Cuba
y sus 10 millones 4g718
Andrs Caizlez.
El Tiempo,
Venezuela, 6 de julio de 2006.
La cifra mgica de los 10 millones de
... no es una bandera electoral en Cuba. Es, sin
duda, sinnimo del fracaso. Fidel Castro
traz esta meta para la zafra de 1970:
la isla debera alcanzar las 10 millones
de toneladas de azcar, principal moneda
de canje para el comercio exterior de entonces,
y como lo haba expresado el lder,
alcanzar tal meta simbolizaba la emulacin
revolucionaria.
Con tal rcord, se esperaba darle piso
econmico independiente a La Habana.
Gracias a un obsequio de una persona muy querida,
hemos ledo "La Habana en un espejo",
de Alma Guillermoprieto (Random House Mondadori,
2005, 301 pginas). Excelente a la vez
que incatalogable libro, en el cual la conocida
periodista conecta su corta pero intensa experiencia
en la isla como profesora de danza, en aquel 1970,
con el sentimiento colectivo que embargaba a los
cubanos por las transformaciones en marcha; pero,
especialmente el relato es atravesado -como la
vida cubana de ese ao- por la meta, el
esfuerzo y luego el reconocimiento del fracaso
de la zafra de los 10 millones.
Ambos procesos guardan ciertas similitudes con
la Venezuela de hoy. El presidente Chvez
fij la meta de alcanzar 10 millones de
votos, y por ms que se revisen las posibilidades
estadsticas y las condiciones polticas
no se ve alcanzable tal cifra. Se desconoce la
razn de ese nmero mgico,
pues pudo haber sido uno ms factible:
7 millones de votos, si se toma el historial de
los comicios recientes. Como hemos indicado en
otras oportunidades, al marcar tal aspiracin,
el presidente corre el riesgo de que an
ganando en las elecciones, y por tanto resultando
reelecto, se vea simblicamente derrotado.
Cuando se mira en retrospectiva, y se ven las
condiciones de la economa cubana de fines
de los 60, resulta evidente que la isla no tena
las condiciones para la emulacin propuesta
por Castro. Llegar a los 10 millones de toneladas
de azcar se convirti en un nmero
mgico. Alcanzar tal cifra significaba
producir casi tres millones de toneladas ms
que el rcord histrico nacional,
antes del triunfo de la revolucin en 1959,
y sobretodo representaba casi el doble de lo que
se haba logrado -en promedio- durante
la primera dcada de gobierno revolucionario.
Era, a todas luces, un verdadero exabrupto haber
puesto tal suma.
Slo era posible en la mente de un Fidel
vigoroso, que termin paralizando prcticamente
a todo el pas en aras de reforzar la actividad
caera. Durante meses no pareca
haber otra cosa ms importante en la vida
de la gente que la zafra, lo cual implic
una movilizacin masiva de citadinos inexpertos
al corte en los caaverales. Tales acciones
terminaron teniendo un costo que fue ms
all de lo econmico.
Hoy resulta evidente que ese ao termin
siendo el punto de quiebre para los sueos
de una revolucin fresca y creativa. Poco
despus Cuba termin de refugiarse
en la rbita sovitica. El pas
caribeo acab siendo un satlite
de Mosc, como lo reconocera aos
ms tarde el mismo Fidel Castro; tal vez
muy tarde, cuando ya los pedazos del Muro de Berln
eran vendidos como souvenir para turistas.
|