2 de noviembre de 2007
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2 de noviembre de 2007

Rojo humillante 1n5s70

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, noviembre (cubanet.sergipeconectado.com) – Los colores, en s mismos, son capaces de ampliar la idea que se quiere expresar sobre ellos. Por eso existen el verde limn, el azul marino, el naranja o el mamoncillo. En los humanos los colores tienen adjetivacin y apoyan la simpata tnica-cultural, cuando se dice negro como un tizn, blanco como la leche. O representan estados emocionales, como en blanco del susto y rojo de vergenza.

Segn las enciclopedias, los colores son la sensacin producida por los rayos luminosos que impresionan los rganos visuales y que dependen de la longitud de onda. Entre sus acepciones est la de dar un matiz de opinin o faccin poltica, que se expresa en: fulano pertenece a este o al otro color; o, el gobierno tal es de tal color.

Las coloraciones dan identidad a equipos y clubes deportivos que adoptan un color como smbolo propio en su bandera y en los uniformes de sus atletas y entrenadores. Tambin dan rasgos peculiares a una regin o lugar de carcter popular, pintoresco, o al desastre ecolgico, como el color de la zona minera de Moa, Oriente.

Existen los colores nacionales, acogidos como distintivo por cada pas en su bandera, escudo y escarapela.

Existen expresiones como: se puso de mil colores, mudar el color del rostro o sacarle los colores a la cara.

El rojo tiene muchos matices: el escarlata, encarnado, carmes, grana, prpura, bermelln y carmn, entre otros. Mi padre, comunista de los aos treinta, hablaba con orgullo de la bandera roja, coma smbolo de la lucha de los oprimidos.

Hay un color que no aparece en la docta enciclopedia, ni en las alegres conversaciones de las equinas habaneras: el rojo humillacin.

Ese matiz del rojo lo vi con dolor durante el programa de Hugo Chvez, Al presidente, en Santa Clara. Chvez apareci con su habitual camisa y pulver rojos. Los del gobierno all presente lo imitaron, vistiendo ropas de mismo color, como smbolo humillante de la dirigencia cubana ante el Bonaparte suramericano.




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