El
padrino de Fidel Castro 3g4l1a
Por Bruce Bartlett*. Diario
Las Amricas, 20 de junio de 2006.
Washington-- El 17 de febrero de 2007 ser
el 50 aniversario de la publicacin
de una de las ms famosas entrevistas en
la historia del periodismo. Ese da de
1957, Herbert L. Matthews, del New York Times,
entrevist por primera vez a Castro, lder
de un pequeo grupo de insurgentes luchando
contra del corrompido dictador cubano Fulgencio
Batista. Hoy seguimos sufriendo las consecuencias
de esa entrevista.
Castro en 1957 llevaba varios aos luchando
contra Batista y el 26 de julio de 1953 haba
fracasado en un golpe, fue encarcelado y luego
deportado. El 2 de diciembre de 1956, Castro regres
clandestinamente a Cuba con un grupo de 80 hombres
armados. Esta mini-invasin fue aplastada
por el ejrcito y se anunci que
Castro haba muerto.
La ms importante noticia de la entrevista
de Matthews, llevada a cabo en la Sierra Maestra,
fue que Castro segua vivo, lo cual document
con fotografas y hasta con su firma. Luego
de la entrevista de tres horas, Matthews regres
a Nueva York y el elogioso reportaje fue publicado
en la primera plana del New York Times, el 24
de febrero de 1957, causando gran sensacin.
Castro fue presentado como un legtimo
heredero de los revolucionarios que libertaron
a Estados Unidos en 1776, por tener "poderosas
ideas sobre la libertad, la democracia, la justicia
social y la necesidad de restaurar la constitucin
y llamar a elecciones".
Matthews cita a Castro diciendo "usted puede
estar seguro que no sentimos ninguna animosidad
contra Estados Unidos y los americanos. Por encima
de todo, estamos luchando por una Cuba democrtica
y para acabar con la dictadura". Segn
el periodista, "eso significa una nueva etapa
para Cuba, radical, democrtica y, por
lo tanto, anti-comunista".
Aunque Matthews haba tenido gran experiencia
como reportero en el extranjero, en esta etapa
de su carrera perteneca al equipo editorial
del New York Times, escribiendo editoriales que
no llevaban firma. Por ello, con la publicacin
en las pginas de noticias, el peridico
viol uno de sus principios periodsticos:
separar lo que es opinin de las noticias.
El actual reportero del New York Times, Anthony
DePalma relata el caso Matthews en un libro recin
publicado, "El hombre que invent
a Fidel" ("The Man Who Invented Fidel",
Basic Books) y concluye que la tolerancia del
peridico hacia Matthews result
ser extremadamente costosa en muchos aspectos.
El problema es que Matthews qued prendado
de Castro, a quien vea como una de las
grandes figuras de la historia y eso lo ceg.
Por ejemplo, aun despus que Castro iti
pblicamente en 1960 que l era
y siempre haba sido comunista, Matthews
segua negndolo. Hasta su muerte
en 1977, Matthews mantena que Castro no
era comunista para la fecha de la entrevista y
que eso sucedi despus por las
equivocaciones cometidas en las polticas
de Estados Unidos.
Inclusive cuando Castro comenz a masacrar
a cientos de sus enemigos, luego de tumbar a Batista
en 1959, Matthews lo segua defendiendo.
En un reportaje publicado el 18 de enero de 1959
por el New York Times, Matthews deca que
Castro "bajo cualquier estndar es
una gran figura". Criticar a Castro, segn
Matthews, es criticar a todos los cubanos, "ya
que hay muy pocos cubanos en desacuerdo con las
ejecuciones que se llevan a cabo".
El asesinato en masa estaba justificado, segn
Matthews, porque Cuba acaba "de vivir el
ms brutal reino del terror de la historia
reciente". No hay duda que Batista era malo,
pero decir que su rgimen era el ms
brutal de la historia reciente era absurdo ante
los todava frescos genocidios de Hitler
y Stalin.
Una vez que Castro se sali del closet
y iti su comunismo, Matthews fue muy
criticado y acusado de ayudar la penetracin
comunista en nuestro hemisferio.
Aunque Matthews continu siendo editorialista
del New York Times, el peridico comenz
a distanciarse y se le prohibi escribir
nuevos reportajes de noticias. Matthews se retir
del peridico en 1967, dedicando el resto
de sus das a defender a Castro y a todo
lo que haba escrito sobre l. Con
razn es considerado un hroe de
la revolucin cubana.
La historia contada por DePalma es trgica
y objetiva. Creo que su descripcin de
Matthews como un idealista sin mucha cabeza en
lugar de ser un idelogo de izquierda es
correcta. Y aunque DePalma no critica suficientemente
al New York Times, su libro bien vale la pena
leerlo. (AIPE)
*Economista y periodista.
www.aipenet.com
|