Cuando el Papa pidi�
a Cuba abrirse al mundo 4f6s35
Pablo Alfonso, El
Nuevo Herald. 3 de abril de 2005.
La primera vez que escuch hablar de Karol
Wojtyla, fue una calurosa tarde del otoo
cubano. Ese da era mi turno para monitorear
las noticias, en un pequeo radio de bateras,
que celosamente guardbamos un reducido
grupo de prisioneros polticos, encarcelados
en la prisin de mxima seguridad,
conocida como Kilo-7 en la provincia cubana de
Camagey.
Era el 15 de octubre de 1978 y el entonces cardenal
polaco haba sido elegido como nuevo Sumo
Pontfice de la Iglesia Catlica,
asumiendo el nombre de Juan Pablo II.
"Un Papa Polaco!
Un Papa, que llegaba al Vaticano desde
el seno de la Iglesia Catlica, asfixiada
durante aos por el comunismo en Polonia,
era algo cuyas consecuencias eran difciles
de prever en aquel contexto!
Mucho ms difcil era imaginar
que veinte aos despus -desaparecido
ya el comunismo en los pases de Europa
Oriental y difunta la Unin Sovitica-
Juan Pablo II estara en las plazas de
las principales ciudades de la isla, con un llamado
a los cubanos que todava conserva la vigencia
de su reclamo original: "No tengan miedo''.
Igualmente impensable -en el plano personal-,
era suponer que aquellos ochos aos de
crcel, de una condena de 20, quedaran
pronto atrs y que un da armado
de una grabadora y una libreta, ya como periodsta
en el exilio, estara en el Vaticano tomando
notas de las palabras de Juan Pablo II, ante una
delegacin de catlicos procedentes
de la isla.
Nadie poda preveer entonces, en medio
de aquel clima de intolarencia religiosa, que
se ha vivido en Cuba bajo las banderas del marxismo-leninismo,
que el gobernante cubano traspasara un da
la puerta de Santa Marta en el Vaticano para entrevistarse
con Juan Pablo II.
''Nadie sabe cuntas vueltas da un llavn'',
gustaba de repetir el desaparecido arzobispo de
Camagey, monseor Adolfo Rodrguez
Herrera, a propsito de aquello.
Muchas haban sido las vueltas necesarias
para que, luego de aos de prolongadas
y discretas negociaciones, Juan Pablo II pudiera
incluir a la isla caribea en la larga
lista de sus visitas pastorales. Cuba haba
sido el nico pas del hemisferio
que el Papa no haba visitado.
Cuando el Papa aterriz en el Aeropuerto
Internacional Jos Mart de La Habana
el mircoles 21 de enero de 1998, a las
3:58 p.m., se iniciaba una histrica visita
pastoral, que no estuvo excenta de controversias
ni expectativas.
Como visita pastoral Juan Pablo II visit
a Cuba para reafirmar en la fe a los catlicos
en particular y los creyentes en general, que
durante aos, haban vivido bajo
el signo de la discriminacin y la intolerancia:
Expulsados de las Universidades, discriminados
en sus trabajos y profesiones; recludos
en campos de trabajo forzados. Violaciones a los
derechos humanos y cviles por las cules
no han respondido todava ninguno de los
responsables del rgimen castrista.
En su carcter de Jefe del Estado Vaticano,
la gira no fue ajena a implicaciones y complicaciones
polticas.
Es un hecho que el rgimen cubano trat
de limitar el del Papa a la poblacin
y haba programado slo una transmisin
de la misa solemne a realizarse en La Habana para
su ltimo da de visita. Muy pocos
conocen an que horas antes de que el papa
Juan Pablo II llegara a Cuba, el Vaticano envi
un escueto mensaje a las autoridades cubanas:
la visita estaba a punto de ser suspendida si
no iban a trasmitirse en directo a todo el pas
todas las misas y actividades pblicas
del Papa. Al final, el rgimen cubano tuvo
que ceder.
Las negociaciones entre las autoridades cubanas
y el Vaticano para las trasmisiones en directo
de las actividades papales haban seguido
hasta ese momento un largo y penoso camino desde
el verano de 1997.
Durante su visita de cinco das a Cuba,
Juan Pablo II proyect un fuerte mensaje
de libertad, derechos humanos, verdad, tolerancia
y justicia social. Muchos recuerdan todava
con emocin la homila que pronunci
en la Plaza de la Revolucin, ante casi
un milln de personas, interrumpida frecuentemente
con aplausos y aclamaciones de "libertad,
libertad''.
''Cuba tiene un alma cristiana, y eso la ha llevado
a tener una vocacin universal. Ha de abrirse
al mundo y el mundo debe acercarse a Cuba'', fue
una de las frases de mayor resonancia pronunciadas
por el Papa, durante su viaje a la isla.
Sin embargo, cuando el jet de Alitalia que lo
llev de regreso al Vaticano todava
no haba enfriado sus turbinas en el aeropuerto
Leonardo da Vinci de Roma, las huellas externas
de su paso por Cuba ya haban comenzado
a desaparecer.
El monopolio ideolgico del Partido Comunista
de Cuba recuper de inmediato las vallas
anunciadoras que hacan referencia a la
visita papal, los carteles con su foto desaparecieron
de las calles y la imagen del Sagrado Corazn
de Jess, que compiti por seis
das con la del Che Guevara, fue desmantelada
de la Plaza de la Revolucin.
Siete aos despus de la visita
de Juan Pablo II a Cuba, los principales reclamos
del Vaticano y la Iglesia Catlica cubana
al rgimen de Fidel Castro, permanecen
sin respuesta.
* a los medios de comunicacin
social.
* Permitir la enseanza religiosa.
* Eliminacin de las restricciones para
el ingreso a la isla de sacerdotes y religiosas
extranjeros.
* Mayor espacio para el trabajo de Caritas y
otras instituciones catlicas internacionales
para ampliar la ayuda a programas de promocin
social.
''En general, tanto en la vida de la nacin
como en lo que se refiere a las relaciones con
la Iglesia, podra tenerse la impresin
de que la visita del Papa a Cuba ha sido considerada
como un parntesis que se abri
y se cerr sin mayores consecuencias'',
declar el cardenal, Jaime Ortega, Arzobispo
de La Habana, cinco meses despus de la
visita papal, en la Convencin Anual de
la Prensa Catlica de Estados Unidos.
Ms all de cualquier expectativa
estoy seguro que la figura y el valor histrico
de la visita de Juan Pablo II permanecer
siempre viva en el recuerdo de los cubanos. Sobre
todo, en estos momentos en que el Papa Viajero
enfrenta ahora el viaje ms importante
de su vida.
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