Carter
y Castro: "amigos" irreconciliables 2cw6d
Wenceslao Cruz Blanco. El
Semanal Digital, Espaa, 27 de junio
de 2005.
26 de junio de 2005. El ex presidente norteamericano
Jimmy Carter, poco antes de concluir su viaje
de seis das a Cuba en mayo de 2002, dijo
que era muy temprano todava para evaluar
el impacto, tanto en la poblacin como
en el gobierno, de su visita. Pasados tres aos
del histrico encuentro algunas cosas deberan
ser analizadas.
Hace escasas semanas Castro celebr en
la Habana una autodenominada reunin "antiterrorista",
cita codirigida con la argentina y pro etarra
Hebe de Bonafini. Dentro de la verborrea habitual
de este tipo de encuentros, entre personajes hipcritas
y de insuficiente moralidad, destac una
condena tarda a la dictadura militar argentina
que enlut a por lo menos 18.000 familias.
La condena fue dirigida fundamentalmente, y para
no perder la costumbre, contra los EE.UU.
Pero la historia es cruel con la dictadura cubana.
Precisamente las desapariciones en la Argentina
(1976-1983) ocurrieron durante el mandato en USA
del presidente Carter (1977-1981), un presidente
de los que Fidel Castro a dicho, mientras lo reciba
en el aeropuerto: "Tal vez algunos piensen
que nuestra invitacin a que usted visitara
nuestro pas obedece a una astuta maniobra
o a un mezquino inters poltico.
Con toda sinceridad digo que se trata de un merecido
reconocimiento a su actitud como presidente de
Estados Unidos". Para, ms tarde puntualizar:
"Y a su trayectoria ulterior como personalidad
de reconocido prestigio internacional, consagrada
a luchar por reducir, mitigar o hacer conciencia
sobre algunas de las muchas tragedias que hoy
padece la humanidad, y siempre buscando las posibilidades
de paz y entendimiento entre los pueblos".
Pero no slo se desvelan contradicciones
en las palabras del viejo dictador con relacin
a Argentina: los hechos ponen de manifiesto la
hipocresa de Castro para los desmemoriados
voluntarios asistentes a sus diatribas antiamericanas.
El Centro para la Apertura y el Desarrollo de
Amrica Latina (CADAL) ha solicitado, por
medio de su director Gabriel Salvia, una investigacin
para aclarar las relaciones de Cuba con la ltima
dictadura militar de este pas suramericano,
con vistas a dilucidar la complicidad del rgimen
cubano en la violacin de los derechos
humanos.
Y es que aunque durante la istracin
Carter se cabilde para denunciar internacionalmente
la situacin de violacin de derechos
humanos en Argentina, los militares argentinos
junto a Cuba y la presin de la antigua
URSS, trabajaron juntos, aprovechando el poder
de influencia cubano en el Movimiento de Pases
No Alineados, para bloquear toda iniciativa de
condena de la situacin en el pas
sudamericano.
Castro bien sabe que el Senado norteamericano
aprob en el verano de 1977 una legislacin
que prohiba la ayuda militar a Argentina
si en un plazo de dos aos el rgimen
no mejoraba su actuacin en el terreno
de los derechos humanos. Pero segn una
interpretacin de una carta al secretario
de Estado Cyrus Vance, el dictador cubano ha acusado
directamente a Carter de burlar la legislacin
y enviar material militar.
Estos estados de nimo del dictador cubano
acusando a sus "amigos" son muy comunes.
El ex presidente espaol Felipe Gonzlez
fue otro "amigo" a quien, ante una mnima
crtica a la dictadura, Castro relacion
directamente con los GAL en Espaa, algo
condenable mayormente por el gobernante cubano,
no por ser igualmente una organizacin
terrorista, sino porque mataba a de la
banda terrorista que l an apadrina.
Las "buenas relaciones" con Carter
han sido rotas por Fidel Castro al acusarlo injustamente
de un delito que l s cometi:
apoyar uno de las peores dictaduras militares
del continente. Queda a los argentinos juzgar
sinceramente a todos los responsables, pasivos
y activos, que enlutaron a miles de familias.
La organizacin no gubernamental CADAL
ha dado un primer paso en esa direccin.
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