Premios
Grammy: reflexi�n cubana 5pq5v
Oscar Pea. El
Nuevo Herald, sept. 2, 2003.
Fidel Castro, con sus intransigencias, ha hecho
un dao incalculable a Cuba en todos los
campos. En el social, nos dividi y nos
trat de inculcar el odio entre cubanos.
Afortunadamente Cuba est saliendo salvada
de esa trasmisin de veneno. El abrazo
que se ha venido dando el Miami cubano y el pueblo
de la isla en estos ltimos 25 aos
ya tiene sello de garanta. El reto para
las dos partes de la nacin cubana es no
retroceder en ese camino, sabiendo saltar las
trampas polticas que hacen las autoridades
de La Habana y las que provocan nuestros propios
errores.
Ha sido el rgimen dictatorial de Cuba
el abanderado en la descalificacin de
los artistas por su forma de pensar, por sus acciones
privadas, o por el pas o sistema que representan.
Cuntos jvenes cubanos fueron acusados
de diversionismo ideolgico y encerrados
en la UMAP (campos de concentracin cubanos)
por slo llevar debajo del brazo un LP
de los Beatles. Cuntos no pudieron or
al cantante Jos Feliciano porque fue vetado
oficialmente en toda Cuba por cantar en una fiesta
del ex presidente Nixon. Despus Julio
Iglesias, por cantar donde estaba Pinochet. La
cancin Aleluya, de Roberto Carlos, prohibida
por su significado religioso.
Los cantantes cubanos Celia Cruz, Olga Guillot,
ico Membiela, Miriam Balmori, Olga y Tony,
Rolando Laserie, Luis Garca, Luisa Mara
Gell y una larga lista, hasta los cmicos
artistas de la Tremenda Corte y Guillermo Alvarez
Guedes no han podido escucharse en Cuba porque
son ''enemigos del pueblo''. En esa larga lista
La Habana agrega hoy a Gloria y Emilio Estefan,
a Willy y Lissette Chirino, Albita Rodrguez,
Los Fonomemecos, Mirtha Medina, Jon Secada, Israel
Kantor, Maggie Carls, Ramoncito Veloz,
Ral Gmez y Leonor Zamora, Annia
Linares, el Mdico de la Salsa y muchos
ms.
Reflexionemos. Vamos tambin en
el exilio a descalificar? Tenemos una alta responsabilidad:
somos la vidriera que vende futuro para Cuba.
No deba ser difcil para los cubanos
que tratamos de desentraar el presente
cubano y enfrentar el futuro plasmar una gua
del buen comportamiento democrtico y humano.
Es sencillo: no proceder como Fidel Castro y su
rgimen. Tratar siempre que nuestras actitudes
no sean un clon de ellos.
Sinceramente, no puedo entender la actitud de
algunos prominentes, inteligentes y apreciados
lderes y ex presos polticos exiliados
en relacin a la posible visita a Miami
de msicos y artistas de Cuba. Supongo
que los aturde la peligrosa pasin cubana
que nos invade a todos de una forma u otra. El
hecho es que desaprovechamos histricas
oportunidades de demostrar a esas delegaciones
de compatriotas que deseamos para Cuba un estado
de derecho en que no se identifique ningn
arte o labor con la forma de pensar de sus ejecutores.
Los msicos cubanos forman parte del triste
drama nacional que se da en todos los sectores
y esferas de trabajo de una Cuba totalitaria.
Hombres y mujeres llenos de miedo a perder la
oportunidad de hacer lo que les gusta y saben
hacer. No slo los artistas. En toda la
sociedad cubana todos son forzados simuladores.
Firman declaraciones de apoyo al rgimen
y llenan una plaza o malecn poltico.
Enarbolan el discurso oficial. Dnde
van a trabajar si el estado es dueo de
todo? Es el hombre y sus circunstancias. El pueblo
tiene un solo empleador. Por ello es vital la
comprensin de la realidad cubana para
sumar. Todos en Cuba --incluyendo a los artistas--
tienen un disidente por dentro que quiere cambiar
la realidad y un polica impregnado por
el rgimen que los paraliza.
Todos no se quedan en sus viajes porque tienen
de rehn a la familia en Cuba. Adems,
qu es ms importante y
til? Que se queden todos aqu
o que regresen divulgando dentro de Cuba --por
encima del discurso oficial-- que en Miami se
abrazaron, bailaron y comieron junto a sus hermanos
cubanos? Matemtica poltica simple:
si Fidel Castro y su gente supieran que a esos
artistas se les estaba preparando una acogida
inteligente y calurosa por sus compatriotas de
Miami, inventaran todas las maniobras
posibles para justificar su no asistencia a esta
plaza. Sin embargo, como saben de nuestras torpezas
polticas, las autoridades de La Habana
no saben ya a quin escribir y protestar
para que a los artistas cubanos se les d
la visa y lleguen aqu. Propsito:
tratar que ese segmento de la sociedad cubana
que son los artistas se desilusione del Miami
cubano, y transferirnos ante la opinin
pblica mundial sus chaquetas de talibanes.
Los nominados para los Grammy forman parte del
pueblo cubano. Un pueblo con ms virtudes
que defectos, pero frenados por el miedo, la impotencia,
el totalitarismo, el paredn, la prisin,
las consignas, la represin, la desinformacin,
el conformismo y el oportunismo. Slo con
un discurso y actuacin atractivos, aglutinantes
y modernos es que podemos robarle a Fidel Castro
la poblacin que tiene atrapada, y no seguirla
empujando ms a su lado con nuestra inefectiva
intransigencia.
En Cuba tienen muy altas expectativas con un
cambio. En especial estn llenos de ilusiones
y sueos con sus hermanos del exilio. Es
un absurdo que el propio Miami cubano vaya a matar
ese sentimiento. Ellos piensan que la disidencia
y el exilio somos la libertad y el convivir sin
condiciones. Es un crimen destruir esa magia.
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