"Casino Azul", de Carmen
Alea Paz: crisis y suicidio existencial 4y5q5p
Por Constanza Reverend. o
Magazine, 18 de agosto de 2004.
La literatura creada por Carmen Alea Paz es una
expresin bsicamente testimonial
de un tiempo que se reevala desde la perspectiva
crtica que quiere darle un valor a los
hechos sin que prevalezca el inters ideolgico
por encima de la visin humana de la autora.
Indefectiblemente, Alea Paz es la voz de las
mujeres de esa poca de crisis que en la
premura y ruptura abrupta de un estado poltico
a otro fue dejando sin cotejar los procesos social,
psicolgico, cultural y humano que las
mujeres de esos aos iban determinando
y protagonizando. Casino Azul (2004) no se aleja
de esta perspectiva y va dirigida a un lector
que, como en el caso de quienes se iban sensibilizando
y aprendiendo de las historias y temas de inters
de las mujeres como protagonistas del mundo en
cambio que mostraban las revistas femeninas, es
capaz de comprometerse y dejarse sorprender.
Casino Azul es la historia de una mujer cubana
cuya vida est marcada por la crisis. El
mundo donde se desenvuelve la trama est
sujeto al proceso de cambio que va transformando
la ciudad de La Habana, de una comunidad provinciana
en una urbe burguesa y moderna azotada por los
remezones polticos del gobierno de Batista
y la insurgencia de la revolucin representada
por Fidel Castro.
La historia, sin embargo, no es tan simple. El
mundo personal que plantea la reflexin
de Alba, la protagonista, no puede ser entendido
sin ese reflejo social y la disquisicin
poltica que lo acompaan. En primera
instancia, est el mbito personal
del desencanto y desarraigo de la protagonista
que quiere dejar de ser objeto (cuerpo) para ser
reconocida como un ser con conciencia (testimonio)
y narra una tragedia que se anuncia desde el primer
monlogo interior que comienza la novela
en el que el interlocutor es el lector, espectador
y confidente de lo que pasa:
"Cundo se esconder
el sol? Yo, que siempre he amado su luz, hoy quiero
que se apague para escapar" (9). El mundo
social que se revela es el de la mujer de los
aos 50 y principios de los 60, que estaba
viviendo como gnero y como clase su propia
revolucin no slo en el sentido
cultural, sino en el ideolgico. En ese
momento las mujeres tenan a las
profesiones liberales, competan en el
mundo laboral con el hombre y se liberaban del
yugo masculino y los patrones impuestos por la
ideologa dominante. Se explica el entorno
poltico de la conmocin de una
dictadura cada vez ms opresiva que iba
minando la bonanza econmica que experimentaba
la isla y validando la necesidad de un cambio,
representado aqu como la otra cara de
la misma moneda en la que slo se sustituy
el discurso para continuar la represin
y el aniquilamiento de un proceso humano y cultural
abortados.
Rey es el protagonista de la historia que cuenta
Alba, logro narrativo en la novela cuya estructura
es contar otra historia dentro de la propia. La
unidad y sentido estn determinados por
el hecho central que es la vida y muerte de la
antiherona. El amante es un hombre de
una posicin econmica slida,
un empresario y donjun que aparentemente
lo tiene todo, porque lo compra todo; es la figura
central de la ciudad burguesa por ser el ideal
de poder; detenta no slo la capacidad
econmica, sino tambin el poder
de seduccin, la cultura y el encanto de
un protagonista de telenovela, pero quien va siendo
descubierto, des-configurando y revelado por la
voz de la mujer madura que al revalorar su propia
vida descubre al verdadero ser degradado, al verdadero
antihroe incapaz de superar la alienacin,
la prdida de valores humanos, la degradacin
de la sociedad de cambio: no es un ideal, es un
producto de la tragedia social del siglo XX: todo
lo que toca lo compra, lo posee, lo usa, lo manipula
y lo desecha. "A Rey le importan ms
la posicin y el dinero que el amor de
una mujer"(18).
La novela plantea que no ha existido un espacio
enriquecedor an para la mujer ni antes
ni despus de la crisis, y que an
ella est luchando por crear un equilibrio
entre su ser y su medio. La presencia de la ciudad
es constante, la clase media es la que suscita
la verdadera revolucin de la dcada
con sus ideales de "superacin y progreso"(36).
Revistas como Romances se ocupan de captar este
cosmopolitismo haciendo alusin a otra
intertextualidad: "Soar tras la vitrina",
artculo que en realidad existe y que incluye
la voz de otra narradora que valida la historia
que se cuenta (36-37). El peridico y ms
tarde la revista de esos aos de constantes
cambios y masificacin de la informacin
son el reflejo de esa conciencia institucionalizada
que iba evolucionando de acuerdo al proceso impuesto
por la visin del mundo del grupo que representa.
En los aos 50 y 60, con la modernizacin
y el ansia de progreso, ideales de la sociedad
de consumo, y los medios de difusin masiva,
la revista de tono intimista fue asumiendo un
papel decisivo en el mbito femenino.
La mujer ya era un elemento primordial en el
mundo del consumo y a su vez exista la
necesidad de permear este grupo que empezaba a
sobresalir para convertirse en un eco de sus necesidades
y sus anhelos. En Cuba revistas como Vanidades,
Romances y Colorama iban creando su propio grupo
de lectoras, y tenan que satisfacer esta
demanda de intimismo y lograr el tono ideal de
confidencia, con el propsito de convertirse
en el reflejo del sentir y pensar de las lectoras.
Carmen Alea Paz era una joven escritora cuando
incursiona en peridicos y revistas de
La Habana, y su voz encaja en este afn
de los medios de comunicacin escritos
por convertirse en un eco de las necesidades sentimentales
de la mujer y tambin en guas de
un comportamiento que cada vez entraba ms
en conflicto con los patrones impuestos por el
statu quo que empezaba a ser revaluado.
Casino Azul recoge este proceso captando una
imagen de la poca que no puede ser pasada
por alto, porque apunta a la necesidad de este
grupo social y cultural de las mujeres de la clase
media, de establecer una identidad, de lograr
una presencia social que las reflejara y de tener
una voz para compartir ideas. Como dice Rosalba
Campra refirindose a la historia de la
literatura latinoamericana y el andamiaje donde
se monta que hay "una fulgurante apropiacin
de la palabra -de la capacidad de mensaje-; una
demanda al otro para que se reconozca", en
su obra Amrica Latina: la identidad y
la mscara. (Siglo XXI editores, Mxico,1987)
(18).
El tono intimista de la confidencia va a ser
un elemento presente en el monlogo de
Alba; su confesin llena de profundas reflexiones
sobre la vida de la mujer y su sentido como ser
en el mundo de los hombres est dirigida
a un lector femenino; un lector que se solidarice
y entienda el porqu de su decisin
final y se haga eco por contraposicin
de la rebelda implcita contra
un mundo que niega a la mujer, que la transforma
en el objeto del deseo masculino y que no le permite
desarrollarse, ni trascender dentro del mundo
que libremente ella quiera elegir.
El proceso de Alba es en trminos generales
el smil del devenir de una ciudad que
se exilia de su propio proceso por una ruptura
abrupta que la transforma a travs de la
fuerza y la violencia por lograr un orden nuevo
que termina siendo la otra faceta de la tirana:
la revolucin que cierra el cerco en aras
del ideal y termina devorndose a s
misma y negando el ser que pretenda reivindicar.
"Esa era La Habana de su adolescencia y juventud,
que Alba recordaba ahora en su distante exilio
mexicano. Su Habana coqueta y cordial. Una ciudad
luminosa, llena de encanto, belleza y alegra.
A dnde haba ido a parar
todo? Sus sueos, las ilusiones,
la esperanza, el porvenir? Ya nada de eso exista.
La maldita Revolucin haba acabado
con todo"(37).
En el transcurrir de la historia de Alba (una
mujer sin identidad, sin apellido) se va cerrando
el crculo no slo de la opresin
social y psicolgica, sino de la poltica.
El lector testigo va comprendiendo a travs
de los datos polticos, que va crendose
la crisis con la represin de los aparatos
de estado y la polica de la dictadura
de Batista, situacin que afecta no slo
el curso de los negocios de Rey (smbolo
de la libre empresa de la burguesa del
momento), sino que tambin causa inestabilidad
afectiva y emocional en la relacin amorosa.
Esta conmocin permanece y se exacerba
cuando revienta de facto la revolucin
que ya se vena murmurando en el medio
en el que se desenvuelve la protagonista: las
voces que conforman la memoria de esta mujer relatan
los hechos en segmentos que el lector debe organizar.
El ltimo cerco que se estrecha hasta
cerrarse es el de la revolucin misma.
Los personajes ya no slo se sienten vigilados,
sino que se ven perseguidos y expropiados, sin
ms alternativa que el exilio. Cuando Alba
sale de Cuba queda excluida del nuevo proceso
que va a dividir la identidad del cubano entre
los de aqu y los de all haciendo
mucho ms profundo el desencuentro.
La condicin de poder econmico,
sin embargo, no puede dar a Alba una base cultural,
emocional y psicolgica que la haga sentir
el arraigo a algo. Es una exiliada de su pas,
de su familia, de su sociedad en trminos
de ideales morales y ticos; es una exiliada
de su relacin desigual y negadora, y es
una exiliada, en ltima instancia, de la
vida que ella dese y no pudo tener. Su
frustracin se equipara con la de su pueblo,
Cuba est nombrada en la novela, estn
exorcizados sus fantasmas y estn explicados
los procesos de negacin del ser que fue.
Con la revolucin se impone otro discurso
que promete la reivindicacin del ser humano
y deviene en otra forma de violencia y negacin.
La obra de madurez literaria de Carmen Alea Paz
se escribe en los aos 90, sin embargo,
ya haba incursionado en el mbito
de la poesa y el cuento en la Habana donde
publicaba en peridicos y revistas en los
aos 50.
Su obra se refiere a la poca de la crisis
y del cambio pero desde la perspectiva del distanciamiento
de los procesos decantados. Es inevitablemente
una visisn testimonial pero a su vez enmarcada
en una conciencia crtica de los resultados
de un proceso histrico ya concludo
como propuesta social, poltica y cultural.
Sin embargo, no se puede enmarcar a la escritora
en una ideologa de izquierda o de derecha
en un contexto dentro o fuera de la revolucin,
hecho ya superado por la misma realidad. Ms
bien debe ser revalorada como perteneciente a
esa generacin potsmoderna que rescata
el aspecto testimonial, el factor humano para
hacer la autoevaluacin del proceso histrico
que se catalog como revolucin
y se asume ahora como dictadura.
En su obra estn implcitos y
desenmascarados los discursos de esos dos mundos
en conflicto y el rescate de lo humano negado
en la palabra institucionalizada. Esto ltimo
hace que la palabra en la obra de Alea Paz sea
un constante poner en claro y que su sentido sea
la revelacin. El tono ntimo, la
confesin, la necesidad de dar un lugar
a la mujer y a su entorno no es otra cosa que
la tarea como intelectual y como creadora de apropiarse
del sentido prohibido, del mundo negado y de la
realidad en tanto hay "una palabra impuesta,
o bien palabra negada... para afirmar la palabra
original. Para ganar un espesor, un cuerpo. Para
pasar de la invisibilidad y el silencio a la presencia
y la voz" (Campra, op.cit. 104).
La novela es una visin testimonial desde
la perspectiva de una mujer cubana; de all
la importancia de la re-visin histrica,
social y poltica que se hace: en tanto
reafirmacin de una conciencia y apropiacin
de la imaginacin. El hecho de mirar hacia
atrs establece un proceso de distanciamiento
que da valor a la propuesta crtica que
se plantea.
En trminos existenciales, es el cotejo
del devenir del ser cubano: desarraigado por la
palabra impuesta, aqu o all, de
su discurso y que se mira con desilusin
porque el resultado no parece ser el triunfo del
ser sobre el medio, sino la imposibilidad de ser
en un estado supremo e inamovible, como si la
historia se hubiese detenido: un suicidio existencial.
(Constanza Reverend es crtica literaria
y reside en Los Angeles, California).
Constanza Reverend
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