Corrupci�n
en la Cuba de Fidel r5a5r
El
Litoral, Argentina,
24 de junio de 2006.
Despus de haber sido sealado
como uno de los mandatarios ms ricos del
mundo, el dictador Fidel Castro promovi
sanciones contra algunos dirigentes del Partido
Comunista Cubano acusndolos de corruptos.
No es la primera vez que desde la cpula
del poder se toma este tipo de medidas.
Las purgas en los mximos niveles de direccin
es una tradicin del comunismo que en su
momento practic Stalin y que ahora reproduce
Castro invocando vicios polticos que,
en algunos casos, pueden ser verdaderos. Sin embargo,
es necesario puntualizar que los supuestos juicios
"populares" se realizan en el mbito
cerrado del poder y sin garantas para
los imputados. Por consiguiente, siempre existen
sospechas de que se trata ms de ajustes
de cuentas o del sacrificio de un chivo expiatorio,
que de procedimientos justos.
La corrupcin es en Cuba un mal endmico.
No se trata de una ancdota marginal o
el producto de la tentacin de un funcionario,
sino de un sntoma estructural que pone
en discusin la propia legitimidad del
supuesto socialismo de Estado que all
se practica. Para expresarlo con otros trminos,
la corrupcin en Cuba es un dato de la
vida cotidiana, lo cual no excluye la responsabilidad
de quienes ejercen el poder, beneficiarios concretos
de un sistema que sobrevive gracias al peculado.
En una economa incapaz de producir los
recursos necesarios para vivir, controlada rgidamente
por el Estado que persigue y castiga toda infraccin
a estas reglas de hierro y que, al mismo tiempo,
slo puede garantizar sueldos miserables
a sus habitantes, no queda otra alternativa para
sobrevivir que el mercado negro.
Basta con caminar por las calles de las principales
ciudades de la isla para verificar que la corrupcin
es un estilo de vida. Desde el taxi que traslada
al visitante desde el aeropuerto a la ciudad,
hasta el vendedor ambulante de baratijas, pasando
por el promotor de sexo, todo funciona al margen
de la ley. La corrupcin cotidiana en Cuba
es visible hasta para el turista ms distrado,
por lo que llama la atencin que un rgimen
que se jacta de contar con los servicios de inteligencia
y seguridad ms eficientes del mundo (tal
vez la nica herencia histrica
importante que haya dejado el comunismo en el
siglo XX sea la eficacia de su sistema represivo),
no est en condiciones de detectarla.
Por lo tanto, la corrupcin en Cuba es
ms un sistema de sobrevivencia que un
entramado delictual, ya que hasta los funcionarios
ms estrictos del Partido Comunista saben
que sta es la nica alternativa
que tienen los pobladores para vivir en un rgimen
que todava funciona con tarjetas de racionamiento
y paga los sueldos ms miserables de Amrica
latina.
Est claro que la responsabilidad del
sistema no incluye slo la permisividad
del poder, sino tambin la complicidad
de altos funcionarios que desde las reas
del Estado se enriquecen abasteciendo de recursos
a los protagonistas cotidianos del mercado negro.
La corrupcin en Cuba, entonces, no es
el producto de una falla moral o del error de
un funcionario; por el contrario, es la nica
alternativa que se le presenta al ciudadano para
poder satisfacer sus mnimas necesidades.
|