PRENSA INDEPENDIENTE
Agosto 6, 2003

DESDE LA CARCEL �Vaya "capos"! 1n66b

Manuel Vzquez Portal

CARCEL DE BONIATO (cubanet.sergipeconectado.com) - El 19 de marzo ca de "fly" en Villa Marista. La celda 47 fue mi hospedaje hasta el 24 de abril. All perd mi nombre. Me llamaban por el apelativo de 239682. En ese lugar vi personalmente a los primeros supuestos "capos " de la droga cubana. La celda era mnima. Eramos cuatro hombres en ella. Vivamos tan apiados como si viajramos en un "camello ". Para voltearnos sobre la litera debamos tomar grandes precauciones para no sacarle un ojo al otro con nuestras narices.

Me acompaaron durante esos das angustiosos tres seres pintorescos: Muma, Cachirulo y Hectico, el carnicero. Parecan cualquier cosa, menos narcotraficantes. Muma era un hombrecillo que apenas si alcanzaba los cinco pies de estatura, y lo que s le gustaban extraordinariamente eran los caballos. Luego supe, por l mismo, que se llamaba Osvaldo. Cachirulo era un negro sonriente y nervioso, con medio crneo de platino. Se pasaba el da con dolores de cabeza, y tena ms cicatrices que un guante caero: toda su adolescencia y parte de la juventud se la haba pasado preso. Hectico el carnicero -es un decir- lo que venda en su carnicera del barrio de los Sitios, era picadillo de soya, mortadella de dem. Y pasta crnica. Era el ms joven de los tres. Todos me aseguraron que no tenan nada que ver con la droga. No faltaba ms! Estbamos en Villa Marista, donde hasta los mosquitos llevan microfonos secretos. Pero haba algo ms. A ninguno se le hall evidencia material que los incriminara. Todo se basaba en que " Fulano" mencion a "Zutano" y "Ziclano" a "Esperancejo ".

Cuando el 24 de abril, ya con mis 18 aos de condena a cuestas, part - en ese momento no saba para dnde iba - hacia la crcel de Boniato, Muma, Cachirulo y Hectico el carnicero, quedaron en Villa Marista. No he sabido qu ocurri con ellos.

En la crcel de Boniato me ubicaron definitivamente en "Boniatico", el pabelln de mayor rigor del penal, lugar que es riguroso hasta para los oficiales y la guarnicin. Mi celda aqu es la 31. Es ms pequea que la de Villa Marista, pero por lo menos, la habito yo solo. Para m solo es la peste del retrete, la gotera del techo, el sol, la lluvia, los insectos que entran por mi ventana. Para m solo son las 23 horas diarias que paso sin compaa, bueno, es un decir, ya que me hice amigo de algunos ratones, cucarachas, araas, ciempis, alacranes, lagartos, moscas, mosquitos, hormigas que vienen a visitarme.

En los primeros das de hospedaje me sacaban al patio (una hora diaria, menos los fines de semana) con Normando Hernndez y Prspero Ganza. Luego vino la orden de que por separado. Fue cuando coincid nuevamente con los "supuestos capos" de la droga cubana, pero esta vez de la parte oriental del pas. Volv a ver y a tener la misma impresin: si esta gente es narcotraficante, yo soy el supermillonario Pato Donald.

Convers con algunos de ellos. El mismo panorama: celdas de aislamiento, interrogatorios brutales, presiones de todo tipo, tejemaneje: que si "Pirindingo" le dio a "Muchilanga" que si "Muchilanga" le dio a "Burundungo". Pero pruebas, lo que se llama pruebas verdaderamente incriminatorias, evidencias reales, "nananina". Sin embargo, las condenas han sido como si toda la cocana suramericana hubiera venido a carenar en esta pequea isla del Caribe y "nuestros narcos y capos" tuvieran el control universal de los estupefacientes. El que mejor sali arrastra entre 15 y 20 aos de prisin.

Habl con Jos Eduardo Girn Cabrera, con Juan Alsaba Surez, con William Orlando Morales Durn, con Santiago Mestre Mustelier, y todos me contaron una historia similar: Fiscales empecinados en condenar, abogados de la defensa sin poder ejercer verdaderamente su oficio, oficiales de la Seguridad del Estado convirtiendo en pruebas slo palabras de otros supuestos incriminados, extraos testigos e informes sospechosos.

En fin, aqu estn, en celda de aislamiento, comiendo su sancocho, rico slo en harina de trigo, que pone la presin arterial por las nubes, el estmago al borde de la lcera, los nervios de punta. Estos son nuestros "capos". A ninguno se le ocup un verdadero cargamento de estupefacientes, una suma considerable de dinero, ni grandes cuentas en bancos nacionales o extranjeros; no fueron descubiertos laboratorios de procesamiento, no se le ocuparon armas de fuego, ni yates, ni aviones, ni mansiones lujosas, ni pasaportes falsos, ni vnculos con el crimen organizado de otras partes del mundo. Slo algn cacharrn de los aos cincuenta como medio de transporte. Y uno se pregunta, lleno de dudas, Qu clase de "narcos", de "capos" son stos, que ni siquiera los peridicos cubanos han dado cuenta de ellos?


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