SOCIEDAD
Si
no fuera por �l (III parte y Final) 6v303z
LA HABANA, agosto (cubanet.sergipeconectado.com) - Si no fuera
por l, a mi pensar, no habra tanta
gente loca por irse del pas. Tanta, que
manifestar lo contrario es tenido como normal
nicamente en las tribunas abiertas o en
las entrevistas para la radio y la televisin.
En el ambiente ntimo tal postura es tildada
de hipcrita o falta de tino, y slo
es creble si procede de alguien muy entrado
en aos.
No habra tantos jvenes ciegos
a la belleza de nuestras playas y de nuestro cielo.
Perennes embelesados con el estrecho de mar; soadores
eternos con la orilla continental, donde las palmas
no arrullan con tanto donaire ni el sol se filtra
tan amoroso en sus penachos. Pero donde existe
una realidad que se expresa con la palabra libertad.
Si no fuera por l, en mi opinin.
La radio y la televisin dejaran
de ser un martirio propagandstico donde
nunca se dice o muestra lo que uno desea ver y
or, pues slo se refleja lo que
el gobierno estima que el ciudadano debe saber.
Dejara de ser un delito el disfrute de
la televisin extranjera y el Internet,
ahora raro privilegio de unos cuantos. Nadie tendra
que cuidarse del vecino y del polica para
ver el programa de su preferencia. Desaparecera
de la pantalla el fantasma incansable del caudillo
y toda esta interminable barahnda de consignas
que unas veces llaman al sacrificio, otras a la
venganza y casi siempre al odio y al rencor. La
imagen televisiva sera parte de la realidad
de cada instante, y no de un mundo virtual, alejado
y ausente de lo que da a da veo
y palpo con mis sentidos. Desapareceran
estos visionarios y elegidos, que a modo de hechiceros,
orculos y adivinadores, controlan toda
la informacin y determinan la parte de
ella que debe llegar al ciudadano, y lo que es
peor, presentan tal aberracin como modelo
a imitar para un nuevo orden informativo.
Si no fuera por l, un estimar.
Yo, simple hombre de esta tierra; isleo
como soy, no tendra que maravillarme ante
la langosta y el camarn que ahora slo
puedo percibir cuando lo muestra el noticiero
de la televisin, pues su presencia en
la mesa del cubano es tenida como ofensa al socialismo
y evidente desviacin ideolgica.
Comera, cuando menos, como lo hacan
mis antepasados del pre castrismo hace casi medio
siglo atrs, que siendo bastante pobres
tenan a la carne de res, al tasajo
uruguayo y al bacalao noruego. Desapareceran
de mi mesa algunas pesadillas culinarias como
el picadillo de soya con sus incontables derivados
y, en fin, desaparecera esta terrible
e indeseable mezcla de socialismo y soyalismo.
Si no fuera por l, es mi pensar.
Cuba perdera el triste privilegio de
ser uno de los pases con mayor nmero
de presos polticos y de conciencia a nivel
mundial, cifra que se estima superior a los 300
para una poblacin de 11 millones de habitantes.
Quin lo hubiera dicho en esta Isla
de guarapo, raspadura y caa santa! Tambin
perdera uno de los primeros lugares en
el mundo en materia de violacin de derechos
humanos, con 11 condenas en el seno de la Comisin
de Derechos Humanos de la ONU. Nada menos que
en el seno de este Cnclave, donde resulta
bien difcil un enjuiciamiento cuando se
trata de un gobierno como el cubano, querido y
estimado por todas las tiranas del mundo.
Si no fuera por l, en mi apreciar.
El cubano dejara de sentirse un paria
en su propia tierra, y vivira satisfecho,
como siempre vivi, y orgulloso de sus
paisajes y su historia. Sin mirar al extranjero
como a un ser superior, slo porque ste
puede trabajar, viajar, oponerse o criticar a
su gobierno y elegirlo en elecciones libres y
transparentes.
Pero cuando no est l, Cuba ser
lo que siempre fue y ahora no es. Para las dos
ltimas generaciones ser un renacer
o un despertar a la nueva vida. Para la historia
ser un accidente trgico, terrible
y devastador, pero al fin y al cabo eso: un accidente.
cnet/03
(I
PARTE)
(II
PARTE)
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