SOCIEDAD
Cien
a�os de soledad 1u5572
PINAR DEL RO, agosto (cubanet.sergipeconectado.com)
- Al viejo le prepararon una buena fiesta de cumpleaos.
Son pocas las personas que cumplen 100 aos
de vida. Por eso el viejo mereca una buena
fiesta. Nadie sabe quin fue el de la idea
de la celebracin. Es lo de menos. Lo que
importa es que casi todo el mundo en el barrio
puso algo para la fiesta del centenario del viejo
Leoncio Paredes. Un vecino dulcero se encarg
de hacer la torta de cumpleaos.
El dulcero se esmer preparando el cake
para colocarle las 100 velitas encendidas que
representaban cada ao del viejo. Leoncio
vive solo. La familia abandon la Isla
y vive en el exilio, aunque el viejo ha sobrevivido
a unos cuantos familiares.
La tarde de la celebracin fueron a buscarlo
al hogar de ancianos donde pasa todo el da
hasta que regresa a la casa en horas de la noche.
Un grupo de vecinos nos encargamos de ir a buscarlo.
Se hicieron bromas que lo alegraron durante el
camino de regreso. Ya en su casa lo not
triste y nos sentamos debajo de un limonero que
l mismo haba sembrado hace mucho
tiempo. Le pregunt sobre la tristeza que
lo embargaba. Me respondi con la claridad
que an conserva su mente de centenario.
- Tengo que estar triste. De mis cien aos
me ha tocado pasar los ltimos solo. No
tuve valor para dejar Cuba y salirme de aqu
con los mos. Mi nico biznieto
viva conmigo y eso me ayudaba a no darme
cuenta de mi soledad. Luego vino la desgracia
y todos los silencios me cayeron encima de golpe.
Me viene a la memoria aquella maana en
que el viejo vino a decirme que el biznieto haba
salido junto a otros hombres hacia la costa, que
tenan la idea de irse al exilio en una
balsa. Lo importante era llegar a Florida. El
biznieto del viejo Leoncio se haba quedado
con el abuelo, y ms tarde decidi
unirse a los suyos en el extranjero.
Ya las cosas se haban puesto bien difciles
para salir de Cuba. La salida se produjo en el
ao 1994, cuando la estampida de balseros
aquel verano memorable. Lo triste del caso es
que nunca se supo ms del grupo que escap
de la Isla en aquella balsa de mala muerte. A
partir de ah el viejo no fue el mismo.
Ms tarde solicit su ingreso al
asilo de ancianos.
Entonces llamaron para cortar el cake. Le dije
que pidiera un deseo antes de apagar las velas,
pero que no poda confesar a nadie su pedido
porque as lo exige la tradicin.
Lo vi con su tristeza, parado delante del cake
y apag todas las velas. Luego se reparti
el dulce y algo de bebida refrescante a los invitados.
Yo fui el ltimo en salir. Ya en la puerta
el viejo me dijo:
- Quieres que te diga el deseo que ped
antes de apagar las velitas, periodista?
Le dije que si uno cuenta el deseo que pidi
no se le concede. El viejo respir profundo,
y me dijo:
- De la vida ya nada me interesa, por eso le
ped a la cabrona muerte que viniera a
recogerme y me quitara de una vez esta soledad
de cien aos que no me abandona. cnet/06
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