8 de noviembre de 2007
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8 de noviembre de 2007

Fotos, brindis y retrica Jorge Olivera Castillo, Sindical Press 36432g

LA HABANA, Cuba, noviembre (cubanet.sergipeconectado.com) - Puedo, con determinacin de adivino, dar las conclusiones de la venidera XVII Cumbre Iberoamericana a celebrarse entre el 8 y el 10 de noviembre prximos en Santiago de Chile. No es don especial, es que desde la realizacin de estos cnclaves lo ms destacable viene dado en el intachable cumplimiento del protocolo, el nfasis terico de las propuestas y el suspense en torno a la asistencia o no de un Fidel Castro siempre en la disposicin de figurar como generador de escndalos que absorben el verdadero protagonismo de las citas anuales.

Razones de enfermedad continan cerrando las posibilidades del mandatario ms all de los permetros en que convalece. Dicen los rumores (la dolencia es secreto de estado) que est ms cerca de la muerte que de la vida.

La opacidad, la saturacin de lo trivial y el ejercicio de una dramaturgia muy vinculada a los filmes soviticos de la poca de Leonid Brezhnev, son tres de las caractersticas de mayor relevancia de estos foros iniciados en 1990. La monotona de tales realizaciones cinematogrficas aseguraba un sueo fulminante.

Esta vez el tema central se titula: “Cohesin social y polticas sociales para alcanzar sociedades ms inclusivas en Latinoamrica”. Lo cierto es que del frrago de documentos, las discusiones de los expertos, las opparas cenas y el consumo de productos de la famosa industria vincola chilena, muy poco trascender. Ese ha sido el esquema y dudo que haya una revaloracin no tanto de los contenidos como en los ajustes de la viabilidad de los planteamientos y de una verificacin seria de lo acordado en reuniones anteriores.

Hubo una Cumbre Iberoamericana efectuada precisamente en Chile donde se trat el asunto de la gobernabilidad democrtica. El gobierno cubano firm el acuerdo y an sigue violndolo a sus antojos. La democracia, el pluripartidismo, los derechos fundamentales, continan siendo en Cuba palabras proscritas. Por hacer uso de libertades emanadas de estos trminos, ms de 200 personas permanecen tras las rejas, con pocas esperanzas que en breve plazo el rgimen de La Habana rectifique su postura y se abra a un perodo donde la discrepancia poltica no constituya un delito de naturaleza criminal.

Aquello que rubricaron los presidentes a favor de las estructuras democrticas se llam “Acuerdos de Via del Mar”. En esta ciudad del centro de Chile se formaliz el documento siguiendo las pautas de sus precedentes: un seguro almacenamiento a prueba de humedades. Ms all de su conservacin, nada servible para los pueblos, en este caso el de Cuba, que soporta una dictadura cercana al medio siglo.

El evento vuelve a este pas sudamericano que refleja un ejemplo indiscutible de civilidad y desarrollo. Gracias al empeo de polticos responsables y ciudadanos identificados con la tolerancia y otros preceptos inmanentes a un pensamiento republicano, Chile ha podido ir curando las heridas dejadas por los 17 aos de dictadura pinochetista, construir una de las ms slidas democracias del continente y alcanzar ptimos niveles econmicos.

Sin embargo, en sentido general Latinoamrica va a la saga del mundo. El resurgimiento del populismo, las polticas estatistas, el clientelismo, la corrupcin persisten en engrosar el rosario de calamidades. Extrema pobreza, crisis sanitarias, desnutricin, analfabetismo se aaden a la bancarrota de un modelo que no ha sabido aprovechar las ventajas de la democracia y que apenas logra salir del pantano.

Los avances son muy localizados y modestos. La mayora de las naciones latinoamericanas necesitan integrar esfuerzos y proyectos de futuro sin politiqueras ni otras dilaciones que alargan las fronteras de los daos.

Es una pena que en Santiago de Chile se pierda una nueva oportunidad para ir al fondo de los problemas y que el rgimen de Cuba asista en igualdad de condiciones. Aunque comparativamente pueda exhibir logros en algunas esferas, en la isla hay un sistema que encarcela, golpea y mata con total impunidad. Tener instituciones democrticas no garantiza la felicidad, pero entre sus virtudes est el hecho de impedir la pretensin de gobernar el pas, como un cuartel, a una lite que cree tener la aprobacin de la providencia.

En Cuba las cosas no estn como piensan muchos en Latinoamrica. Son problemas diferentes. Complicaciones reproducidas por cualquier dictadura, independientemente de su signo ideolgico.

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