La
primera oposici�n 5t54
Rafael Rojas, El
Nuevo Herald, 15 de septiembre de 2005.
Desde el siglo XIX, las grandes empresas polticas
de la nacin cubana han sido obra de varias
generaciones. Mart organiz la
guerra de 1895 con varios veteranos de la contienda
anterior, como Gmez, Maceo, Garca,
Estrada Palma y Mas. Los jvenes
revolucionarios del 33 iraban profundamente
a Enrique Jos Varona, a Juan Gualberto
Gmez y otros polticos e intelectuales
de la generacin martiana.
El movimiento democrtico contra la dictadura
de Batista involucr, adems de
a ortodoxos, autnticos, del 26
de Julio y del Directorio Estudiantil Revolucionario,
a viejos revolucionarios de los 30, como Porfirio
Pends, Justo Carrillo y Aureliano Snchez
Arango e, incluso, a veteranos de la ltima
guerra separatista como Cosme de la Torriente
y Carlos Mendieta. Ambos, lderes de la
Sociedad de Amigos de la Repblica que
impuls el ''dilogo cvico'',
en 1955, y logr la amnista de
los presos del Moncada.
El movimiento democrtico contra la dictadura
siguiente, la de Fidel Castro, siete veces ms
larga y costosa que la de Batista, tambin
ha sido obra de varias generaciones. Hoy la oposicin
cubana cuenta con lderes nuevos, dentro
y fuera de la isla, pero algunos de los iniciadores
del anticastrismo democrtico, como Manuel
Ray Rivero, miembro del 26 de Julio, ministro
de Obras Pblicas del primer gobierno revolucionario
y lder del Movimiento Revolucionario del
Pueblo (MRP), y Jos Ignacio Rasco, fundador
de la Democracia Cristiana e integrante del Frente
Revolucionario Democrtico, en 1961, an
viven y respaldan a la disidencia y al exilio.
El castrismo, en tanto rgimen totalitario,
se basa en la idea de que es inconcebible una
oposicin legtimamente nacional
y democrtica. Una oposicin as,
segn la ideologa en el poder,
es ''antinacional'', ''anexionista'' y, por lo
tanto, carece de derechos y de historia. La primera
oposicin cubana, sin embargo, conformada,
mayoritariamente, por revolucionarios cubanos
de los aos 50, espera por una reconstruccin
histrica que le devuelva sus arraigados
valores democrticos y nacionalistas.
Los primeros lderes del anticastrismo
(Manuel Antonio de Varona, Jos Mir
Cardona, Justo Carrillo, Aureliano Snchez
Arango, Carlos Mrquez Sterling, Manuel
Artime Buesa, Manuel Ray Rivero, Jos Ignacio
Rasco...) provenan, originariamente, de
asociaciones pacficas de la recin
nacida democracia cubana: el autenticismo, la
ortodoxia, la democracia cristiana... Aqullos
que, como Ray, Felipe Pazos o Ral Chibs,
se sumaron al 26 de Julio y secundaron algunas
de las demandas radicales de 1959, eran partidarios
resueltos de la Constitucin del 40 y de
la democracia representativa.
La actividad opositora de esos polticos,
dentro y fuera de la isla, fue, de algn
modo, la continuacin, por otros medios,
de una revolucin originaria: aqulla
que deseaba, al mismo tiempo, justicia social,
soberana econmica y democracia
poltica para Cuba. Por esa revolucin,
aquellos polticos se opusieron a Batista
y, en cuanto dio seales claras de gravitacin
hacia el comunismo, tambin se opusieron
a Castro. Todos aquellos polticos tenan
una formacin intelectual slida
y muchos de ellos, como Varona, Mir o
Mrquez Sterling, descendan de
reconocidos linajes patriticos y republicanos.
La alianza con Washington, concertada por aquella
oposicin, fue un medio, no un fin, una
necesidad, no un deseo. Frente a un gobierno totalitario,
que pona bajo control estatal la economa
y la sociedad, que se integraba al bloque sovitico
y que dispona de un ejrcito, unas
milicias y una polica gigantescos y eficaces,
los demcratas cubanos de 1960 y 1961 no
tenan ms alternativa que buscar
el apoyo de Estados Unidos. Lo dramtico
de la historia es que, con toda la dignidad del
mundo, recabaron ese apoyo, pero nunca lo recibieron
plenamente.
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