En el Guant�namo de Fidel
con miedo 60661r
"Mi padre fue comunista,
yo no. Pero me ha tocado vivir la misma historia
que l padeci. La de ir a la crcel
por disentir". As comienza su relato
Jorge Olivera tras pasar 20 meses en la crcel
por ser "mercenario" de una potencia
extranjera
El
Mundo, Espaa, 14 de diciembre de 2004.
Jorge Olivera Castillo, 43 aos, padece
todava la tpica desorientacin
del preso recin liberado. Y l
mismo se burla de ese sntoma con una sonrisa
bonachona. La misma con la que saluda a sus vecinos
de la anciana calle de La Habana Vieja donde ha
vivido desde la infancia. El casco antiguo de
la capital es un particular reino de este mundo
y se rige por el orden de una convivencia tejida
con hebras de siglos. Olivera, para las autoridades,
es un mercenario de una potencia extranjera que
fue condenado, en abril del ao 2003, en
el proceso realizado contra 75 opositores.Pero
en su barrio es un vecino y eso es lo que vale.
Y le felicitan porque ya no est en la
crcel.
En el interior de un viejo edificio, en su pequeo
apartamento donde es visible todava que
el dueo recin ha retornado de
una larga ausencia carcelaria de ms de
20 meses, Olivera abre a CRONICA su memoria de
preso en la crcel de Guantnamo.
ste es su testimonio:
"Mi padre fue comunista, yo no. Pero me
ha tocado vivir la misma historia que l
padeci. La de ir a la crcel por
disentir. A l lo condenaron a 10 aos
de prisin en el ao 1968, a m
a 18 en el mes de abril del ao 2003. Los
dos hemos vivido la dura experiencia de ser presos
CR (contrarrevolucionarios).
Orlando Olivera, mi padre, era comunista militante
del Partido Socialista Popular mucho antes de
triunfar la revolucin. El gobierno revolucionario,
en el ao 1968, proces con la llamada
Causa 27 a unos treinta y ocho veteranos comunistas
entre los que estaba mi padre.
Ellos disentan de la lnea poltica
oficial de ese momento y fueron acusados de ser
pro soviticos en un momento en que haba
mucha friccin entre La Habana y Mosc.
Fueron vctimas de una coyuntura poltica.
No eran demcratas, slo queran
seguir una lnea ms prxima
al modelo de socialismo de Mosc y por
eso fueron considerados contrarrevolucionarios.
El proceso contra esos viejos comunistas fue
similar, en algunas cosas, al que hicieron contra
nosotros (Grupo de los 75 opositores juzgados
en abril del 2003). En el juicio contra los comunistas
del antiguo PSP se arm un gran show diciendo
que los acusados estaban conspirando contra el
gobierno (de Fidel Castro) alentados por Mosc.
(Al Grupo de los 75 disidentes se les encaus
bajo el cargo de conspirar con una potencia enemiga,
EEUU., contra el Estado cubano y la soberana
nacional. A Jorge Olivera, segn cont
a CRONICA, cuando los agentes de la Seguridad
del Estado irrumpieron en su apartamento de La
Habana Vieja para apresarlo a inicios del mes
de marzo del ao 2003 slo encontraron
como prueba de su labor conspirativa dos viejas
mquinas de escribir, una de ellas rota,
con las que redactaba sus notas periodsticas
que publicaba en el peridico digital Encuentro,
editado por exiliados cubanos en Madrid).
CON PRESOS PELIGROSOS
Despus del juicio, en el que slo
tuve la posibilidad de hablar con mi abogado defensor
quince minutos antes de iniciarse el proceso,
a los que enviaron a crceles en provincias
nos trasladaron en una guagua de turismo con aire
acondicionado. Todava no he encontrado
una explicacin de por qu nos trasladaron
con tanta comodidad. Pero lo que vino despus
fue la antpoda del confortable mnibus
turstico. El hacinamiento de presos que
hay en la crcel de Guantnamo fue
la primera amargura que experiment. Vivamos
18 presos en una celda y la mayor parte de ellos
eran personas condenados por asesinatos y otros
delitos muy graves. Haba un solo servicio
sanitario, un hueco en el piso, aledao
al dormitorio.
La prisin de Guantnamo est
a ms de 900 kilmetros de mi lugar
de residencia, La Habana. Eso se convirti
en un castigo adicional para nuestras familias
dado el escaso transporte interprovincial que
hay en el pas y el gasto econmico
que supone.
(La provincia de Guantnamo es una de
las ms pobres en la isla.Es una regin
de tierra mayormente rida, casi desrtica,
con una alta salinidad que afecta el cultivo agrcola
haciendo difcil cultivar nada en una tierra
yerma. Apenas hay fuentes de trabajo, por lo que
muchos habitantes del lugar para sostener la economa
familiar tienen que emigrar a otras provincias
a la busca de empleos. La cercana Base Naval de
Estados Unidos, que ocupa la mayor parte de la
baha de esa zona, fue aos antes
del triunfo de la revolucin un importante
enclave para la economa regional tanto
por el uso de la mano de obra como por los servicios,
de todo tipo, que ofreca para la recreacin
de marinos y tropas estadounidenses acantonadas
en esta instalacin militar).
Despus de experimentar, durante 17 das,
la difcil y peligrosa convivencia con
presos comunes, a los seis que ramos del
Grupo de los 75 nos llevaron para ocupar celdas
en solitario. Fueron ocho meses y medio en una
celda que tena un metro y treinta centmetros
de ancho y de largo unos tres metros. Una vez
al da y durante una hora, siempre de uno
en uno, nos llevaban a tomar el sol.
FANGO PARA BEBER
La plaga de mosquitos era tan grande que te obligaba
a refugiarte en la cama, debajo de la mosquitera,
desde el atardecer hasta que llegaba el desayuno
a la seis de la maana. Una especie de
cereal y un pedazo pequeo de pan. El agua
de beber era fangosa.Dos veces sufr amebiasis,
lo cual agrav mi enfermedad de coln
irritable que ya tena antes de ingresar
en prisin.
La comida consista en arroz o harina
de maz, frijoles colorados que espesaban
con harina de pan y algo que eufemsticamente
llamaban pasta alimenticia. Era un engrudo de
harina mezclada con algo desconocido que a veces
estaba putrefacta, tena un olor terrible.Dos
viernes al mes daban como plato fuerte un pedazo
de pollo hervido.
Lea mucha literatura y tambin
estudiaba ingls. Los libros eran mis amigos,
mi familia. Ellos eran los que me quitaban la
angustia, el dolor. Los libros fueron mis aliados.
Despus de los ocho meses en solitario,
estuve dos meses con presos comunes. Era convivir
hacinado con gente que padece graves problemas
squicos y personas potencialmente peligrosas.
Era una realidad muy hostil. Haba hasta
trfico de drogas, sobre todo de pastillas.
Me pareca que estaba viviendo una pelcula
de horror.
Algo que est ocurriendo mucho en las
crceles cubanas son las autoagresiones.
Fui testigo de muchas de ellas. Las personas llegan
a tal estado de enajenacin que atentan
contra su vida con el fin de obtener una licencia
extrapenal. Los mtodos son bestiales.
Algunos afilaban las cucharas y se autoapualaban,
otros se tragaban alambres, se inyectaban petrleo
o excrementos en las venas. Fui testigo de cmo
dos presos comunes derritieron plsticos
y nailon y metieron sus manos dentro de pasta
caliente.A los dos les tuvieron que amputar las
manos, pero consiguieron lo que queran:
la licencia extrapenal.
Eran personas de muy bajo nivel escolar. Muchos
de ellos analfabetos.La mayor parte de estos presos
eran de all, de Guantnamo, una
de las provincias ms pobres del pas
y estos reclusos, adems de sufrir el encierro,
tambin pasan mucha escasez porque sus
familiares no tienen posibilidad de llevarles
comida que pueda mejorar su pobre dieta.
La prisin de Guantnamo alberga
cerca de dos mil presos y viven en condiciones
que propician los altercados y los hechos de sangre.Es
un peligro al que nos enfrentamos los presos polticos
o de conciencia ya que nos vemos obligados a convivir
con esas personas por decisin de las autoridades.
Parece que es una especie de castigo adicional
para aquellos que discrepamos del rgimen.
Otros cinco meses y medio los pas en
la sala de reclusos del hospital provincial de
Guantnamo. All las condiciones
eran mejores, en la comida, ms ventilacin
y menos personas. Me hicieron chequeos y me dieron
el alta a los tres meses pero no me enviaron a
la prisin para evitarme el estrs
que afecta a mi padecimiento.
PALIZAS A LOS INTERNOS
El traslado desde la crcel de Guantnamo
a la prisin de Agica, en la provincia
de Matanzas, fue una tortura psquica.
A tres disidentes, a pesar de que estaban enfermos,
junto con otros presos nos hicieron viajar cientos
de kilmetros en una especie de jaula metlica,
con apenas ventilacin, encima de un camin
ruso. Era tanto el calor que haca all
dentro que tenamos la ropa empapada como
de aguacero.
En la crcel de Agica me pusieron
en la enfermera central.sta es
una prisin de extremo rigor. Un rigor
que no haba en la de Guantnamo.
All pude constatar que haba una
cierta actitud propensa a la violencia por parte
de los guardias de la prisin.Vi golpizas
dadas a los presos y tambin vi a reclusos
perder la razn, volverse locos.
Honestamente, yo no recib maltratos fsicos.
Con nosotros lo que cometieron ms bien
fue un maltrato psquico. Despus
de tres meses en Agica, me llevaron al hospital
de la prisin del Combinado del Este, en
las afueras de La Habana, y a los ocho das
me liberaron.
Trabaj durante 10 aos como editor
en la televisin. Yo era una persona bastante
apoltica. Pero, despus de los
sucesos de la "piristroika" y la "glasnot"
en la ex Unin Sovitica a fines
de los ochenta, comenc a hacerme preguntas
y a indagar por cosas y hechos que antes no tena
en cuenta. Tambin ayud lo que
vea en la propia televisin, la
censura, la autocensura, los salarios mal pagados,
las estrecheces... Todo eso me hizo replantearme
mi vida y me llev a abandonar mi empleo
y pasarme a la oposicin. En el ao
1995, ingres en la agencia de prensa independiente
Habana Press de la cual fui director hasta el
momento que me apresaron.
REPUDIADO
Es mucho el sacrificio que hay que pagar en Cuba
por ser disidente.Amigos y conocidos evitaban
o dejaron de saludarme por temor a buscarse un
problema con las autoridades. En el ao
1997, me dieron un acto de repudio y me expulsaron
del barrio. Viva en la barriada de Lawton,
con la que era entonces mi esposa y por esas situaciones
tuve que separarme de ella. No pudo soportarlo.
Lo ms duro es que las Brigadas de Respuesta
Rpida no me dejaban entrar al barrio a
ver a mi hija. Pero a pesar de todo eso no me
arrepiento de mi actitud, de la posicin
que he elegido.
Creo que la influencia de mi padre me marc
mucho para tomar esta posicin de ahora.
Sobre todo pensaba que mi padre fue encarcelado
injustamente y que fue algo oprobioso, que fueron
calumniados y difamados igual que hicieron con
nosotros. A l y sus compaeros
los liberaron despus de pasar cuatro aos
en la prisin. Mi padre sali muy
afectado psquicamente y muri siendo
un simple trabajador en una dulcera. Era
un ex preso poltico y slo poda
trabajar en sitios as.
Yo creo que en Cuba tiene que llegar la hora
en que disentir del Gobierno no sea considerado
un acto criminal. Eso es una humillacin
al ser humano y sobre todo en el siglo XXI.
He salido de una prisin chiquita para
entrar una ms grande.No tengo rejas, pero
Cuba es como una prisin. Pero a pesar
de todo mi sufrimiento juro que en mi corazn
no hay odio. Defiendo el mensaje del dilogo
y la reconciliacin.
Me marcho del pas, de mi isla, lo haba
decidido antes de ir a prisin. No soy
una persona sana, aunque aparente lo contrario.Pienso
en mi familia, en mi esposa y en lo que han sufrido.
Uno tambin tiene que pensar en la gente
que le rodea. He decidido marcharme al exilio
y espero que el gobierno cubano no me obstruya
la salida".
Transcripcin de Angel Toms Gonzlez
(Cuba)
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A GOLPE DE DOLAR
Un cubano para salir de la isla debe afrontar
un estresante proceso de obstculos burocrticos
y desembolsar una importante cifra de dinero en
pesos convertibles, equivalente a dlares.
En el caso del cubano que emigra para radicarse
en otro pas, y sobre todo hacia Estados
Unidos, la ley establece que propiedades que estn
a su nombre, como la vivienda o coches, son confiscadas
por el Estado. El primer trmite, tanto
para el cubano que viaja temporalmente a otro
pas como el que emigra definitivamente,
es obtener su pasaporte a un costo de 50 dlares.
Para obtener ese pasaporte, en caso de salida
temporal, tiene que entregar a las autoridades
de emigracin una carta autorizando su
viaje del Ministro o jefe mximo de la
rama donde labore o, de estar desempleado, del
ltimo sitio donde trabaj. De ser
una salida temporal es imprescindible presentar
una carta de invitacin, emitida por familiares
directos o de alguna institucin fornea.Esa
carta de invitacin el aspirante a viajar
debe certificarla con un sello por valor de 150
dlares como promedio. Una vez vencido
tales trmites las autoridades migratorias
acuan en el pasaporte un "permiso
de salida" que tiene el costo de otros 150
dlares. Ese "permiso de salida"
slo valida la permanencia en el extranjero
por un mximo de once meses. El cubano
que quiere estar en otro pas por ms
de dos meses, a partir de entonces, debe pagar
al consulado cubano unos 150 dlares mensuales
para no perder el "derecho" de regresar
a la isla. En el caso de disidentes su emigracin
hacia otro pas es definitiva, sin derecho
al retorno. Puede ocurrir una excepcin,
pero no es la regla.Despus de vencer los
obstculos de las autoridades, el cubano
viajero debe enfrentar la difcil obtencin
del visado del pas de destino, donde tiene
que pasar entrevistas y satisfacer un grupo de
requisitos burocrticos que anulen el estigma
de cubano emigrante. Una vez en el avin,
y despus de pagar otros 25 dlares
de impuestos en el aeropuerto, al cubano se le
identifica por la sonrisa que le identifica como
uno de los que lograron superar unos trmites
que hacen de Kafka un escritor de cuentos infantiles.
Mundinteractivos, S.A.
-
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