PRENSA INTERNACIONAL
Abril 18, 2005

La izquierda bananera 3i6h4t

Carlos Alberto Montaner, El Nuevo Herald, 17 de abril de 2005.

Los militares brasileros estn intranquilos con Hugo Chvez. No es nada cmodo convivir con un vecino decidido a crear una milicia dotada con un milln de hombres armados. La hiptesis ms benigna es que se trata, en realidad, de una tropa de ocupacin que slo se dedicar al acogotamiento de los venezolanos y al control y patrullaje de una dictadura nacional ms o menos calcada del modelo cubano. La ms preocupante seala que, adems de oprimir a los venezolanos, un aparato militar de esas dimensiones acabar desarrollando operaciones internacionales contra otros pases de su entorno. Como sabe cualquiera con un poco de experiencia, es el rgano el que luego crea las funciones. Los brasileros no ignoran que cuando las fuerzas armadas cubanas se convirtieron en el mayor ejrcito de Amrica Latina, acabaron invadiendo Angola y Etiopa con decenas de miles de soldados que entre 1975 y 1989 rieron en Africa la guerra ms larga jams librada por una fuerza extranjera: 14 aos.

A los militares chilenos les sucede lo mismo. Presienten que el creciente militarismo de Chvez har metstasis por el continente y comienzan un costoso proceso de rearme. Nadie se cree el cuento de que ese milln de milicianos han sido convocados para pelear contra Estados Unidos. La ltima vez que Washington intervino agresivamente en los asuntos venezolanos fue a principios del siglo XX, a peticin del presidente Cipriano Castro, para amenazar a Inglaterra, Alemania e Italia de ir a la guerra si continuaban los ataques navales y la humillante presencia militar de esos pases en el litoral caribeo de Venezuela, supuestamente provocados por los incumplimientos econmicos internacionales del gobierno de Caracas.

Es curioso que sean dos gobiernos socialistas los que ven con mayor preocupacin el surgimiento en Amrica Latina de una izquierda militarista, inevitablemente destinada a agredir a sus vecinos. Este fenmeno ha parido un nuevo vocablo concebido para designar a la vertiente chavista: la izquierda bananera. El Partido del Trabajo de Lula da Silva, que en su ltimo congreso acaba de declarar su voluntad de sostener la austeridad fiscal, el control de la inflacin y las mejores relaciones con los centros financieros del planeta, no desea que lo confundan con el chavismo. Los socialistas de Ricardo Lagos, que hoy se parecen ms a Tony Blair que a Salvador Allende, tambin desean poner distancia del teniente coronel venezolano. Chvez es la quintaesencia de la izquierda bananera. La izquierda bananera, permanentemente crispada y en pie de guerra, es marxista, antioccidental, autoritaria, vociferante, irresponsablemente populista, camorrista, histrinica, dirigista, enemiga del mercado, y se dedica apostlicamente a hacer una revolucin fantasmal rescatada de los escombros de la guerra fra. Ni Lula ni Lagos son as. Probablemente, el uruguayo Tabar Vzquez y el argentino Nstor Kirchner tampoco.

Ms an: la izquierda moderada no ignora que el ala bananera de su propia familia poltica es un enemigo potencial ms peligroso que sus adversarios tradicionales. En Nicaragua, la izquierda bananera representada por Daniel Ortega se ha dedicado a perseguir con saa al ex alcalde sandinista Herty Lewites, algo que antes hizo con Sergio Ramrez. En El Salvador, como ha denunciado brillantemente el ex comandante guerrillero Joaqun Villalobos, Shafik Handal ha asumido el rol de bananero implacable contra todo aqul que trate de retar su liderazgo desde posiciones democrticas razonables. En Mxico, el pintoresco subcomandante Marcos, con su apoyo a los terroristas vascos de ETA y sus ataques a la monarqua espaola, ha pasado de ser un icono de la izquierda a un embarazoso compaero de viaje. Algo parecido a lo que le sucede a la izquierda en Bolivia, donde el dirigente cocalero Evo Morales ha pulverizado el espacio socialdemcrata, polarizando peligrosamente a la sociedad en dos mitades separadas por un abismo.

Pero todava existe un peligro adicional. La izquierda bananera no slo es un espacio ideolgico: tambin es una franquicia poltica para aventureros vidos de poder que buscan una etiqueta fcilmente identificable. El inefable ''loco'' Abdal Bucaram, cuando regres a Ecuador tras su prolongado exilio en Pa-

nam, insinu su condicin de born again chavista. Los hermanos Humala, cuando intentaron dar un golpe militar en Per, vistieron inmediatamente la indumentaria bananera procedente de Venezuela. El bananerismo ya es filosofa y antropologa ready made.

Hace varias dcadas, en medio de la guerra fra, ex comunistas como Arthur Koestler o el premio Nobel Czeslaw Milosz predijeron que la batalla final sera entre ellos y los que continuaban fieles al stalinismo. En realidad, las cosas sucedieron de otro modo, pero en Amrica Latina hoy es posible vaticinar algo similar: la guerra que el socialismo moderado tiene por delante

es contra la izquierda bananera. Ah crecen y se multiplican los enemigos que le hacen ms dao.

Firmas Press

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