PRENSA INDEPENDIENTE
Abril 24, 2006

DESDE LA CARCEL Un reflejo del presidio en Cuba 3uz1j

Jos Antonio Fornaris, Cuba Verdad

LA HABANA, Cuba - Abril (cubanet.sergipeconectado.com) - Dos cartas hemos recibido del periodista preso Oscar Mario Gonzlez; una, la colega Amarilis Cortina; y la otra, quien suscribe estas lneas. Damos a conocer algunos prrafos porque ellos reflejan la realidad del presidio en Cuba, y porque irradian amor hacia el ser humano.

"Querida Amarilis: Definitivamente las crceles cubanas son verdaderas parcelas del infierno. Unas peores que otras, son aberraciones de la conducta humana. Con una inmensa carga de brutalidad y dolor representados por carceleros y encarcelados. Ambos vctimas de una realidad que es fuente y origen de una pena inmensa. Dolor terrible no slo en sus efectos sino, adems, en su permanencia como fruto venenoso, seco y ennegrecido que se pega a la rama con obstinacin, impidiendo que huya la sustancia vital.

"El preso, embrutecido y degenerado por el rigor del presidio y su ausencia de valores, y su contraparte, el carcelero, contagiado por los mismos efectos. Ambos necesitndose y odindose al unsono, imprescindibles en su reciprocidad. Enemigos inseparables y consustanciales que no siempre logran identificar la causa de su desgracia a pesar de intuirla en un acto de elemental raciocinio

"Vctima del mismo infortunio, la heterognea poblacin penal crece y se multiplica, y todo ello como claro ments, como prueba irrefutable, del fracaso de una prdica que aseguraba la posibilidad de un mundo mejor representado por un hombre nuevo, incomparablemente superior al hombre conocido hasta el momento.

"Te confieso que nunca pens que el rgimen pudiera ser tan cruel y vengativo con mi persona. Yo saba que me odiaba, y ello porque en reiteradas ocasiones lo manifestaban, asegurndome que mis trabajos eran muy crticos y que no lo permitiran. Y an as, cuando me secuestraron agentes de la Seguridad del Estado yendo rumbo a la panadera, y a una cuadra de mi hogar, no me caus mayor sorpresa. Lo nico que pudo haberme sorprendido fue el empleo de cuatro atlticos jvenes de la Seguridad para detener a un indefenso y pacfico ciudadano de 62 aos, como el empleo de un auto Lada ltimo modelo, como en los peores tiempos del Chicago de Al Capone.

"Despus me tuvieron seis meses en distintos calabozos, confinado en una celda de 3 x 2 metros en compaa de 4 6 acusados de delitos comunes, incomunicado totalmente del mundo exterior, con una visita semanal de 10 minutos en presencia de uno o dos agentes de la Seguridad del Estado.

"Durante seis meses sufr como eres incapaz de imaginar. Slo Dios, que me dio fortaleza sabe de esos sufrimientos. Ni siquiera lo conocen mis hermanos y mi esposa. Para qu hacerlos sufrir identificndolos con mi dolor?

"El encierro, las privaciones materiales y el total aislamiento sin duda que perseguan transmitir una sensacin de impotencia, abandono y temor. Seis meses sin saber del mundo exterior pueden hacerte sentir dbil, menesteroso, olvidado e ignorado por todos".

En la otra misiva, el colega en prisin expresa: "Querido amigo Fornaris: Durante los seis primeros meses de incomunicacin con amigos y colegas, el no saber absolutamente nada de ellos fue un serio motivo de dolor. Sufr mucho sin saber de ustedes. Ya despus de estar en prisin pude, poco a poco, conocer de cada uno a travs de mis hermanos y otros familiares. Al fin, voy recibiendo carta de ustedes, y sta es una bendicin de Dios destinada a aligerar esta carga tan injusta como indeseable.

"Me complace sobremanera verlos trabajar. Ustedes tienen la responsabilidad histrica de llevar a buen puerto el periodismo independiente, nica voz sin compromisos ni ataduras, y decididos a comunicar la realidad cubana a cualquier precio.

"Ojal yo sea el ltimo periodista encarcelado. Ojal y conmigo cese el atropello de encarcelar a un hombre por denunciar la realidad y criticarla con las nicas armas de la palabra.

"Por mi parte, estoy en un limbo jurdico sin saber qu ser de m. Mientras tanto, estar aqu tratando de llevar este presidio con la dignidad necesaria, sin que el injusto y vejaminoso proceder de las autoridades al encarcelarme pueda sembrar en m el odio o el resentimiento".

Ojal que Oscar Mario Gonzlez no sea slo el ltimo periodista preso. Ojal que sea el ltimo prisionero de conciencia cubano. Ojal que las feas fauces de las prisiones de la Isla sean abiertas para dejar salir a todos los que en ellas estn por pensar que patria y justicia no es un grupo en el poder.


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