SOCIEDAD
La gastronom�a revolucionaria detr�s del mostrador 5r1t37
LA HABANA, octubre (cubanet.sergipeconectado.com)
- Adems de nuestro medio ambiente, hay
que purificar y descontaminar el servicio gastronmico
cubano.
Una cadena de engaos, vulneraciones en
la calidad de los alimentos, falta de higiene,
de control y exigencia, forman parte del abanico
de maltratos que sufren los clientes de los establecimientos
de servicios comerciales del pas.
El maltrato ms comn es el ruido
en las cafeteras, a veces atronador por
las grabadoras, que causan contaminacin
acstica. A ello debe sumarse el calor,
mezclado al vaho de diversos olores y a la suciedad
circundante en pisos, mostradores y paredes en
un ambiente etlico desagradable.
La vocera incomprensible impacta al consumidor,
pues en el interior se alterna la venta de bebidas
de alcohol con la de alimentos. A veces los bebedores
se aduean del mostrador. Otras, son los
merolicos aglomerados en los alrededores los que
hacen difcil salir o entrar a las cafeteras.
Y la cocina! Tiznada, y con una costra
negra que la grasa ha formado en aos en
el descuidado metal. Luego, el cocinero que conversa
sobre los alimentos, que pasan despus
a manos del dependiente, quien termin
de fumarse un cigarrillo.
Ese es el desorden persistente y resistente que
pone a prueba su termmetro de tolerancia.
En materia de alimento, la mala manipulacin
y el engao se dan la mano. En muchas ocasiones
los dulces o panes pasan veinticuatro horas en
vitrina y luego se venden, incluso con su apariencia
daada.
Cuntas veces, hemos visto alimentos -panes
con lechn, croquetas, pizzas- expuestos
a un sofocante sol, bajo altas temperaturas, al
alcance de los vectores y al polvo...
Y qu decir de las moscas. En verdad merecen
un monumento por las nubes que se encuentran en
las cafeteras y en los alimentos.
Comn tambin es lavar vasos sin
detergentes en aguas estancadas que pueden transmitir
una hepatitis A o catarro, el ms comn
de los virus que recibe el cubano de a pie. Y
si a la vista pblica es as, qu
habr detrs de los mostradores.
Volviendo a los alimentos puede decirse que son
una burla y robo al consumidor. En unas, no se
cumplen las normas de medidas adecuada. Cortar
un pan, echarle una croqueta, fra, sin
aderezo, as sin ms nada es una
forma de desprecio, es como un toma, paga y vete...
Esa es la expresin frecuente de los empleados
gastronmicos.
Las alteraciones en los productos son tan claras
como el agua de Vento. Por ejemplo, en el listado
de ofertas incluye pan con croquetas de pollo.
Pero no es de pollo! O de cerdo. Tampoco
lo es! El pan con hamburguesa -una masa de harina
sazonada y frita- nada tiene que ver con la verdadera
de carne picada. Entonces qu son?
El coffe cake no es coffe cake sino algo parecido
al "pan de gloria", que tampoco lo es.
En otras cafeteras, se puede comprar refresco
en botella, de dudosa procedencia No es
de fbrica? Es casero! Y el precio
es el mismo.
Donde estn los ms de
cuatrocientos inspectores de comercio y gastronoma
que existen en la ciudad de La Habana y no ven
esa maleza de desorden que vulneran las normas
de la higiene y la salud?
Otro hecho cotidiano es pagar por un producto
y no recibir el vuelto. En medio de la espera,
una voz conmiserativa te dice "No hay vuelto".
En no pocas ocasiones el lenguaje es otro aspecto
que ensucia la imagen galopante de la gastronoma
"revolucionaria". Se supone que tres
aos de escuela tcnica de comercio
sirvan para pulimentar modales. "Oye asere,
el pan se acab", "Brother, aqu
no vendemos agua", "Si no te
gusta, vete!"
En medio de esta fraseologa callejera
notas el rostro amargado del dependiente, cuyo
cuello se ve atado de cadenas de platas y un diente
de oro que reluce en su boca.
Al final no aguantas ms. Pides ver al
y ste est ausente.
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