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Cuba hay profesionales sin miedo 5d146y
Elsa Morejon Hernandez, El
Nuevo Herald, 21 de julio de 2005.
L a Habana -- El 25 de junio el peridico
Granma publicaba un artculo titulado Filsofos
y cientficos sociales que apoyan a Cuba.
Haca referencia a la clausura de la XVII
Conferencia de Filsofos y Cientficos
Sociales de Cuba y Estados Unidos concluida el
viernes 24. El documento de clausura de la delegacin
de EEUU fue ledo por Tim Sakelos, estudiante
de postgrado de la Universidad de Chicago, quien
aleg: ''Nuestra visita se produce en un
marco de agresiones continuas por parte del gobierno
de EEUU.'' Cliff Duran, coordinador general por
la Asociacin de Filsofos Radicales,
declar: ''Lo ms importante del
encuentro es que perviva y permita el intercambio
acadmico entre profesionales, as
como ar la realidad cubana''. La periodista
Iraida Calzadilla y Jos Carlos Velsquez,
decano de la Facultad de Filosofa, Historia
y Sociologa de la Universidad de La Habana,
elogiaron a dicha delegacin por no temer
en su desacuerdo con el gobierno de su pas,
y los calific de valientes.
Un ciudadano comn, Antonio, me dijo:
"Viste lo que sali en el
Granma? Vinieron profesionales americanos, hablaron
mal de su gobierno, vuelven a su pas y
no les pasa nada. Sabrn que tu
esposo, el Dr. Biscet, siendo un profesional est
preso y sancionado a 25 aos por oponerse
a la pena de muerte, al aborto y por querer democracia?
Creo que no''.
Muchos cubanos ignoran que el pueblo americano
tiene una Constitucin democrtica
con un mensaje muy claro: We the people... Como
ignoran que en los EEUU existe un estado de derecho,
por lo que hacer lo que estos profesionales hicieron
cuando vinieron a Cuba no es un acto de valenta,
sino un derecho a la libre expresin.
Nunca nos hemos opuesto al intercambio de conocimientos,
pero un intercambio en condiciones de igualdad.
Es imposible que en cinco das un grupo
pueda constatar la realidad de un pas
y de su gente, pero el seor Velsquez
contina dicindoles a los americanos
que asistieron al evento: ''Ustedes pudieron constatar
nuestro estado de nimo, cmo piensa
y acta la gente, cmo nuestros
acadmicos pueden presentar un conjunto
de ideas y someterlas a debate''. Concluye Granma:
Fueron objeto de atencin temas vinculados
entre la tica del gnero humano
y la educacin, los estados nacionales,
la cultura poltica, gobernabilidad, polticas
pblicas y sociedad civil.
Si de hablar de tica del gnero
humano se trata, elegira votar por el
triunfo del ser humano y su dignidad, y esto est
lejos de alcanzarse en Cuba. Aqu existe
la mayor poblacin carcelaria poltica
en el mundo, por pensar diferente al sistema imperante.
Muchos cubanos ignoran que estos visitantes estadounidenses
son dueos de pequeos y grandes
negocios, sin importar si pertenecen al Partido
Comunista, al Republicano o al Demcrata.
Que el desarrollo de su sociedad civil coloca
a esa nacin entre las ms ricas
del mundo. Que el ciudadano puede alimentar a
su familia y disfrutar de un estado de derecho.
La Declaracin Universal de Derechos Humanos
nunca se ha publicado en Cuba, ms bien
se presenta como un documento subversivo y hace
ms de 46 aos no se celebran elecciones
libres y democrticas, ni es aceptada la
diversidad de partidos polticos.
Aspiramos a una cultura poltica que enaltezca
la personalidad humana. Albergamos la esperanza
de que Cuba no tenga presos por sus ideas, porque
pensar y hablar es un derecho humano, no un privilegio.
Los presos desafan leyes injustas para
decirle al mundo: ''Somos personas, queremos derechos
humanos. Cuba necesita y quiere vivir en libertad''.
Esto s es valenta. Es un gesto
de amor hacia la humanidad. Es un gesto a favor
de la vida. Los presos han elegido el sufrimiento
espiritual, la separacin de su familia,
el dolor del presidio por salvar la dignidad humana.
El pueblo estadounidense debe saber que en Cuba
hay profesionales que no temen ni a leyes injustas
ni a miserias humanas, por salvar los bienes ms
preciados que tiene el hombre: Dios, la vida y
la libertad.
Miembro directivo de la Fundacin Lawton
de Derechos Humanos en Cuba y esposa del doctor
Oscar Elas Biscet, preso de conciencia
condenado en abril de 2003 a 25 aos de
crcel.
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