SOCIEDAD
Otro joven negro se ha perdido x1p4y
SANTIAGO DE CUBA, octubre (cubanet.sergipeconectado.com)
- Miembro de una familia negra condenada eternamente
a la pobreza por las restricciones econmicas
y la discriminacin racial en Cuba, mi
joven vecino Toco busc por la va
"fcil" cubrir sus necesidades
juveniles y est hoy en prisin
provisional, enfrentando una peticin fiscal
de cinco aos de privacin de libertad
por arrebatarle la cadena de oro a una persona
en plena va pblica.
Su madre, quien trabaja de sol a sol en una empresa
estatal productora de flores ornamentales por
un salario que no sobrepasa los seis dlares
mensuales, se levanta todos los das a
las 4.00 a.m. en busca de unos cuantos panes,
que aqu llaman especiales, que compra
a un precio de 3.50 y luego vende en 5.00 pesos,
cuando regresa de cumplir su horario laboral.
Pero todo ese esfuerzo es en vano, porque se vuelve
insuficiente para mantener decorosamente a sus
dos hijos.
Toco vive con su familia en un estrecho cuarto,
en una casa que slo posee tres habitaciones
y que comparte con otras siete personas.
Lloraba como un nio pequeo cuando
lo visitaron por primera vez en la estacin
policial de Micro Nueve. La madre indignada, le
agredi en clara seal de desacuerdo
por su mal proceder. El oficial instructor del
caso tuvo que intervenir. Fue entonces que Roberto,
Toco como le dicen desde nio, se acord
de tantos consejos dados por su padre, ex militar
de bajo rango quien ahora labora de cartero en
los correos de Cuba.
Muchas veces su mam lo sac, absorto,
del grupo que cada noche se rene en la
esquina para contarse historias carcelarias, que
casi siempre sobredimensiona el cuentista, y que
calan, por desgracia, negativamente en las mentes
de estos jvenes de familia con bajos recursos.
Lo lastimoso es que este joven ya perdi
su endeble oportunidad de ser un hombre de
bien. No volver a la escuela donde aprenda
el oficio de tornero. A partir de ahora conocer
la del bajo mundo y quin sabe si aprenda
una mejor manera de delinquir en los aos
de encierro que le esperan.
Y es que, en la gran mayora de los casos,
los jvenes salen con peor conducta social
de la prisin. La llamada reeducacin
en el sistema penitenciario cubano no surte mayores
efectos en ellos. Prisioneros de un sistema inoperante
que no les da muchas oportunidades de cambiar,
persisten en su actuar delincuencial y vuelven
una y otra vez a la crcel hasta el final
de sus das.
Amordazada cualquier gestin individual
que se haga para sobrevivir, las leyes cubanas
tipifican como delitos las ms inverosmiles
formas de subsistencia. Cualquier cosa que se
haga para sobrevivir decentemente es delito en
Cuba, desde vender limones hasta comprar una libra
de pescado a un particular.
Mientras tanto, el nmero de crceles
sigue aumentando. A vox populi se comenta que
ya no dan abasto. La ciudad de Santiago de Cuba
est literalmente rodeada de centros penitenciarios.
La crcel de Boniato al norte, la de Aguadores
al sur, la de Mar Verde al oeste, y el centro
penitenciario correccional de Damajayabo al este,
prueban esta afirmacin. Todo esto sin
contar la crcel provincial para mujeres
y las decenas de centros correccionales ubicados
en los municipios de la provincia.
Pero an as, a diario continan
los arrebatos de prendas y carteras en esta ciudad
. Sus ejecutores no exceden los veinte aos
de edad y en su mayora son de la raza
negra. Las condenas por estos delitos suelen llegar
hasta los veinte aos de privacin
de libertad. Sin embargo, Toco corri con
buena suerte. Cinco aos de peticin
fiscal parece ser un srdido acto de piedad
para con l.
Castigar de este modo a adolescentes, casi nios,
es realmente un crimen. Sus vidas se vern
afectadas para siempre a causa de un problema
que en buena medida no es su culpa.
El programa de superacin para jvenes
desocupados puesto en marcha el ao pasado
es un dbil disfraz poltico que
el gobierno utiliz para demostrar que
se trabaja en funcin de la juventud. La
realidad es que el programa pretende adoctrinar
ideolgicamente a los muchachos, y como
premio les otorga carreras universitarias sin
apenas ningn esfuerzo. Los exmenes
de isin no son necesarios en este programa,
mientras que los estudiantes de los institutos
pre universitaros enfrentaron difciles
pruebas que muchos no pudieron rebasar. De esta
forma fue eliminada la posibilidad de estudios
superiores de miles de jvenes que durante
tres aos se sacrificaron con ese objetivo,
y puesta en manos de quienes quizs en
muy poco tiempo la abandonen.
El futuro de Toco se volvi ms
oscuro que el color de su piel, y su madre tendr
que luchar hasta el cansancio porque su otro hijo
no vaya a parar a prisin cuando crezca.
Ojal para entonces se respeten las libertades
elementales de los cubanos y esta mujer pueda
darle al pequeo todo lo que no pudo dar
al mayor. cnet/48
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