida para
que algn su nieta pueda volver a Cuba
de visita pues se fue para Miami y ahora no tiene
dinero para venir a verla.
Angelita tiene un sobrino opositor y alberga
la esperanza de que "algn da
permitan la poltica igual que la religin"
pues, segn ella, "ahora todo el mundo
cree en lo que le da la gana y lo dice".
S esto ocurriera, ella perdera
el miedo de que se llevaran preso a su sobrino.
Yusim quiere ser periodista y hablar
algn da por la televisin.
Pero, aqu todo el mundo sabe que esa profesin
es hereditaria y que el nepotismo alcanza su mximo
esplendor entre los pasillos del Instituto Cubano
de Radio y Televisin (ICRT).
Prepararse para "cuando esto cambie"
suele ser el sabio consejo de los padres para
que sus hijos ingresen a la Universidad. Pero
la apata a veces los vence. Quin
est dispuesto en pleno siglo XXI, a interpretar
la poltica, la sociedad, la economa
y -el sexo-, bajo los designios de Carlos Marx
y sus ms fieles seguidores? Hay que tener
tremenda gandinga para dispararse la Economa
Poltica y el Anti Durin de Federico Engels.
La sociedad cubana tambin ha obligado
al mundo a esperar. Las agencias de prensa mantienen
corresponsales en Cuba para cuando llegue "el
momento del cambio". La "solucin
biolgica" parece la va ms
natural para llegar a la conclusin de
que ningn hombre es inmortal.
Cuando caminamos por las calles de la Habana
Vieja y observamos los rostros de la gente sentada
en los quicios o jugando domin en una
esquina bajo el amparo de una botella de "chispa
'e tren", nos damos cuenta que esperar, a
muchos, nos ha costado la vida entera.
Pero el que persevera triunfa, y no hay mal que
dure cien aos ni cuerpo que lo resista.
Al menos eso me ense mi abuela,
que s confa y siempre me dice:
"Mi hijita, no te desesperes, que todo llega".
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