El
espionaje cubano: necesidad de Estado 4a1g5p
El espionaje de Estado contina siendo
instrumento de control poltico en Cuba
Por Yolanda Martnez, Mural.
Mxico, 14 de septiembre de 2003.
La Habana, Cuba (14 septiembre 2003).- Entre
la paranoia popular y una mentalidad de guerra
fra que perdura intacta en algunos sectores,
por La Habana se mueve toda una gama de sombros
informantes: correveidiles de la Polica
local a la espera de sus diez minutos de gloria;
autnticos espas travestidos de
empresarios, acadmicos o diplomticos,
que se dedican a minarle el suelo bajo los pies
al Gobierno; disidentes que mantienen cordiales
encuentros con la Seguridad del Estado, y adorables
ancianitas a las que no se les escapa ningn
movimiento irregular en el barrio y que, junto
a los chivatos con ostentosa vocacin al
chisme, facilitan el trabajo a los vigilantes
de los Comits de Defensa Revolucionarios
y a los activos profesionales de la contrainteligencia.
En Cuba, aseguran los enterados, casi nadie es
lo que parece.
"Aqu, siempre hay un ojo que te
mira", comenta con sorna el portero de un
conocido gimnasio capitalino, de quien ms
de un cliente sospecha que pasa informacin
a la Polica. No es una frase folclrica
vaca de contenido sino que retrata con
bastante precisin una realidad social
donde la sospecha y la vigilancia forman parte
de la vida cotidiana.
En el da a da, hay nombres que
no se pronuncian y se sustituyen por gestos de
todos conocidos; celulares que se apagan para
evitar ser escuchados; carretes de fotos o disquetes
que se esfuman de la bolsa de viaje de un periodista;
micrfonos ocultos descubiertos casualmente
en la habitacin de hotel de ciertos turistas,
bajo la mesa de un restaurante privado o en la
casa particular de un empresario; telfonos
pinchados, correos electrnicos intervenidos.
Parece una pelcula de trama negra, pero
esto dicen que sucede aqu y ahora.
"Vivimos en un pas donde cualquiera
puede ser un informante y la desconfianza es normal.
La polica poltica est
por todas partes. Aqu lo que mejor funciona
es el control", dice a REFORMA Gisela Delgado,
esposa de Hctor Palacios, uno de los 75
opositores condenados en los juicios que tuvieron
lugar en abril.
Durante aquellos rpidos procesos, a los
que no tuvo la prensa, el gobierno destap
a 12 agentes de la Seguridad del Estado que haban
trabajado durante aos infiltrados en los
grupos de la fragmentada disidencia interna. Entre
ellos se encontraba Aleida Godnez, la
agente Vilma, que en su papel de disidente se
convirti en una voz habitual de las radios
de Miami, y en la mano derecha de la dirigente
de la Asamblea para la Sociedad Civil, Martha
Beatriz Roque, logrando incluso el pase de entrada
libre a la custodiada Oficina de Intereses de
los Estados Unidos en La Habana.
"Para m ha sido un honor desarrollar
esta misin para los rganos de
la Seguridad del Estado y lo volvera hacer
si mi pas me lo pidiera", dijo a
este peridico Godnez, que lleg
a estar siete das presa por intento de
sabotaje contra una planta elctrica.
Para los opositores y los crticos con
el sistema resulta siniestro y asfixiante tener
que vivir bajo lo que califican como la permanente
observacin del gran hermano. Pero el orgullo
que siente la agente Vilma tampoco es una excepcin.
Como Godnez piensa un amplio sector de
la sociedad cubana, que en mayor o menor grado
apoya la Revolucin, para la que formar
parte de los Servicios Secretos del Ministerio
del Interior es considerado un trabajo heroico
y una necesidad para la defensa de la seguridad
nacional.
En Silencio Ha Tenido que Ser fue el ttulo
de un serial producido por la televisin
cubana a fines de los aos 80, que arras
en audiencia y nadie que hoy tenga ms
de 25 aos de edad lo ha olvidado. El hroe
y protagonista de aquella serie era David: un
agente cubano que se haba infiltrado en
el exilio de Miami y de ah escal
a la Agencia Central de Inteligencia.
"Todos queramos ser como el agente
David", explica Martha Garca, una
ingeniera electrnica que trabaja en el
Ministerio del Interior, donde se trabaja con
los equipos tcnicos usados en la vigilancia.
Diplomticos europeos califican los servicios
secretos cubanos entre los cinco ms eficaces
del mundo.
"Han demostrado que se infiltran donde quieren.
Muchos de ellos han llegado a La Florida como
balseros, desertores, secuestradores de aviones
o de embarcaciones y hasta con un abultado currculo
de disidente y han permanecido durante 20 aos
en los grupos radicales de Miami. Incluso en los
momentos de mayor tensin se ganaron la
confianza del exilio duro, como la Fundacin
Nacional Cubano Americana y la terrorista Alpha
66", comenta el Consejero Cultural de una
embajada latinoamericana.
Tal impresionante despliegue de espas
y seguridad interna mantenido durante dcadas
por el Gobierno de un pequeo pas
con serias dificultades econmicas sorprende
e irrita a muchos observadores.
"Tenemos derecho a defendernos", expresa
a REFORMA un funcionario cubano.
"Estados Unidos ha itido haber planeado
al menos once veces el asesinato de Fidel Castro,
pero en realidad directa o indirectamente lo han
intentado muchsimas ms. Adems,
en 1962, exiliados entrenados por la CIA trataron
de invadirnos; nos han envenenado los suelos y
propagado enfermedades contagiosas contra el ganado,
por citar slo acciones reconocidas ya
por el Gobierno estadounidense", aade
el funcionario.
Un libro publicado aqu en agosto acusa
al veterano presidente de la Comisin Cubana
de Derechos Humanos, Elizardo Snchez Santacruz,
de haber sido durante ms de seis aos
el agente Juana de la Seguridad del Estado y de
informar regularmente al Ministerio del Interior
sobre la actividad de sus compaeros disidentes,
diplomticos y corresponsales.
La semana pasada, los dos periodistas autores
del libro difundieron a la prensa un video con
imgenes explcitas de conversaciones
y reconocimientos entre el veterano disidente
y quienes se supone deben ser sus represores.
"Yo tengo una trayectoria de 35 aos
en la resistencia, pero estoy dispuesto a hablar
hasta con Satans si es para lograr la
libertad de mis hermanos presos. Al final se trata
de creerme a m o creer lo que dice el
Gobierno totalitario de Fidel Castro", respondi
Snchez.
Sin embargo, ver y escuchar al veterano activista
recibiendo una condecoracin de un coronel
del Ministerio del Interior, en agradecimiento
a los servicios prestados, as como la
infiltracin llevada a cabo por los servicios
de inteligencia entre los disidentes, han desconcertado
a muchos diplomticos en La Habana.
"Tambin puede ser una campaa
de desprestigio contra la oposicin para
que dejemos de relacionarnos con ellos y de invitarles
a las recepciones oficiales," expres
un Embajador europeo.
"Crear incertidumbre sobre la verdadera
identidad de alguien es una tctica para
la que sirven hasta los muertos", aadi
el diplomtico, recordando el famoso caso
de Yez Pelletier, un disidente
que falleci hace tres aos. En
el primer aniversario de su muerte su viuda contempl
estupefacta cmo la Seguridad del Estado
depositaba una corona de flores en su tumba, como
homenaje de sus compaeros.
|