Un anticomunista en La Habana
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Rafael Rojas, El
Nuevo Herald, 16 de agosto de 2004.
La reintegracin democrtica de
la cultura cubana, injustamente dividida durante
ms de cuatro dcadas por un rgimen
totalitario, es deseo genuino de la mayora
de los intelectuales de la isla y la dispora.
Nadie que aspire verdaderamente a la reconstruccin
de ese legado cultural, sin exclusiones ideolgicas
o polticas, puede lamentar que, aun con
la bendicin del gobierno de Fidel Castro,
en Cuba se publiquen obras de clsicos
de la repblica y el exilio como Gastn
Baquero, Lino Novs Calvo o Lydia Cabrera.
Gracias a una sigilosa y selectiva operacin
de rescate, emprendida por polticos culturales
que todava a mediados de los 90 afirmaban
que los escritores republicanos y exiliados eran
anticubanos, las nuevas generaciones de la isla
no estn expuestas a esa mutilacin
simblica que implica crecer y educarse
sin haber ledo a Jorge Maach,
a Carlos Montenegro o a Eugenio Florit y bajo
el engullimiento compulsivo de literatura comunista
y revolucionaria.
Sin embargo, esa apertura o rescate de autores
del exilio y la repblica no prescinde
de una compleja manipulacin de la memoria.
Los ttulos publicados y las notas editoriales
que los acompaan nunca reflejan respetuosamente,
sin descalificacin, neutralismo o escamoteo,
el posicionamiento pblico de esos intelectuales
frente al rgimen castrista.
Hasta hace muy poco, los diccionarios y crticas
oficiales afirmaban orgullosamente que este o
aquel autor era ''contrarrevolucionario'' o ''anticubano''.
Ahora, simplemente ocultan su identidad ideolgica
o poltica con el fin de justificar lo
que no requiere justificacin: la pertenencia
a una tradicin nacional, poltica
e ideolgicamente heterognea, donde
figuran, con los mismos derechos, marxistas refinados
como Juan Marinello y liberales persuasivos como
Francisco Ichaso.
Caso reciente de lavado de memoria es la reedicin
en La Habana, por la editorial Ciencias Sociales
--una de las pocas editoriales marxistas-leninistas
que quedan en el planeta-- de la esplndida
biografa Heredia. La incomprensin
de s mismo (La Habana, Editorial Trpico,
1938) del poeta, abogado, historiador y crtico
santiaguero Rafael Estnger, quien se exili
en 1960, va Mxico, y falleci
en Miami en 1983.
Todava hoy, cuando los viejos mitos de
la patriotera cubana resucitan dentro
y fuera de la isla, el libro de Estnger
sigue siendo la mejor biografa herediana
porque no rehuye ningn tab de
la vida del cantor del Nigara: el conservadurismo
del padre, la obra dispareja, el desencanto con
la independencia hispanoamericana, la carta a
Tacn, el viaje a La Habana y la intransigencia
y la hipocresa de sus contemporneos,
con Del Monte a la cabeza, que le dieron la espalda
durante los dos ltimos aos de
su corta y enferma vida en Mxico.
Aunque el prlogo corri a cargo
de Antn Arrufat, un escritor nada doctrinario
y bastante conocedor de la historia literaria
de la isla, en ningn momento del mismo
y en ninguna de las notas editoriales del libro
se reconoce la ideologa poltica
del bigrafo, Rafael Estnger, sofisticado
e incansable anticomunista, que plasm
su filosofa liberal y democrtica
en libros como Cuba en la cruz (1960), Mart
frente al comunismo. Glosas de contrapunteo entre
el hombre libre y el autmata marxista
(1966) y, sobre todo, Sincera historia de Cuba
(1974).
Podra argirse que el anticomunismo
de Estnger fue una posicin posterior
a lo que l y tantos otros consideraron
la ''traicin'' a la revolucin
de 1959. Pero basta leer algunos de sus ensayos
de la poca republicana como Mussolini
y la ideologa fascista (1930), Vida de
Mart (1934) --cuya edicin mexicana
apareci con prlogo del entonces
liberal Jos Antonio Portuondo-- Sociopata
americana (1939), Cspedes el precursor
(1949) y, sobre todo, su excelente texto Caracteres
constantes de las letras cubanas (1954), para
confirmar el rechazo permanente de Estnger
a cualquier modelo totalitario de organizacin
de la sociedad.
La verdadera apertura cultural cubana, como sabemos,
slo podr producirse luego de una
transicin a la democracia. Cuando ese
momento llegue, la reivindicacin de autores
de la repblica y el exilio no implicar
el escamoteo de la ideologa poltica
a cambio del reconocimiento literario y, junto
con Poemas invisibles, Pedro Blanco, el negrero
y El Monte, se reeditarn los lcidos
ensayos anticomunistas de Gastn Baquero
en el Diario de la Marina, de Lino Novs
Calvo en Bohemia Libre y de Lydia Cabrera en Mariel.
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