PRENSA INTERNACIONAL
Abril 13, 2005

El Papa y Cuba 1l6v4i

Por Jos Ignacio Rasco. Diario Las Amricas, 13 de abril de 2005.

Si hubiera alguna duda sobre la grandeza, la genialidad y el carisma sobrenatural de Su Santidad Juan Pablo II el espectculo mundial de su entierro en Roma que hemos vivido en estos das, a travs de todos los medios de comunicacin, no puede dejar duda alguna de la santidad, condiciones y virtudes sobrehumanas que tipificaron a este multifactico personaje de la ms catlicas de todas las iglesias. De los cuatro puntos cardinales los ms notables jerarcas del mundo poltico, religioso y juvenil, se dio cita en la Ciudad Eterna para despedir al Papa en su ltimo viaje.

Su testamento confirma toda su existencia evanglica. Muere sin dejar propiedad alguna de la que sea necesario disponer. Agradece a todos toda colaboracin, pide perdn por sus faltas y errores, as como oraciones para que la misericordia de Dios se muestre bien generosa con l. Creo que pronto lo veremos en los altares. Sbito.

El coro de elogios ha sido plural desde todas las esquinas del planeta. Sus esfuerzos ecumnicos sin duda que han dejado eco en todas la agrupaciones de fe, de pensamiento y de accin. Y, por supuesto, como siempre, no han faltado excepciones a la regla.

Los cubanos, dentro y fuera de Cuba, han manifestado su iracin y gratitud por su obra gigantesca y, en especial, por su visita a Cuba. Claro que no han faltado las voces quejosas que creen que la presencia de Su Santidad en toda la Isla debi haber sido para terminar ya con el castrismo; que le dio la mano a Castro y no a Pinochet que debi haber sido el nuevo Mart redentor...

Lo curioso es que algunos de esos crticos coincidieron antes, con el gobierno cubano -durante aos-- en oposicin a la visita papal, solo que ambos queran manejarla a su antojo. Se olvidan que el fin primordial del viaje tena un carcter religioso, aunque la condicin estatal del Vaticano exiga normas y protocolos diplomticos que un Jefe de Estado debera seguir. Igual hizo con el dictador Pinochet, al cual s le dio la mano, aunque aqu algunos dicen lo contrario.

Estas crticas recuerdan la actitud hipcrita de aquellos que censuraban al mismo Cristo porque se juntaba con publicanos, pecadores y posibles magdalenas.

Juan Pablo II dio dos consejos capitales: 1) Qu Cuba se abra el mundo y que el mundo se abra se Cuba. 2) Qu no tengan miedo.

Por supuesto que esos cubanos discrepantes pueden tener criterios opuestos muy legtimamente. Eso es la democracia. Tienen derecho a pensar libremente que la cerrazn es lo ms conveniente para el pas. Dentro de Cuba y fuera de Cuba, sin embargo, hay muchos que piensan que el embargo y la muralla de agua que circunda Cuba, han impedido la libertad amplia de comunicaciones y trfico humano. Lo curioso es que los que as piensan a ratos claman en Ginebra el respeto por todos los derechos humanos y olvidan que justamente el artculo 13 de la famosa Declaracin Universal de Derechos Humanos reconoce el derecho de entrar y salir libremente de cualquier pas. Estas incongruencias no favorecen la causa liberadora...

El segundo consejo que el Papa dio sin duda que ha tenido cierto efecto, sobre todo en la disidencia cubana como puede verse en el coraje del Movimiento Cristiano Liberacin, muchos de sus dirigentes presos hoy, as como los que convocan a una Asamblea para el 20 de mayo prximo en la propia Isla.

Creo tambin que en el orden religioso la visita papal tuvo influjo en la religiosidad del pueblo cubano --que dista mucho de la polaca-- al aumentar la asistencia a los templos, el nmero de bautizos y el crecimiento de vocaciones y de actos pblicos de carcter religioso. As como algunos documentos pastorales, homilas y revistas catlicas que han desafiado las censuras del gobierno. De estos modos tamben se est siguiendo otro sabio consejo de Juan Pablo II cuando insisti en la necesidad de "ser protagonistas de vuestra propia historia". As lo manifest en varias ocasiones, especialmente cuando puso su propio rosario en el altar de la Virgen Mambisa, en el Cobre, junto al valiente Obispo Maurice.

Tampoco olvidemos las referencias del Papa al "capitalismo salvaje" al igual que al marxismo perverso. El Papa clam por la Libertad y la Justicia Social, por la funcin social de la propiedad para escapar tanto de los extremos del neoliberalismo como del comunismo.

Desde luego que las circunstancias en cada pas son muy distintas.

El comunismo en Polonia fue impuesto por las bayonetas stalinianas, y el catolicismo polaco del pueblo se revel siempre contra eso y Lech Wallesa tuvo el coraje de dialogar con su enemigo Jaruzelski, siguiendo el consejo de Karol Wotyla, a pesar de que cost diez aos romper el monlogo de Jaruzelski.

A Castro lo pusieron los propios cubanos con "esta es tu casa" y "si esto es comunismo que me pongan en la lista". Y cuando Prez Serantes y los dems Obispos denunciaron el engao y la trampa, muchos -hoy exiliados-se burlaban "de los curas". Cuba, "pas de poca memoria", ya lo dijo Aldo Baroni...

Un repaso de historia -y contempornea sobre todo -nos debiera tornar ms humildes, porque "todos somos culpables". Ya lo dijo Guillermo de Zndegui. En todo caso nadie tiene toda la culpa pero "todos en l pusisteis vuestras manos". Basta ya de culpar a otros. Ni Espaa, ni la Colonia, ni la Iglesia, ni los americanos, ni la masonera, ni Batista, ni Grau, ni Pro, ni siquiera el Tot, acaparan toda la culpa...

Y mucho menos ese viajero incansable que sin quitarse las sandalias bes tierra cubana al llegar a la mayor de las Antillas.

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