PRENSA INTERNACIONAL
Septiembre 15, 2003

El espionaje cubano: necesidad de Estado 4a1g5p

El espionaje de Estado contina siendo instrumento de control poltico en Cuba

Por Yolanda Martnez, Mural. Mxico, 14 de septiembre de 2003.

La Habana, Cuba (14 septiembre 2003).- Entre la paranoia popular y una mentalidad de guerra fra que perdura intacta en algunos sectores, por La Habana se mueve toda una gama de sombros informantes: correveidiles de la Polica local a la espera de sus diez minutos de gloria; autnticos espas travestidos de empresarios, acadmicos o diplomticos, que se dedican a minarle el suelo bajo los pies al Gobierno; disidentes que mantienen cordiales encuentros con la Seguridad del Estado, y adorables ancianitas a las que no se les escapa ningn movimiento irregular en el barrio y que, junto a los chivatos con ostentosa vocacin al chisme, facilitan el trabajo a los vigilantes de los Comits de Defensa Revolucionarios y a los activos profesionales de la contrainteligencia. En Cuba, aseguran los enterados, casi nadie es lo que parece.

"Aqu, siempre hay un ojo que te mira", comenta con sorna el portero de un conocido gimnasio capitalino, de quien ms de un cliente sospecha que pasa informacin a la Polica. No es una frase folclrica vaca de contenido sino que retrata con bastante precisin una realidad social donde la sospecha y la vigilancia forman parte de la vida cotidiana.

En el da a da, hay nombres que no se pronuncian y se sustituyen por gestos de todos conocidos; celulares que se apagan para evitar ser escuchados; carretes de fotos o disquetes que se esfuman de la bolsa de viaje de un periodista; micrfonos ocultos descubiertos casualmente en la habitacin de hotel de ciertos turistas, bajo la mesa de un restaurante privado o en la casa particular de un empresario; telfonos pinchados, correos electrnicos intervenidos. Parece una pelcula de trama negra, pero esto dicen que sucede aqu y ahora.

"Vivimos en un pas donde cualquiera puede ser un informante y la desconfianza es normal. La polica poltica est por todas partes. Aqu lo que mejor funciona es el control", dice a REFORMA Gisela Delgado, esposa de Hctor Palacios, uno de los 75 opositores condenados en los juicios que tuvieron lugar en abril.

Durante aquellos rpidos procesos, a los que no tuvo la prensa, el gobierno destap a 12 agentes de la Seguridad del Estado que haban trabajado durante aos infiltrados en los grupos de la fragmentada disidencia interna. Entre ellos se encontraba Aleida Godnez, la agente Vilma, que en su papel de disidente se convirti en una voz habitual de las radios de Miami, y en la mano derecha de la dirigente de la Asamblea para la Sociedad Civil, Martha Beatriz Roque, logrando incluso el pase de entrada libre a la custodiada Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana.

"Para m ha sido un honor desarrollar esta misin para los rganos de la Seguridad del Estado y lo volvera hacer si mi pas me lo pidiera", dijo a este peridico Godnez, que lleg a estar siete das presa por intento de sabotaje contra una planta elctrica.

Para los opositores y los crticos con el sistema resulta siniestro y asfixiante tener que vivir bajo lo que califican como la permanente observacin del gran hermano. Pero el orgullo que siente la agente Vilma tampoco es una excepcin.

Como Godnez piensa un amplio sector de la sociedad cubana, que en mayor o menor grado apoya la Revolucin, para la que formar parte de los Servicios Secretos del Ministerio del Interior es considerado un trabajo heroico y una necesidad para la defensa de la seguridad nacional.

En Silencio Ha Tenido que Ser fue el ttulo de un serial producido por la televisin cubana a fines de los aos 80, que arras en audiencia y nadie que hoy tenga ms de 25 aos de edad lo ha olvidado. El hroe y protagonista de aquella serie era David: un agente cubano que se haba infiltrado en el exilio de Miami y de ah escal a la Agencia Central de Inteligencia.

"Todos queramos ser como el agente David", explica Martha Garca, una ingeniera electrnica que trabaja en el Ministerio del Interior, donde se trabaja con los equipos tcnicos usados en la vigilancia.

Diplomticos europeos califican los servicios secretos cubanos entre los cinco ms eficaces del mundo.

"Han demostrado que se infiltran donde quieren. Muchos de ellos han llegado a La Florida como balseros, desertores, secuestradores de aviones o de embarcaciones y hasta con un abultado currculo de disidente y han permanecido durante 20 aos en los grupos radicales de Miami. Incluso en los momentos de mayor tensin se ganaron la confianza del exilio duro, como la Fundacin Nacional Cubano Americana y la terrorista Alpha 66", comenta el Consejero Cultural de una embajada latinoamericana.

Tal impresionante despliegue de espas y seguridad interna mantenido durante dcadas por el Gobierno de un pequeo pas con serias dificultades econmicas sorprende e irrita a muchos observadores.

"Tenemos derecho a defendernos", expresa a REFORMA un funcionario cubano.

"Estados Unidos ha itido haber planeado al menos once veces el asesinato de Fidel Castro, pero en realidad directa o indirectamente lo han intentado muchsimas ms. Adems, en 1962, exiliados entrenados por la CIA trataron de invadirnos; nos han envenenado los suelos y propagado enfermedades contagiosas contra el ganado, por citar slo acciones reconocidas ya por el Gobierno estadounidense", aade el funcionario.

Un libro publicado aqu en agosto acusa al veterano presidente de la Comisin Cubana de Derechos Humanos, Elizardo Snchez Santacruz, de haber sido durante ms de seis aos el agente Juana de la Seguridad del Estado y de informar regularmente al Ministerio del Interior sobre la actividad de sus compaeros disidentes, diplomticos y corresponsales.

La semana pasada, los dos periodistas autores del libro difundieron a la prensa un video con imgenes explcitas de conversaciones y reconocimientos entre el veterano disidente y quienes se supone deben ser sus represores.

"Yo tengo una trayectoria de 35 aos en la resistencia, pero estoy dispuesto a hablar hasta con Satans si es para lograr la libertad de mis hermanos presos. Al final se trata de creerme a m o creer lo que dice el Gobierno totalitario de Fidel Castro", respondi Snchez.

Sin embargo, ver y escuchar al veterano activista recibiendo una condecoracin de un coronel del Ministerio del Interior, en agradecimiento a los servicios prestados, as como la infiltracin llevada a cabo por los servicios de inteligencia entre los disidentes, han desconcertado a muchos diplomticos en La Habana.

"Tambin puede ser una campaa de desprestigio contra la oposicin para que dejemos de relacionarnos con ellos y de invitarles a las recepciones oficiales," expres un Embajador europeo.

"Crear incertidumbre sobre la verdadera identidad de alguien es una tctica para la que sirven hasta los muertos", aadi el diplomtico, recordando el famoso caso de Yez Pelletier, un disidente que falleci hace tres aos. En el primer aniversario de su muerte su viuda contempl estupefacta cmo la Seguridad del Estado depositaba una corona de flores en su tumba, como homenaje de sus compaeros.


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