"La Cuba que sue�o" 471k1v
Entrevista a Dagoberto Valds
Hernndez, fundador y director del ms
influyente think-tank catlico liberal
de la isla: "La Iglesia es la nica
institucin en Cuba donde todava
hay huellas de la sociedad civil que, por lo dems,
est aniquilada"
Sandro Magster. Chiesa,
Italia, 2 de abril de 2007.
ROMA, 2 de abril del 2007 - Desde que Fidel Castro,
al fines de julio del ao pasado, dejado
el poder formalmente, para Cuba y para la Iglesia
catlica cubana se ha iniciado la gran
vigilia. El destino es ms que nunca incierto.
Pero la meta hacia la cual los catlicos
cubanos apuntan resueltamente se define con una
palabra: libertad.
Uno de los ms autorizados testimonios
de este camino de Cuba y de la Iglesia cubana
hacia la libertad es Dagoberto Valds Hernndez,
52 aos, tres hijos, ingeniero agrario,
fundador, en 1993, del Centro de Formacin
Cvica y Religiosa de la dicesis
de Pinar del Ro y, en 1994, de la revista
"Vitral".
Cuando Castro conquist el poder en Cuba,
en 1959, Valds era un nio. Vivi
los pocos meses de luna de miel entre la Iglesia
y el nuevo rgimen, pero sobre todo la
larga fase de libertad anulada, de violencia institucionalizada,
de persecucin. En la universidad, como
catlico, le fue prohibido el a
las facultades de humanidades, y por lo tanto
se especializ en agronoma. Pero
su punto de referencia en cuanto a las ideas es
Flix Varela, sacerdote, filsofo
y poltico, padre de la independencia cubana
y maestro de un liberalismo catlico en
muchos aspectos semejante al de pensadores contemporneos
suyos como Antonio Rosmini y Alexis de Tocqueville.
Trabaja en la Empresa del Tabaco, pero a mitad
de los aos noventa el rgimen lo
castig por la actividad de formacin
cvica que haba comenzado a desarrollar
en la dicesis de Pinar del Ro.
Lo obliga a recoger yaguas, un tejido fibroso
que se obtiene de la palma y sirve para embalar
el tabaco. Pero Valds no se rinde, ms
an, intensifica su actividad de formacin.
La revista "Vitral", por el nombre de
los ventanas multicolores que adornan muchas casas
cubanas, se convierte en la voz de un pequeo
pero influyente think-tank catlico-liberal,
baluarte de las ideas democrticas y de
la visin humanstica-cristiana
del hombre en la Cuba comunista. Gracias al viaje
de Juan Pablo II a Cuba, en 1998, en el Vaticano
tambin se dan cuenta de l, aprecian
su actividad y el ao siguiente lo nombran
miembro del Pontificio Consejo para la Justicia
y la Paz.
La que sigue es una de las pocas entrevistas
que Dagoberto Valds Hernndez ha
dado a un diario extranjero. Y es la primera en
la que afronta directamente la cuestin
de la transicin de Cuba a la democracia,
con una particular atencin al rol de la
Iglesia catlica cubana.
El diario es "Mondo e Missione", publicacin
mensual del Pontificio Instituto para las Misiones
Exteriores, impreso en Miln, que publicar
la entrevista en el nmero de abril. El
autor es Alessandro Armato.
"La Cuba que sueo"
Entrevista a Dagoberto Valds Hernndez
P. - Desde afuera parece que Cuba vive en una
situacin de extrema "incertidumbre",
tal y como usted escribi en su ltimo
editorial. Desde adentro las cosas se
estn empezando a percibir de manera distinta
o la situacin sigue siendo la misma?
R. - Creo que la situacin desde dentro
sigue siendo de incertidumbre y de expectativa.
La incertidumbre se debe, sobre todo, a la falta
de informacin sobre lo que pasa aqu
y a que el futuro est en manos, no de
la ciudadana soberana sino en las de las
ms altas esferas del poder poltico.
A la incertidumbre se unen las consecuencias de
un dao antropolgico - que ha provocado
en la mayora de los cubanos una "cultura
de la dependencia" - y el control totalitario,
que impide que cada persona desarrolle plenamente
su libertad y su responsabilidad.
P. - Qu papel ha jugado y juega
la Iglesia cubana en esta delicada fase de transicin
hacia una Cuba que todos esperamos sea "justa,
libre y solidaria", usando las palabras del
cardenal Jaime Ortega Alamino?
R. - En primer lugar, la Iglesia ha sido la nica
institucin presente en toda Cuba, con
un tejido capilar y articulado, que se ha mantenido
durante el ltimo medio siglo con autonoma
e independencia del Estado. Eso la distingue del
resto de los espacios de la sociedad cubana y
la coloca como sobreviviente de la sociedad civil
que fue desarticulada minuciosamente por el socialismo
real. Desde ese espacio en la sociedad civil cubana,
que desde hace unos aos vuelve a reconstruirse
muy lentamente, la Iglesia ha jugado un papel
de acompaamiento y espacio de participacin
para aquellos que se han acercado a ella y an
para aquellos que desde lejos la miran con inters.
Ese acompaamiento es alimento espiritual,
asistencia religiosa, pero tambin - y
motivado por esa misin religiosa precisamente
encarnada en la situacin histrica
- la Iglesia ha dado educacin tica,
formacin cvica, entrenamiento
en la participacin y la responsabilidad
comunitaria, aliento en la desesperanza, motivos
para permanecer arraigados en nuestro pas,
educacin para la libertad, la justicia
y la paz.
P. - La Iglesia cubana est siendo
firme y valiente en su relacin con el
poder poltico? Cmo es
esa relacin hoy en da?
R. - La Iglesia ha mantenido su propia identidad,
su misin y sus espacios con las limitaciones
propias de su insercin en un Estado que
pretenda controlar todo y a todos. Ella
ha logrado sembrar el Evangelio en medio de las
ms increbles dificultades que
la hacen una Iglesia testigo-martirial de la Encarnacin
y la Redencin de Jesucristo. Hay muchos
sacerdotes, religiosas y laicos que han trabajado
durante dcadas como testigos fieles an
a riesgo de su propia integridad y la de sus familias.
Todo ha sido un don de Dios.
P. - Qu aprendi la Iglesia
cubana viviendo por dcadas - desde la
revolucin de 1959 hasta hoy - bajo un
rgimen comunista? Tiene la Iglesia
cubana alguna sabidura particular, alguna
enseanza o advertencia, que dar al mundo?
R. - Creo que s, aprendimos a creer en
la fuerza de lo pequeo, en la eficacia
de la semilla, en la potencia de la levadura en
la masa. Aprendimos a ser humildes, que significa
servir con los pies en el humus, es decir, compartiendo
la suerte de los que sufren la injusticia. Aprendimos
que la Iglesia crece y se purifica en medio de
las tribulaciones y que ste ha sido un
tiempo de gloria crucificada y resucitada para
los discpulos de Cristo que vivimos en
Cuba.
P. - Cules son las principales
etapas del camino hecho por la Iglesia cubana
desde 1959 hasta hoy?
R. - Podemos decir que son cuatro etapas: una
primera que llamamos de "luna de miel"
en el mismo ao 1959 cuando la revolucin
no haba dado todava su brusco
e inesperado giro hacia el marxismo leninismo.
La Iglesia apoy aquella revolucin
que pareca desear restituir la Constitucin
democrtica de 1940, la ms progresista
y de inspiracin cristiana que hemos tenido
en Cuba. Pareca una etapa de vuelta a
la democracia y de lucha contra la corrupcin,
pero eso no dur ms que unos escasos
meses.
La otra etapa fue la del "encontronazo",
es decir, la de la confrontacin entre
un sistema que comenz a girar hacia un
nuevo autoritarismo, hacia una ideologa
excluyente y hacia la violencia institucionalizada
para controlar las vidas y el alma de la gente
y de la nacin. Fueron dcadas de
testimonio callado, de sufrimiento indecible,
de martirio civil.
Esto dur hasta la dcada del 80
en que comienza la tercera etapa que es la de
recuperacin eclesial, en 1986 la Iglesia
celebra el Encuentro Nacional Eclesial Cubano,
ENEC, que tuvo una preparacin en las comunidades
empobrecidas que deseaban ya, por la gracia de
Dios, salir del testimonio callado y pasar a la
misin comprometida. Fue un tiempo de Pentecosts
para la Iglesia en Cuba. Luego vino la cada
del muro y del campo socialista, un perodo
de crisis total que aqu eufemsticamente
se llam "perodo especial".
La Iglesia acudi a auxiliar a los hambrientos,
a consolar a los perseguidos, a dar asistencia
espiritual a los desgarrados.
Y en 1998 vino el Papa Juan Pablo II, esta fue
la cuarta etapa, la preparacin de la visita
y los cinco das que dur esta,
fueron un respiro de luz, libertad y una verdadera
efusin del Espritu Santo para
todos los cubanos. A partir de aquella visita
algo cambi en nuestras conciencias, se
haba abierto una ventana en la oscura
cabaa del aislamiento, todos vieron que
afuera y arriba haba luz y libertad. Nadie
ha podido cerrar totalmente esa ventana. Ni an
aquellos que desde el Partido Comunista trataron
de montar una campaa para "despapizar"
(sic) a Cuba. Eso significaba borrar la impresin
y las consecuencias de aquella visita inolvidable.
P. - Ud. insiste mucho sobre la necesidad de
crear en Cuba una madurez cvica para salir
de la adolescencia socio-poltica en que
vive el pas: cul es la
mejor manera de hacerlo?
R. - Creo que la educacin y los pequeos
espacios de participacin. Es verdad que
hay un increble analfabetismo cvico
y poltico, fruto de la ideologizacin
extrema y del bloqueo interno del gobierno a toda
informacin que no sea la suya. Pero esto
slo se supera cambiando los mtodos
totalitarios, rompiendo el aislamiento interno
que es peor que el embargo externo. Ms
informacin, ms apertura, ms
intercambio, un proceso sistemtico y profundo,
serio e inculturado de educacin tica,
cvica y poltica. Y al mismo tiempo,
no quedarnos en la teora, es necesario
crear pequeos espacios de participacin,
debate, creacin de estados de opinin,
entrenamiento para la democracia, porque la teora
que no se ha experimentado en medio siglo, difcilmente
se podr poner en prctica de una
vez si antes no hemos tenido la oportunidad de
experimentarla, perfeccionarla, saborearla en
pequeos grupos o espacios como los que
intenta crear la Iglesia, y tambin las
bibliotecas independientes, las Damas de Blanco,
los periodistas independientes, las Iglesias evanglicas,
las logias que en Cuba tienen otro carcter
diferente a Europa. Esto intentamos hacer desde
hace 14 aos en nuestro Centro de Formacin
Cvica y Religiosa de la Dicesis
de Pinar del Ro y sus servicios de Consultora
jurdica, familiar y psicolgica,
su grupo de educadores, economistas e informticos,
que estn haciendo sus propios Itinerarios
de reflexin (pequeos "think
tank") para aportar un pensamiento pedaggico,
econmico, de los medios, para el futuro
de Cuba desde la inspiracin cristiana
y con la revista "Vitral" en cuyo sitio
web se pueden encontrar este tipo de experiencias.
P. - A pesar de sus dificultades, la marcha de
Cuba hacia la libertad parece imparable: tiene
alguna idea sobre cmo se darn
concretamente los cambios en la isla y si habr
o no una fuerte resistencia?
R. - Siempre hay y habr resistencia al
cambio, es casi algo sustancial a lo humano. Y
no solo de parte de los que tienen hoy el poder,
sino de buena parte de los ciudadanos. No obstante,
la situacin pesa mucho ms que
esa resistencia natural al cambio y parece que
la balanza se inclina hacia las transformaciones
que se pudieran resumir en los cambios pacficos
y graduales que nos conduzcan de un fsil
poltico de tiempos pasado a un pas
normal insertado como los dems en la comunidad
internacional y cuyos hijos no tengan que huir
de su tierra cuando piensan y desean progresar
y vivir en libertad.
No s como se darn esos cambios
absolutamente necesarios e imparables, pero vislumbro
que podran estar entre tres o cuatro escenarios
que esquematizo brevemente as: un escenario
de sucesin dentro del mismo sistema que
una vez que haya partido el lder poltico
primero se abra a las reformas econmicas
y sociales, a las relaciones internacionales con
toda normalidad y a las reformas polticas
internas que le son consecuentes. Otro escenario
sera el de una combinacin de sucesin
breve y transicin lenta y duradera en
manos de una generacin ms joven
y de pensamiento ms abierto. Otro escenario,
por desgracia, sera que no se hiciera
ninguna de las dos alternativas anteriores, que
se refuerce el control, la represin de
los disidentes y la cerrazn internacional
y todo ello conlleve a una "norte-coreanizacin"
de la Isla. Situacin que lamentablemente,
traera ms sufrimiento, ms
pobreza al pas, ms xodo
masivo y al final una puerta abierta a la violencia
que nadie quiere. Que nadie quiere, pero que vendra
si algunos llevan la situacin al lmite.
P. - Cules son los riesgos ms
graves que enfrentar la Cuba del maana?
R. - Los riesgos estn claros: si se fuerza
la cerrazn se va directo a la violencia,
a la explosin social incontrolada y al
caos poltico. Eso es imparable. Nadie
lo quiere, pero pocos exigen lo contrario, ni
lo construyen, por ahora. Por otro lado si se
abre y se democratiza, vendrn los riesgos
consustanciales de la libertad cuando no se refuerza
la responsabilidad: corrupcin, relativismo
moral, libertinaje meditico, desempleo
nuevas mafias? Esto tampoco lo queremos,
pero ser nuestra responsabilidad si, desde
ahora, no ampliamos los servicios eclesiales y
sociales de formacin tica, los
servicios de educacin cvica y
poltica y si no fomentamos una cultura
de la responsabilidad en la libertad.
P. - Piensa que los mayores problemas
puedan venir desde afuera (influencia de otros
pases o de otros modelos de vida) o desde
adentro (recelo del poder, inmadurez poltica)?
Cul sera el peor escenario
para Cuba?
R. - Ya he contestado en parte. Creo que desde
fuera podran venir influencias negativas,
e incluso aspiraciones hegemnicas, pero
creo que de eso los cubanos tenemos experiencia
y sabremos salir, pero tambin podra
venir, si la sabemos istrar y canalizar bien,
una ayuda positiva y constructiva de la parte
de la nacin cubana (alrededor de dos millones
de exiliados-emigrados). Esa ayuda puede ser conocimientos,
experiencia, inversiones de cubanos que seran
mejor bienvenidas que las dems, reunificacin
familiar, fortalecimiento de la propia cultura
entonces abierta a las dems. El peor escenario
en cuanto a esto sera una apertura que
fuera subordinacin indiscriminada a todo
lo forneo, a modelos hedonistas y contra
la vida, sin discernimiento y conciencia crtica.
P. - La actitud de los exiliados cubanos
le parece constructiva o piensa que pueda complicar
la transicin con reivindicaciones varias?
R. - Creo que pudiera ser positiva y de hecho
ya la gran mayora, que es la que menos
suena ahora, ha logrado llegar a una especie de
consenso de prioridades en que se reconoce el
protagonismo de los que vivimos en la isla, en
el que se pone a disposicin de sus decisiones
el potencial de formacin y financiamiento
que los de aqu determinen, existe ya hasta
un grupo de empresarios de inspiracin
cristiana que estn haciendo un fondo comn
de inversin que ir destinado exclusivamente
a la microempresa y el micro-crdito, que
yo personalmente considero que debera
ser el fundamento del cambio y del nuevo modelo
econmico para Cuba. Ahora bien, an
queda, como tambin dentro de Cuba, una
pequea minora con mucho poder
y muchos medios de comunicacin, que da
la imagen de que son todos y son muchos y no es
de lo uno ni de lo otro. Si esos perseveran, dentro
y fuera, con sus "reivindicaciones trasnochadas":
unos por propiedades irrecuperables, otros por
puro poder, ambos residuos anclados en sus respectivas
historias pasadas, sin abrirse al futuro diferente,
entonces estas minoras seran,
all y aqu, un serio tropiezo para
los cambios graduales, pacficos y justos
que Cuba necesita y esperamos la gran mayora
de los cubanos de aqu y de la dispora.
P. - Conforme pasa el tiempo, dentro
de Cuba los disidentes se estn convirtiendo
cada vez ms en opositores o no? A
cul figura de disidente u organizacin
de oposicin se siente ms cercano?
Hay algunas que le preocupan?
R. - En Cuba hay opositores polticos,
hay disidentes, hay otros grupos de una sociedad
civil incipiente, pero tambin hay, por
un lado, mucho analfabetismo cvico y poltico
que no permite a los actores sociales y polticos
definirse y centrarse en su propio rol. Por otro
lado el gobierno intenta mezclar todo, confundir
unos con otros y colocarlos en un mismo saco:
contrarrevolucionarios, mercenarios al servicio
de los Estados Unidos, desclasados marginales
Ambas cosas son un grave dao al futuro
de Cuba, de la nacin que debe, una vez
ms, aprender a distinguir y reconocer,
a respetar y promover a los diferentes actores
sociales, y eso es parte de la educacin
cvica: que la sociedad civil sepa cual
es su papel y su autonoma con relacin
tanto al Estado como a los partidos polticos
de oposicin. Que los partidos polticos
de oposicin sepan respetar y dialogar
con los dems de la sociedad civil,
sin confundirlos con sus propios fines partidistas;
y que el propio Estado respete, diferencie y dialogue
con unos y otros. Esta es labor educativa paciente
y de muchos aos
P. - Usted y su revista - suponiendo que haya
una coincidencia de puntos de vista - cmo
se perciben, como disidentes o como opositores?
R. - "Vitral" es una revista catlica
perteneciente al Centro de Formacin Cvica
y Religiosa de la dicesis de Pinar del
Ro, Cuba, por tanto es una revista de
la Iglesia aunque su perfil es sociocultural y
no confesional en cuanto a sus colaboradores.
Abierta a todos los hombres y mujeres de buena
voluntad sea cual sea su religin, su filiacin
poltica o su filosofa. El consejo
de redaccin cuida que lo que se publique
se mantenga dentro de un marco tico humanista
amplio y plural. Eso nos identifica y no ubica
en el seno de la sociedad civil no dentro de la
oposicin poltica. En ese mismo
campo de trabajo me ubico yo mismo como un animador
cvico desde el punto de vista sociolgico
y como un evangelizador del ambiente de la sociedad
civil como cristiano. Identidad que no es ni contradictoria
ni excluyente sino perfectamente coherente dado
el compromiso de los cristianos de encarnarse
y servir en la sociedad donde viven.
P. - Piensa que "Vitral" sea
una revista influyente en Cuba y en el mundo?
Circula libremente o tiene alguna limitacin?
R. - Como creo en el Evangelio, creo que un pequeo
grano de sal puede ser eficaz, un pequeo
grano de mostaza puede crecer y una pequea
luz en la oscuridad puede orientar a otros. "Vitral"
aspira a ser eso, un fermento en la inmensidad
de la masa. Y sabemos que el Seor de la
historia dar el crecimiento. Suplir
nuestras limitaciones y las que vienen de fuera
de la Iglesia. Circula como puede, de mano en
mano, no se puede vender en los estanquillos,
no se puede llevar a las escuelas, pero la misma
red informal de la Iglesia y el resto de la sociedad
civil la hacen llegar a los diez mil suscriptores
que tenemos en toda Cuba, y en algunas comunidades
de cubanos en la dispora, a algunas universidades
en Estados Unidos, Mxico y Espaa
y a una red de amigos dispersos por el mundo.
Tenemos, adems, un sitio en la Internet
que invitamos a visitar y un boletn digital
que enviamos a correos electrnicos que
se inscriban. Adems hemos puesto toda
nuestra coleccin de Ediciones Vitral,
y los Cursos del Centro Cvico en una coleccin
de dos discos compactos producidos por Vitral
Multimedia.
P. - Puede ser que el comunismo en lugar
de morir se perpetu tindose
de ese "socialismo del siglo XX" del
que habla Chvez?
R. - El comunismo, tal como lo ha vivido la humanidad,
ha fracasado y ha desaparecido en la forma en
que alguna vez existi como tal. Lo que
queda en algunos pases es un reducto de
ese pasado triste. Fue un error y no creo que
la humanidad est dispuesta a pagar el
costo de repetirlo.
P. - Se habla de una posible adhesin
de Cuba a Venezuela, qu opina?
R. - Eso es un disparate o una ilusin
impracticable que ofendera a la inmensa
mayora de los cubanos y los venezolanos.
Otra cosa es una respetuosa integracin
regional sobre las bases que el mundo de hoy reconoce
como una interdependencia respetuosa de las culturas
y las soberanas locales en zonas afines
como Europa, Amrica, frica.
P. - Puede decirme algo sobre la presencia
de misioneros extranjeros en la isla? cmo
se encuentran, cmo son vistos por la gente,
se tienen problemas con el rgimen?
R. - La presencia de numerosos misioneros catlicos
- no les llamara extranjeros, porque en
la Iglesia nadie es extranjero - en nuestro pas,
es una gracia y un don de Dios para este pueblo
que sufre y espera, trabajando por salir de su
situacin actual. Hay italianos, espaoles,
alemanes, colombianos, mejicanos, y de otras muchas
nacionalidades. Vienen con una gran generosidad
y curiosidad, tratan de inculturarse y comprometerse
con el pueblo dnde los envan sus
respectivos obispos o congregaciones religiosas,
el pueblo los recibe con las puertas de la casa
y del corazn abiertas, aportan lo que
nosotros no hemos conocido a causa de la cerrazn
de la isla, reciben lo que ellos no conocen ni
imaginan en cuanto a resistencia, control estatal
y bsqueda de alternativas para sobrevivir
y no desesperar, para anunciar el Evangelio y
denunciar, cuando se puede, lo que ofende la dignidad
y los derechos humanos. Muchas veces deben callar
porque son considerados extranjeros por el gobierno
y les pueden retirar su permiso de residencia
y ser expulsados de forma callada y humillante.
Algunos misioneros o misioneras se preguntan qu
significa perder un permiso comparado con perder
la vida como ocurre en otras regiones y culturas?
Otros disciernen entre denunciar y perder el permiso
o callar y permanecer aqu sirviendo en
el silencio. Otros, en fin, se preguntan si el
silencio aqu y ahora es complicidad con
la injusticia o prudencia sin lmites.
Pero como ves ninguno queda indiferente en esta
bella isla, sufriente y hospitalaria, desgarrada
y cordial, pacfica y alegre que
sigue esperando despus de casi cinco dcadas
la visita del Seor Jess para alcanzar
su liberacin interior, su democratizacin
poltica y su desarrollo humano integral,
con su propio esfuerzo, como lo pidi Juan
Pablo II desde la Plaza de la Revolucin
Jos Mart en La Habana, "Ustedes
son y deben ser los protagonistas de su propia
historia personal y nacional". As
lo esperamos y as lo estamos haciendo
ya.
La revista del Pontificio
Instituto para las Misiones Exteriores en la que
es publicada la entrevista de Alessandro Armato
reproducida arriba: Mondo
e Missione
El sitio web, en espaol
e ingls, de la revista fundada en Cuba
por Dagoberto Valds Hernndez:
Vitral
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